martes, 24 de febrero de 2009

A VECES SUCEDE...

Amanece. Los pronósticos del clima no son favorables: contengencia ambiental y bajas temperaturas por la noche. Yo que soy de madrugada me siento papel. ¿El papel siente? ¿Qué papel asume quien siente?
Avanzo. Un pronóstico no consigue detener el mundo. Me visto de armonía y maquillo los residuos que el insomnio ha dejado en mi piel. Pozos de melancolía desfasada.¿Quién llora cuando ya no toca hacerlo? El sol me proyecta en otros yoes que caminan próximos a mí. Fragmentos de una identidad en fuga. Hace frío. Al menos eso siento. La rutina marca la agenda y de este modo consigo eludir la pregunta respecto a qué hacer. La vida diaria es un reloj atómico. Me atomiza.
Desespero ante el esfuerzo vano -así parece- de caminar con un look tan impersonal. Urgencia de hablar (y recibir respuesta), necesidad de tocar (y ser acariciado), desesperación por replicarme (y no en un espejo). Me pregunto si no estoy en la antesala de la locura. Pregunta contingente. Stop. La luz del semáforo cambia al verde y decido avanzar.

martes, 17 de febrero de 2009

PIENSA, LUEGA EXISTA...

¿Quién dijo que para ser mujer triunfadora hay que eclipsarse?

miércoles, 11 de febrero de 2009

PROYECTO QUEER

Porque hay silencios que sí son importantes y geografías que merecen ser reconocidas y volúmenes cuya densidad también es digna de ser considerada...
Masculinidades en Resistencia

FELICIDADES, CHARLES DARWIN



Hoy hace 200 años nació Charles Darwin, el hombre cuyas investigaciones vinieron a cuestionar los cimientos de la teoría sobre el origen divino del hombre. Darwin nació el 12 de febrero de 1809 in Shropshire, al noroeste de Londres. También celebramos en este 2009, los 150 años de la aparición del libro El origen de las especies por medio de la selección natural, en el cual se plantean los principios de la evolución de los organismos y no la creación espontánea de los mismos; centuria y media y el ruido y la cenutriez en torno a tales presupuestos continua.


Desde que el hombre inventó que Dios hizo al hombre -para legitimar, justificar y dar carta de naturalización a la estancia terrena, porque la vida acá es muy difícil- la polémica ha sido una noria que gira y gira causando un gasto innecesario de energía. Lo cierto es que ante la cerrazón del clero (la del Papa y sus secuaces) está la evidencia de los fósiles, las adptaciones que sufren las especies en función de su hábitat y las variaciones que experimenta éste; el amplio recorrido evolutivo que registra también el hombre en sus genes... el mismo Ratzinger es un testimonio de cómo se puede mutar, pues él como niguno dio el salto evolutivo más audaz de la historia contemporánea al pasar de colaborador nazi a pastor universal de la iglesia católica: más claro, ni el agua bendita de Lourdes.


Pero así las cosas, en tierra de evoluionistas, el creacionista es el rey. Lástima que para estos (y para bien de la especie sapiente), algún día la evidencia los rendirá, pues su propia necedad los arrojará como el producto de que hay cuerpos que cambian, y otros que simplemente se atrofian y mueren. Dios quiera y no se tarden tanto en desaparecer. Ojalá, dice la Poncia.

martes, 10 de febrero de 2009

EL TIEMPO PASA...

Tal afirmación es una obviedad, más si uno se observa con detenimiento cada día frente al espejo o en los cuerpos de los otros, sean pares, contemporáneos o no; nos resulta evidente que el paso del tiempo causa estragos en la materia que somos.
Dos semanas en DF me ha impedido deambular por estas praderas ciberales y dejar constancia de que virtualmente, también he vivido. Hay mucho qué comentar y sin embargo, el tiempo que discurre irreversiblemente también parece menguar conforme uno crece; en definitiva, cada vez me alcanza menos para completar mi rutina. Habrá también crisis cronológica.
Miro de reojo los rostros de las personas que de manera anónima se lanzan suicidas a la vida diaria; sobrando motivos para no despertar, nos aferramos a la única probabilidad que tenemos de cambiar el mundo para justificar -si esto es válido referirlo así- el acto de levantarnos cada mañana.
Ahora encaro realidades distitntas; situaciones de vida que había enfrentado como turista y hoy debo encarar como habitante de esta ciudad-monstruo con identidad obtenida precisamente debido a la suma de sus n rostros anónimos. No quiero perder mi identidad ni mi humanidad ni mi nombre en mitad de este desierto de concreto y smog. Antes bien, mi anhelo es mantener el diálogo conmigo mismo, con la parte humana de esta materia física, emotiva y racional que soy.
El tiempo urge a volver al circuito de las prisas, al laberinto de los mil pendientes, al páramo de lo que llamamos vida real. Sean estas líneas mi constantación de que sigo vivo... el más mío.