miércoles, 30 de abril de 2008

REFRANERO QUEER 12

1. No hay peor ciega que la que no te quiere ver.
2. Para ser pendejo no hay que ser del PRD.
3. Ser torcida pero no revirada.
4. La elegancia no es una opción: es una actitud.
5. Mente enferma en cuerpo sano.
6. Las cosas no siempre se parecen a su dueño; a veces, lo superan.
7. Si hubiera más mujeres activas ¿habría hombres más pasivos?
8. Te llamaré fea para poder nombrarte.
9. La masculinidad a veces no está en crisis sino extinta.
10. Como Dios sabía que iba a existir la iglesia católica inventó el ajo ¡para tu salsa, muchacha!
11. No hay pero ciego –ni peor zángano- que el que no quiere pensar.
12. Una risueña y que le hagan cosquillas…

EDUCACIÓN ¿EN CRISIS?


En pleno Día de la Niñez, que así es como deberíamos decir si queremos que las niñas dejen de estar en la invisibilidad, que es donde se quedan cuando ufanos cacareamos feliz Día del Niño, ¿acaso la niña no existe?, pues a nombrar como es debido; dicho lo anterior, retomo mi presencia en la blogósfera.

En las últimas semanas me he enfrentado a una serie impresionante de situaciones casi surrealistas, todas ligadas con la educación de y en este paisito, que cuando se las quiere dar de culto y moderno, inventa una burocracia impresionante que la mismísima ex URRS la envidiaría. Nada en especial al respecto, dirán los que saben de esto. Resulta que talleres y reformas, exámenes y evaluaciones, estadísticas y palabrería de la loca ¿líder? del sindicato de maestros y maestras no sirven si nuestro sistema educativo no se replantea reformularse desde sus raíces. Finlandia (primer lugar en ciencias, comprensión lectora y habilidad matemática desde 2000) no se hizo en un día ni se mantiene por obra de Dios, que ni creen creo, y hacen bien. La fe -obcecada aunque sea pleonasmo- sólo entorpece el raciocinio de la humanidad; que no venga Ratzinger con que la Ilustración es el “verdadero pecado original” que jode a la humanidad ¿Así o más estúpido, pregunto?

Yo creo firmemente que una de las causas del creciente fracaso escolar empieza en la obligatoriedad de la educación. ¿Para qué envían los padres de familia a un espacio así a unas criaturas que no tienen interés en permanecer allí, no para aprender al menos? ¿Creerán las madres solas –por decisión, divorciadas, abandonadas, viudas- que si cumplen con este ritual sus descendientes les agradecerán ad perpetuam su buena voluntad, sus intenciones de que tuvieran un futuro mejor que el de ellas? ¿No actúan bajo el espíritu culpígena unos y otras? Diario enfrento a una legión de adolescentes y jóvenes que por ignorar lo elemental ni siquiera se dan cuenta de que su estancia activa dentro del aula es y les será útil en algún momento de sus ajetreadas vidas. No perciben eso. No son capaces de disentir de una opinión porque carecen de vocabulario y de sustancia con qué argumentar un punto de vista. Es más, a veces dudo que posean capacidad para generar una idea. ¿Exagerado? ¿Grosero? ¿Intolerante? Todo esto y más. Pero sólo quienes enfrentan esta realidad –no incluye a los que únicamente pasan lista o asisten para ocupar un lugar en el espacio –el escritorio- firman y se van-, saben que no exagero.

El alumnado de hoy –por situarnos en el presente- carece de voluntad hasta para decir no. Su expresión favorita -¿será la única que comprenden?- es “no sé”; cuando son más explícitos afirman: “no entiendo”. Más allá de estos dos vocablos sólo hay desolación, vacío, soledad, tedio o lo que ustedes deseen suponer. La masificación de la oferta educativa llevó obligadamente hasta las aulas a personas que no tienen nada qué hacer dentro; nada productivo quiero decir. Y después de todo, no se les debería tener ahí encerrados a la fuerza, porque es necesario que exista la masa analfabeta que hará trabajos pesados, denigrantes, tal vez; agotadores, muchas veces, por un sueldo ínfimo o una retribución menor a la que corresponde por su desempeño. No podemos todos ser profesionistas ni intelectuales, hace falta la barriada inculta fácilmente manipulable, la que trueca su voto por un kilo de arroz rojo, la que nunca se plantea hacer diferente porque “el mundo está bien y así lo quiso Dios”. La que jamás apagará la televisión o nunca cambiará de canal porque le da flojera. Esa masa amorfa, voluminosa, densa, la que frena el desarrollo de un país, es la que han querido meter a las aulas con un calzador y ha hecho estallar el precario equilibrio que existía entre los que sí quieren aprender y los que tenían que ir. Que se vayan todos los que asisten a la fuerza.

