lunes, 31 de diciembre de 2007

REFRANERO QUEER 10

1. PREFIERO UN CUERPO REPRESALIADO QUE UN CUERPO "VISIONUDO".

2. VERGA SANA EN CULO SANO.

3.EL QUE NO CHILLA Y NO ABRE LA BOCA, NO MAMA.

4.POR SUS "SENTADOS" CONOCERÁS SU COEFICIENTE INTELECTUAL (PREGÚNTENLE A LA SEÑORITA HILTON.)

5. A UNA EMPLEADA DE LEVIS (APLICA PARA CUALQUIER DEPENDIENTA): TÚ NUNCA ESTARÁS EN UNA TIENDA DE MASCOTAS POR SER UNA GATA COMÚN.

6. NINGÚN RUBOR DESMIENTE LO QUE UN SLIP CONFIRMA.

7. ¿DE ESE TAMAÑO LO TIENES? OJALÁ TU FORTUNA SEA MÁS GRANDE.

8. LAS PENAS CON PAN ENGORDAN.

9. PERRA QUE LAME HUEVOS NI AUNQUE LE QUEMEN EL HOCICO.

10. LAS MANOS DEL HOMBRE SON COMO LOS VENDEDORES AMBULANTES: LES ACOTAS EL PERÍMETRO Y TE INVADEN TOD@. LES EXTIENDES UN BANDO MUNICIPAL PERMITIÉNDOLES PALPARLO TODO Y VERÁS QUE NO TE VUELVE A TOCAR NI CON LA MIRADA.



MÉXICO, DF. 31 DE DICIEMBRE DE 2007

domingo, 30 de diciembre de 2007

EL TALLER


Huyendo de la cotidianidad a la que condena el vivir todos los días en la misma ciudad, me encuentro -con mi héroe, of course- en un punto del D.F. En esta temporada la gente abandona la City y resulta amable pasearse por sus calles, visitar museos y deambular por el paseo de la reforma sin las dosis de estrés y smog habituales en la otrora región más transparente.

Durante el primer día hemos recuperado nuestros pasos andados en otras visitas y re-vivido momentos maravillosos. Esta vez no he observado mazahuas ipodeadas ni gorditos enamorados, tampoco he mirado corazoncitos de concreto ni me he subido al metro. Lo que sí hicimos fue ingresar al monumental edificio de reforma 222; esa arrogancia de acero y cristal que hermosea -sí, aunque contamine hace lucir- el paseo de reforma. Resulta que la enésima maravilla del de efe, todo un conjunto de ingenio, técnica y demás linduras de la modernidad no es tan perfecto como lo promueven. Pues ayer nomás entrar el hall descubrí su vulnerabilidad: el ultra chic ascensor -una caja de vidrio y metal-, se había quedado suspendido entre niveles con un grupo de personas en su interior, lo cual daba un espectáculo gratuito a los viandantes, que entre asombrados y asustados contemplaban cómo ¡a golpe de martillo y cincel! Intentaban desarmar la caja para liberar su carga estupefacta. ¿Quién iba a pensar que fallaría el elevador de un edificio inteligente; ha de ser de esas inteligencias que no supera los 300 puntos de la prueba de pisa... Cosas veredes, dijo el Quijote y yo anoche vi más.

Después de mucho analizarlo -sí, yo no envío de vacaciones a mis neuronas- propongo como hipótesis para explicar el fallo del ascensor la presencia de "piojas" multicromáticas que atestaban la monumental construcción. Por más que dijeron -así lo leí durante todo el tiempo que duró la edificación de tal obra- que sería un espacio ex-clu-si-vo (ahora ya todo es VIP) resultó que estaba repleto de animalas solas -escindidas, quizás- en busca de sus humanos.

Pero como no fui a sufrir tan lejos, tras cenar entramos a "El Taller", el antro del que somos habituée. Estaba repleto de todas las versiones de la masculinidad que puedan imaginar. To-das. La música electrónica -acá no suenan otros ritmos tribales- animaba -casi exigía, debo citar- a mover los cuerpos. Y ahí, como partículas excitadas de un gas comprimido, bailamos mucho tiempo todas las variantes que el dj del local tuvo a bien programar. Eso es música, lectores. Deberían darse una vueltecita por allá los dueños de antros "de ambiente" que creen que cualquier ruido es música para bailar. Pero la culpa no es del indio...

