Tengo un cansancio de todo. Había
pasado ya de tanta pastilla. Pero los últimos meses, la cuestión gástrica me ha
atado a una ingesta periódica de pastas que acompañan mi rutina. Para los
espasmos, el colon irritado, que el intestino se aletarga, la acidez, el
cólico, la inflamación, el píldoro, el escape, las bujías, … lotería: la vida
como una sanción que debe ser cumplida.
Primero fue la molestia general;
llegó con la dieta: no grasa, no alcohol, no irritantes, no-muchas-cosas-más. Aceptado.
Luego el reacomodo del cuerpo. Mejora acá, recompostura allá, modificaciones
aquí. Nuevas dolencias. Pasado el tiempo, sumido en otra rutina reapropiada,
asimilada, revestida de mejoría; la novedad: el cuerpo siempre sediento,
constantemente cansado, continuamente hambriento. La ansiedad de querer comer y
no ver saciado el apetito.
La suspensión de la ingesta de
las pastas. La pretendida liberación, un fraude. El regreso del dolor, los
cólicos, la acidez, el cuerpo retensado, la quijada adolorida, el dolor de
cabeza, entre el estreñimiento y la cagadera, la inflamación, subir de peso. La
presión (alta). El reconocimiento de que se está jodido y de que no hay marcha
atrás: pastadependiente full time. Medicarme para estar bien aunque siga estando
mal. Placebos para el malestar. Economía del malestar. Re(a)signación. Derrotado.
Devenido enfermo sano.
Estado: jodido. La jornada lunesiática
tira del resto de la semana. El estrés del lunes (el viaje de madrugada, el
mal-dormir, el mal-comer, el cansancio del viaje) funda el bien-estar del resto
de mis días. Así, molido amanezco al martes de deberes domésticos que me
catapulta a la rutina de las clases de los tres días siguientes. Con el estrés
en alto el día viernes, despierto el sábado convertido en
tecnoñora-docente-estudiante de doctorado. Avanzo sin avanzar. Leo poco aun
cuando crea que leo mucho. No entiendo. O sí: me falta todo. Desbordado de
lecturas sucumbo. Y mientras tanto, siempre hay algo de que/hacer: cocinar vs
leer; lavar trastes vs preparar la clases; barrer vs revisar trabajos, dormir
vs leer… siento que entre una cosa y otra pierdo tiempo. Invierto para el fracaso.
Seguro que esto es pre/depresión
o post/estrés. Pasar del cuadrado semiótico al cuadro depresivo en un solo acto:
el cuerpo jodido. Atrapado en la rutina de consumir calorías (de más) y gastar
energía (a lo pendejo) sin producir (nada que me satisfaga): capitalismo
farmacopornógrafo. Un éxito (para el sistema) y un fracaso (para mi persona).
Quiero liberarme.
Quiero dejar de dormir.
Quiero dejar de comer.
Quiero dejar de sentir esta
tensión entre el estreñimiento y la cagadera.
Quiero dejar de engordar/inflarme.
Quiero dejar de sentir ganas de
comer.
Quiero dejar de sentir lo que
siento.
Quiero dejar de pensar.
Quiero dejar de pensar lo que
pienso que debo pensar.
Quiero hacer lo que quiero y lo
que debo y no lo que hago (nada).
Quiero no querer nada.
Quiero estar en otro lugar y otro
tiempo.
Quiero que este estado pase.
Quiero dejar de estar cansado de
todo.
Quiero deshacerme de la rutina.
Quiero otra vida.
Quiero mi vida… pero no sé cuál.
Quiero irme lejos… y no volver.
Querría no querer...