Habría que depurar el sistema. Expulsar a estudiantes y profesorado espurios. Recuperar el espíritu de vocación, que se queden dentro los que quieran hacerlo bien. Los que deseen trabajar en el proyecto de país que se forja día a día en las aulas, en los espacios educativos. Darles carta libre a aquéllos que deseen perder –invertir, dirán muchos- el tiempo frente a la Play Station para que no obstaculicen el trabajo de quienes sí están interesados en educarse, aprender, compartir sus experiencias, crecer. Permitir que se queden en casa las niñas y jóvenes que quieren repetir el esquema de cenicienta tan celebrado por las telenovelas (si las tontas no van al cielo, los que ven Televisa tampoco), las películas de Hollywood y las del cine mexicano, a ésas a quienes los estudios de género nunca las salvarán, porque ellas sueñan con la boda vestidas de blanco en la iglesia del pueblo, los hijitos que Dios le dará –como si no hubiera ya tanta hambre causada por el exceso de personas en el mundo- y un buen marido, que con que les de para el gasto y no les pegue –o sólo poquito- se darán por satisfechas.

La educación nos hace libres. Eso lo saben quienes han pasado por las aulas, han leídos libros, periódicos y revistas, mirado cine y consumido arte. Quienes han compartido sus conocimientos previos con otros y han adquirido unos nuevos. Y los han puesto en práctica. Quienes continuamente se siguen preparando, actualizando en los nuevas realidades de esta vida. Pero a muchos y a muchas, la sola idea de hacerse responsables de sí les aterra. Por ello prefieren ¿vivir? como están y que nada se mueva, que todo siga igual si es posible, no importa que sea rumbo a peor, no tienen conciencia de ello y por consecuencia no sufren. Sólo padece quien tiene conciencia de sí. Sólo los inteligentes son felices también. Los que ignoran todo, son ilusos, no dichosos ¿entenderán la diferencia?

Ojalá los que no quieren asistir a la escuela fueran más honestos, más valientes, más generosos con los suyos y dejaran las aulas con los espacios disponibles para quienes sí desean ser diferentes. Al cabo de un tiempo en el infierno cotidiano (el desempleo, los sueldos de miseria y las jornadas extenuantes) desearán con ahínco volver –convencidos- al sitio que les puede devolver la posibilidad de ser humanos –otra vez-.

viernes, 25 de abril de 2008

¿POR QUÉ ENSEÑAR CON UN ENFOQUE DE GÉNERO?

Porque no es posible ya la convivencia entre mujeres y hombres a partir de esquemas anquilosados que resultan arcaicos, desfasados, caducos en la actual dinámica de las relaciones humanas. Porque es preciso cobrar conciencia de la necesidad urgente de modificar los paradigmas tradicionales y adoptar otros más prácticos y menos injustos que contribuyan al desarrollo integral de las personas. Porque mujeres y hombres somos diferentes no solamente en lo biológico sino en el ser y hacer cotidianos, pero tal premisa no debería (pretender) justificar la desigualdad que en términos sociales ellas continuan padeciendo y ellos reproduciendo en serie.
Es, pues, impostergable la necesidad de reivindicar la dignidad de cada individuo y crear las condiciones necesarias para que éstos se desenvuelvan convenientemente en cualquier medio sin menosprecio de su diversidad y por ende, su diferencia.
Porque ninguna ley (natural o cultural) justifica la subordinación de lo femenino bajo el yugo de lo masculino. Porque la masculinidad también está en crisis y es preciso deseducar, primero; educar y reeducar, después; a los varones que las nuevas feminidades requieren en aras de alzanzar un equilibrio (aunque sea precario)
Porque es posible otra realiad en un mundo que también es distinto. Porque los seres humanos aspiramos siempre a una forma de felicidad y la convivencia justa, equilibrada y sana entre mujeres y hombres es una manera de ser felices en tanto que somos dueños de nosotros mismos, ergo, más libres.

jueves, 24 de abril de 2008

CREER CONTRA TODA ESPERANZA

a Pepe y Xavier, vivos ejemplos de la masculinidad en crisis.


En otro momento no habría expresado las palabras que dan título a este texto; pero en este tiempo caótico ¿en el que vivimos? sumergidos en la voraz crisis económica mundial –vale, que la globalización al fin es global-, a la que se suma la de la especulación alimentaria, agravadas ambas por el cambio climático no da para ponerse esperanzados, sin embargo, (válgase el comunísimo lugar común) en mitad de esta incertidumbre es posible vislumbrar vestigios de fe -¿he escrito fe?- en el género humano o en algunos representantes de la especie referida.