Humo, sudor y humedad primaba la atmósfera nocturna y ruidosa. Imágenes de bellos cuerpos en movimiento hipnotizaban la vista y una legión de "piojas", seguramente oenegeras flacas y harapientas, algunas -audaces- con el torso descubierto, afeaban de vez en vez el paisaje masculino. Yo propongo un impuesto para la fealdad; digo, uno no elige ser bello o no agraciado, pero por sentido común -si no es posible ya el de estética-, deberían quedarse encerraditas para no romper con la armonía del medio ambiente; ya tenemos suficiente con el cambio climático...

La noche -la madrugada- culminó con un par de vodkas entibiándonos la piel como preludio a la colisión de los cuerpos adictos, amantes y enrabiados en que nos hemos convertido. C'est tout!

viernes, 28 de diciembre de 2007

UN AÑO NUEVO MÁS

A mis millones de lectores, les deseo, ya entrados en esta onda festiva de diciembre, que el año venidero sea la ocasión para desarrollar todos los proyectos planteados y cosechar los resultados del trabajo responsable y constante realizado día a día.
Aprovechando la fiebre decembrina, huí de la ciudad y de la técnica hasta donde fue posible, ya saben, estar comunicado ahora es una categoría vital de la que no se puede uno dar el lujo de prescindir. También cumplí con el ferviente deber de comprar, consumir, invertir aquí y allá y estar presente en cuanto evento social fuera posible: no fui a ninguno, a-for-tu-na-da-men-te. Y no es que no fuera requerido, lo que sucedió es que fueron invitaciones "de última hora" y yo suelo agendar mis actividades con dos semanas de antelación al menos. No, no es jactancia ni presunción, pero tengo tantas actividades que llevar a cabo que si no me organizo no cumplo con mis responsabilidades.Para el mexicano promedio esto no es comprensible; acostumbrados a realizar todo a la última hora, el concepto planeación es una palabra desconocida para el grueso de la población, "es que así somos", se suele decir... Como si con ello se justificará la irresponsabilidad y la no acción de los individuos de este país.
Durante este periodo de paz pude leer los resultados de la evaluación de pisa; en otro momento les daré más información al respecto, pero el pésimo resultado obtenido por los estudiantes de México obedece a esta irresponsabilidad genética que hemos querido justificar como idiosincrasia local, mexica; que siempre culpa al otro de los resultados nefastos de su mediocre proceder. Y en el caso de pisa 2006 no podía ser de otra manera, of course:

1. Pisa es una evaluación de países ricos para países ricos...y como nojotros somos tan pogres pos...

2. Quieren eliminar la escuela pública a favor de la educación privada... Y los gráficos muestran que los resultados de la escuela pública está ligeramente por arriba de los porcentajes obtenidos por las particulares.

3. Quieren imponernos un sistema educativo que contribuya a eliminar las características de cada país... Y ya saben, al indio le sale lo nacionalista y se aferra al progreso; se rasgan los chones los conservadores y aquellos parásitos burocráticos que se han alimentado del presupuesto del país y que no quieren que las cosas cambien...
Pisa es más que esto, pretende, a grandes rasgos, que los países participantes en la prueba -y miembros de la OCDE-, revisen las fallas que tienen sus sistemas educativos para enmendarlas y corregir esos errores que afectan el desarrollo de nuestros estudiantes. La más de las veces, estos consisten no en lo teórico sino en la práctica. Si los estudiantes no consiguen enlazar lo aprendido en el aula con su entorno diario es por la nefasta manera en que los profesores -pero también padres y otras instituciones- hemos educado a nuestros jóvenes. Acá somos responsables todos, en mayor o menor medida pero responsables todos, incluidos estos quinceañeros que suelen ser maestros de la irresponsabilidad; acierta el dicho: lo que se mama no se olvida.

Ojalá que en el furor de los buenos deseos para el próximo año que se reparten a granel los unos y los otros, seamos muchos los que nos propongamos -y cumplamos- el de ser responsables y asumir desde ya lo que nos toca hacer; sólo así este país podrá enmendar su torcido rumbo sin importar que nos "guíen" sacerdotes pederastas, obispos "que son como sepulcros blanqueados", políticos "hambreados" y el resto de la pléyade maldita que va al frente de esta nación.

Pásenla bien y nos leemos en el 2008. Gracias por sus comentarios.
P.D. ESTARÉ AUSENTE DE LA RED EN LOS PRÓXIMOS DÍAS. CHAU.

viernes, 21 de diciembre de 2007

PERRA QUE COME HUEVOS NI AUNQUE LE QUEMEN EL HOCICO


Hoy leí una nota de un periódico local en la que se informaba que un grupo de senadores y algunos periodistas reclaman a norberta rivera -sí, la homofóbica y culera pour excellence- que les halla llamado "prostitutas y prostitutos" por X y Z razones que me resultan ahora intrascendentes si las comparamos con la frase que ha expuesto la perra del Anáhuac. ¿No es ella la eminentísima presencia del cristo en tierra mexica? ¿No es ella y las de su calaña las que ladran que amemos al prójimo como amamos a dios -su dios-? ¿Quién le da autoridad para que se exprese así?

