jueves, 31 de mayo de 2007

QUIERO SER INFIEL

El sábado 26 de abril al pasar por la avenida Ávila Camacho descubrí que la escuela primaria Carlos A. Carrillo ha cambiado de color. Sí, sus paredes y una ancha franja de su barda perimetral pasaron de su otrora azul discreto a un rimbombante rouge fiel que ya quisiera Channel en algunos de sus cosméticos. Y para los ingenuos que aún creen en las bondades –sin doblez- de El Buen Pastor del Estado, pende en un punto de la barda una rojísima gratitud para quien bien podría llamarse el súper héroe veracruzano que estábamos esperando -¿necesitando?-.

Veracruz no sólo late con fuerza sino rojamente. Pero de vergüenza. O al menos debería sentirla. ¿Alguien sabe cuántos veracruzanos emigran diariamente hacia el Norte del país? Porque la sangría –esa sí, rojita, rojita- de jarochos que abandonan la entidad va en aumento. El Estado que lo tiene todo (narcotráfico, corrupción, nepotismo, por citar algunas de sus riquezas) no consigue afianzar a su gente y la expulsa de este edén rojo malva.

Sabíamos lo del “Campo fiel”, del hipotético puente “Fidelidad”, de la viruela roja que afea el espacio con aquello de “contigo (siempre) fiel 2007” (y creíamos que Juana Paula, la difunta, había agotado la fórmula), hospitales “fieles”, tortillerías “fieles”, el Himno (fiel) a Veracruz, y ahora resulta que también las escuelas se suman –por necesidad o por ignorancia o por unas cuantas causas más, que nunca se sabe- a esta metástasis roja que a mí me emputa y me preocupa.

Ya de por sí es pobre o nula la cultura cívica y política de los veracruzanitos, para que ahora el proselitismo y la demagogia aparque en las escuelas y con ello “limite” a los estudiantes la posibilidad de plantearse una reflexión sobre el ejercicio del gobierno en turno. La escuela Artículo Tercero es también una preparatoria fiel.

Si al gobernador le preocupa tanto el lastimoso estado en que se encuentran las escuelas de la entidad ¿por qué no mandó –que acá ni una hoja de un árbol se mueve si no es por voluntad del tío Fide- pintar los edificios del color o colores originales que mantenían antes de caer bajo el bazukazo rojo? Las buenas intenciones del “gober” – que debe tenerlas (me odio cuando miento)- han llenado de rojo los caminos, paredes y espectaculares del Estado. No creo que estén reñidas con un pelín de sensatez y de respeto para los otros –que no todos tendemos hacia su línea partidista-.

Me declaro un ciudadano harto –e insisto, preocupado- de este neofascismo –rojo, rojo- que va cercándonos día a día. No hay un solo evento gubernamental que no se tiña de escarlata, y creen – la llamada clase política- que el pueblo no se da cuenta de sus obsesiones; balones, sombrillas, gorras, playeras, paredes y hasta calles están adquiriendo paulatinamente un matiz rojo que enrojece de vergüenza e impotencia a quienes no comulgamos con esta forma de gobernar, de desgobierno. Pero tal vicio no es privativo de un partido, la obsesión monocromática también es azul, amarilla, verde y naranja. Aunque hay que reconocer, que el rojo lleva la delantera.

¿Habrá manera de parar esta fiebre rojiza antes de que el territorio parezca sucursal de Marte? ¿Es posible que existan otras formas de conducir a un pueblo sin caer en la pleitesía que conlleva necesariamente a la sumisión? A mí me falta inteligencia para entender este mundo, pero si alguien sabe, aunque sea un poquito sobre las leyes que explican el caos en el que vivimos, le agradeceré me regale un poquito de su luz (de preferencia de colores).

PIKÚN



Elaborado: sábado 26 de abril de 2007

A MANERA DE PRESENTACIÓN

Este espacio surge pensando que alguna vez será leído masivamente y que incidirá en la conciencia de muchos y contribuirá a hacer reflexión en cada individuo del mundo en que morimos – porque existir es un des-vivir cada día-. En realidad, lo he creado para escribir en él mis reflexiones sobre la realidad cotidiana, ora insufrible, ora maravillosa, pero nunca estable.

Entrópica, literaria, numérica, sentimental, conciliadora, glamorosa, aguerridamente homosexual, sin filias partidistas, incluyente, nunca ortodoxa, libre de credos y llena de vicios, Así en el cielo como en la Tierra es una zona de libre tránsito de las ideas, pero también de las acciones. Sean pues, bienvenidos.

PD-1 Por estética del lenguaje y para facilitar la fluidez de la lectura, obviaré esa moda de nombrar en femenino y masculino, entiéndase pues, que cuando acá enuncio lo hago sin distingos de género –a menos que así se especifique, of course-.

PIKÚN

Elaborado: jueves 31 de mayo de 2007