Diario me enfrento con gente que ha perdido todo; pues quien carece de sentido común no creo sea posible ya llamarlo “humano”. Vengan los que me tachan de discriminar al mayoreo; pero no concibo que un individuo dotado por la natura de la capacidad de razonar no delibere convenientemente y actúe en consecuencia. Lo que observo –y conste que vivo en la urbe y en medio culturalizado- cotidianamente son actos de barbarie. Personas que se arrebatan el derecho de paso –peatones y automovilistas-, otras que no cumplen su obligación laboral y todavía juzgan a aquellos que sí la realizan y encima de todo bien (para desdicha de los otros). Engreídos que creen que por tener mayores recursos económicos valen más que los que no los poseen, mujeres y hombres que teniéndo las condiciones más favorables para desarrollarse mejor se echan a ver pasar el tiempo (con los oídos tapados por audífonos perpetuos) y en el inter joden a los que sí pretenden prepararse, tal es la realidad humana. Prepotentes y bestias (¿no es pleonasmo?) se multiplican en progresión geométrica.

Pero también existen seres, jóvenes para mayor inri, que actúan diferente a como lo hacen sus congéneres; que se preocupan por el cuidado del medioambiente; que asumen una (su) responsabilidad social y se informan sobre la actualidad política (de este paisito que si no se termina de caer es porque “Dios nos cuida”) y opinan, ofrecen ideas que pueden desembocar en proyectos útiles, aunque ninguna instancia gubernamental los tome en cuenta (¿será porque la mayoría de las dirigencias no guían?), se conducen con prudencia y no asumen roles de género tradicionales (que tanto daño han causado y siguen haciendo), por enumerar algunas de sus acciones positivas. ¿Y qué le pasa a estos individuos que defienden su autonomía sin menospreciar la diversidad? Pues sucede que son discriminados, vistos como “rarezas”, expulsados de la masa heterogénea y obligados, muchas veces, a intentar renunciar a sus convicciones con tal de no quedar fuera de la tribu generacional a la que por derecho propio pertenecen. Sin embargo, escuchar a este sector de la juventud –en voz de unos cuantos- motiva a seguir peleando para no dejarlos solos con este mundo en proceso de autodestrucción masiva que no ofrece nada y cuando oferta, lo que da son sucedáneos de un paraíso artificial que se opone tajantemente a la realidad diaria de estos héroes cotidianos que pasan desapercibidos.

Me considero afortunado de conocer y tratar a algunos de ellos porque su vitalidad, a pesar de la desazón que a veces los inunda, contagia de esperanza –sí, lo escribí bien- e impulsa a mantener el camino cuesta arriba. A quienes se empeñan en avanzar contracorriente, a ellos mi reconocimiento y gratitud porque con su lucha –invisible y ninguneada; las cosas como son- continúan sosteniendo este mundo que avanza a máxima velocidad rumbo a peor. Así que a abrir los ojos y a mirar con más detenimiento, probablemente junto a ustedes existan una persona joven haciendo algo para hacer menos injusta la convivencia social en el planeta. Y si no ven a nadie, ¿a qué esperas para actuar? Yo hago lo que me corresponde ¿tú también?

miércoles, 9 de abril de 2008

SOY TOTALMENTE...


Para distraerlos un rato del estrés de la vida diaria y del sofocón que supone habitar esta ciudad que se ha ido tropicalizando rápidamente les dejo un texto para reflexionar. Por favor, mis millones de lectores, si se identifican con lo narrado, créanme que no ha sido nada personal.


Si antes la manera más efectiva de convertir a una "perra" en una "gata" consistía en arrebatarle de súbito sus tarjetas de crédito (de paso se le aliviviaba de que siguiera endeudándose), ahora existe una forma también eficaz de hacer que una "perra" se vuelva "perrísima" y por lo tanto deje avasalladas a todas las "gatas" de su aldea local; este milagro sólo puede ocurrir leyendo y siguiendo los consejos sobre glamour de el Libro Amarillo de El Palacio de Hierro.


Nunca más serán ninguneadas por su falta de estilo -moderno, porque propio seguro que lo tienen- o por no saber combinar prendas y accesorios; color de zapatillas y cinturón, estampados y tipo de zapato, maquillaje y peinado, tamaño del bolso o ausencia del mismo, en fin, ahora sí podrán hacer su sueño realidad -de mentiritas- de ser todas unas reinas (de metal). El mentado texto las pondrá en la órbita del glamour local -algo es algo-y en el epicentro de las fiestas y fotografías de las revistas del corazón. Tal es el sueño de algunas loquitas y no pocas cuerdas.


