sábado, 19 de octubre de 2013

JODIDO Y VIVO...

Tengo un cansancio de todo. Había pasado ya de tanta pastilla. Pero los últimos meses, la cuestión gástrica me ha atado a una ingesta periódica de pastas que acompañan mi rutina. Para los espasmos, el colon irritado, que el intestino se aletarga, la acidez, el cólico, la inflamación, el píldoro, el escape, las bujías, … lotería: la vida como una sanción que debe ser cumplida.

Primero fue la molestia general; llegó con la dieta: no grasa, no alcohol, no irritantes, no-muchas-cosas-más. Aceptado. Luego el reacomodo del cuerpo. Mejora acá, recompostura allá, modificaciones aquí. Nuevas dolencias. Pasado el tiempo, sumido en otra rutina reapropiada, asimilada, revestida de mejoría; la novedad: el cuerpo siempre sediento, constantemente cansado, continuamente hambriento. La ansiedad de querer comer y no ver saciado el apetito.

La suspensión de la ingesta de las pastas. La pretendida liberación, un fraude. El regreso del dolor, los cólicos, la acidez, el cuerpo retensado, la quijada adolorida, el dolor de cabeza, entre el estreñimiento y la cagadera, la inflamación, subir de peso. La presión (alta). El reconocimiento de que se está jodido y de que no hay marcha atrás: pastadependiente full time. Medicarme para estar bien aunque siga estando mal. Placebos para el malestar. Economía del malestar. Re(a)signación. Derrotado. Devenido enfermo sano.

Estado: jodido. La jornada lunesiática tira del resto de la semana. El estrés del lunes (el viaje de madrugada, el mal-dormir, el mal-comer, el cansancio del viaje) funda el bien-estar del resto de mis días. Así, molido amanezco al martes de deberes domésticos que me catapulta a la rutina de las clases de los tres días siguientes. Con el estrés en alto el día viernes, despierto el sábado convertido en tecnoñora-docente-estudiante de doctorado. Avanzo sin avanzar. Leo poco aun cuando crea que leo mucho. No entiendo. O sí: me falta todo. Desbordado de lecturas sucumbo. Y mientras tanto, siempre hay algo de que/hacer: cocinar vs leer; lavar trastes vs preparar la clases; barrer vs revisar trabajos, dormir vs leer… siento que entre una cosa y otra pierdo tiempo. Invierto para el fracaso.

Seguro que esto es pre/depresión o post/estrés. Pasar del cuadrado semiótico al cuadro depresivo en un solo acto: el cuerpo jodido. Atrapado en la rutina de consumir calorías (de más) y gastar energía (a lo pendejo) sin producir (nada que me satisfaga): capitalismo farmacopornógrafo. Un éxito (para el sistema) y un fracaso (para mi persona).
Quiero liberarme.
Quiero dejar de dormir.
Quiero dejar de comer.
Quiero dejar de sentir esta tensión entre el estreñimiento y la cagadera.
Quiero dejar de engordar/inflarme.
Quiero dejar de sentir ganas de comer.
Quiero dejar de sentir lo que siento.
Quiero dejar de pensar.
Quiero dejar de pensar lo que pienso que debo pensar.
Quiero hacer lo que quiero y lo que debo y no lo que hago (nada).
Quiero no querer nada.
Quiero estar en otro lugar y otro tiempo.
Quiero que este estado pase.
Quiero dejar de estar cansado de todo.
Quiero deshacerme de la rutina.
Quiero otra vida.
Quiero mi vida… pero no sé cuál.

Quiero irme lejos… y no volver.
Querría no querer...