Ya podrán ladrar a coro en las polvosas calles de la Zona Rosa que son fashionistas de medio tiempo y abandonar, aunque sea por un ratito aquél oprobioso: Soy totalmente Pendeja mientras su mirada cae al vacío desde los miradores de cristal del edificio Reforma 222.



miércoles, 2 de abril de 2008

TALLER DE EQUIDAD DE GÉNERO (Y MASCULINIDADES)

JUSTIFICACIÓN:
La creciente participación de las mujeres en ámbitos antiguamente considerados exclusivos del poder masculino, ha evidenciado la asimetría existente en las relaciones entre uno y otro género, así mismo, la modificación de la representación y la actuación de los papales sociales ha traído consigo la crisis de la masculinidad tradicional y la emergencia de nuevas masculinidades. Por ello surge la necesidad de implementar las condiciones que permitan el desarrollo equitativo de los individuos con independencia de su sexo o género.
Los estudios culturales, específicamente los denominados estudios de género, proponen el ejercicio de la equidad como una herramienta que contribuya a disminuir la desigualdad que existe entre la realidad masculina y la femenina en la mayoría de los espacios, sean particulares o públicos, debido a la persistencia de leyes discriminatorias hacia la mujer y que privilegian el papel del hombre. Para alcanzar tal meta, es preciso contrarrestar la educación con tendencia machista impartida desde la propia familia y reforzada en la escuela, así mismo, concientizar en la necesidad de una convivencia sana, justa y armónica entre los géneros.

OBJETIVO GENERAL:
Sensibilizar a las y los jóvenes sobre la necesidad de favorecer relaciones equitativas dentro del espacio educativo a través de la práctica de actitudes y acciones que permitan el trato justo entre hombres y mujeres para alcanzar una convivencia armoniosa.

OBJETIVOS PARTICULARES:
Identificar la práctica de relaciones asimétricas entre hombres y mujeres desarrolladas desde el discurso hasta la actuación.
Realizar el análisis y la reflexión de las causas que favorecen la desigualdad entre los géneros.
Favorecer actividades cooperativas y colaborativas que permitan reconocer y estimular las actitudes y capacidades de ambos géneros.
Combatir discursos y prácticas excluyentes

Nota: aun cuando este trabajo ha sido diseñado para a estudiantes de preparatoria, pueden participar del mismo padres de familia, docentes y público en general interesado en conocer sobre esta nueva categoría de género y sus implicaciones en todos los ámbitos de la vida cotidiana.
ACTIVIDADES
El desarrollo del taller exige la realización de la lectura de los textos propuestos para tal fin, la asistencia puntual, la participación entusiasta y objetiva de los asistentes, así como la realización de las actividades y productos determinados para cada sesión. De este modo, el trabajo expositivo se complementa con la realización de distintas dinámicas: lectura de imágenes, elaboración de esquemas, comentario y redacción de textos.
EVALUACIÓN
Asistencia (10%), lecturas y participación objetiva (20%), entrega oportuna de productos (20%) y elaboración de ensayo (50%).
El ensayo consiste en la redacción de un texto en el cual se plantea el análisis y discusión o propuesta de solución a alguna de las situaciones planteadas en cada sesión. Cabe aclarar, que como se trata de un taller de concientización sobre la equidad de género, este trabajo abarcará aspectos meramente teóricos, dejando fuera otros de índole práctico que pueden ser abordados en una investigación posterior.

BIBLIOGRAFÍA
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Cancino Baffursón, Sergio René: Las homosexualidades masculinas. La afirmación de la diferencia, universidad Veracruzana, Facultad de Filosofía, Xalapa, 2003.
Clare, Anthony: Hombres. La masculinidad en crisis, Taurus, Madrid, 2002.
Conell, Robert W.: Masculinidades, UNAM, México, 2003.
González Núñez, José de Jesús (comp.): Psicología de lo masculino. En la sexualidad del hombre el afecto es primero, IPN, México, 2006.
Groisman, Claudia y Julieta Imberti: Sexualidades y afecto. Educación sexual. Actividades y juegos, Lugar Editorial, Buenos Aires, 2007.
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Lamas, Marta: Cuerpo: diferencia sexual y género, Taurus, México, 2002.
___________: El género. La construcción cultural de la diferencia sexual, UNAM, México, 2003.
Miano Borroso, Marinella: (comp.): Caminos inciertos de las masculinidades, CONACULTAL-INAH, México, 2003.
Montesinos, Rafael (coord.): Perfiles de la masculinidad, Plaza y Valdés-UAM-I, México, 2007.
Pérez Cervera, Julia (coord.): Manual para el uso no sexista del lenguaje, UNIFEM-México, 2006.
Ramírez Solórzano, Martha Alida: Hombres violentos. Un estudio antropológico de la violencia masculina, Plaza y Valdés –Instituto Jaliciense de las Mujeres, México, 2002.
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INFORMACIÓN: MANATOMY@GMAIL.COM (mayúsculas)