Yo sé que nuestra clase política y los periodistas -la mayoría- no son precisamente la virtud hecha carne que habita entre nosotros; y también sé que uno tiene derecho a expresarse libremente y demás linduras... Pero no todos somos arzobispo primado de méxico ni nos arrogamos la virtud de ser hijos de dios ni andamamos cacareando que lo somos. Lo que ha acontecido, a reserva de que se explique mejor posteriormente, sólo evidencia lo que muchos -al menos yo- siempre hemos creído; que los jerarcas de la iglesia no son más que una bola de escarabajos -tienen esa forma- coprófagos que desde su alba blanquísima tiran la mierda que no son capaces de metabolizar convenientemente.

¿Que les ofendo a su pastor? Vaya guía que tiene la gente sencilla que aún cree en los representantes de la iglesia. Que se exprese de esta manera no me extraña, de hecho, se queda corta la frase; lo que me "sorprende" es que diga "prostitutas y prostitutos" con tal familiaridad, mucha paridad de género jajajajaja cómo se nota que conoce a unas y a otros; si hasta debe tener un portafolio con sus favorit@s. Y rasguensen las vestiduras, digan que exagero y que no tengo autoridad moral para señalarlo así. Pero quienes me conocen saben que jamás me he arrogado una calidad moral ni me he eregido como hombre justo ni de dios, demasiado pretencioso ¿no creen?

Ahí tienen a su pastor disgregando a las ovejas que le confiaron, a las que debería guiar, cuidar, encauzar hacia el camino del bien. ¿Y qué tenemos? A una loca histérica que agita las aguas para enturbiar más la endeble estabilidad social de este país; metiendo cizaña en donde ya abunda la división y la descofianza; sembrando discordias bajo el nombre de su dios. El país requiere urgentemente una reconciliación nacional; ese sería el gran pacto social y político -que desde luego tendría que considerar lo económico- que repararía en lo posible el cisma que vivimos desde el infausto 6 de julio de 2006. Y sin embargo, bajo el signo de la cruz se siguen lanzando anatemas producto de una diarrea neuronal y no de un ejercicio evangélico; ¿tan desesperada está la gallina católica por limpiar el gallinero? En casos así -sumemos los de pederastia, lucros, pactos con el poder y demás abusos- dan ganas de hacer apostasía de esta fe -¿cristiana? ¿saben lo que ladran cuando lo hacen?- y creer otra vez en el aire, la tierra y la lluvia y demás elementos como verdaderos dioses y hacer de la vida sustentable la nueva religión; eso sí, sin intermediarios que mal paguen a sus súbitos. Amén.
En la imagen luce con cara de "yo no fui, lo juro por dios".

miércoles, 19 de diciembre de 2007

PRIMER ANIVERSARIO

A MIS MILLONES DE LECTORES: 365 VECES "GRACIAS".

HOY CUMPLE UN AÑO NEBULAMBUBLOG, EL NOMBRE GENÉRICO DE ESTOS TRES ESPACIOS:

www.nebulambulo.blogspot.com


www.iveatlan.blogspot.com


www.asienelcielocomoenelatierra.blogspot.com


A TODOS MUCHAS GRACIAS. RECIBAN MI ABRAZO Y MI GRATITUD.

NAVIDAD EN NOVIEMBRE

Hace tiempo asumí la utilización de este espacio como el sitio que me ofrece la posibilidad no sólo de quejarme – reviento si no lo hago- sino también incidir en la opinión de mis lectores a través del análisis y crítica de situaciones de carácter político –todos somos políticos en tanto que adoptamos posiciones ideológicos y asumimos decisiones que repercuten en otros-, sociales –no soy una isla- y culturales en general. Agradezco a todos la visita a este blog –que ha cumplido ya un año de existencia- y les recuerdo que sus opiniones y comentarios son valiosos. Dejemos el güiri güiri y empecemos a demoler esta realidad que si no se deconstruye, harta.

¿Qué le van a pedir a Santa Claus, Papá Noel o al Stalin piñero? ¿Qué van a regalar -a costa de endeudarse- a sus seres queridos o no, pero hay que darles algo, so pena de no demostrar lo su-fi-cien-te-men-te que los quieren de verdá? No me digan que aún no lo saben porque este año la navidad está presente ¡desde septiembre! No exagero. En wall mart desde finales del séptimo mes están en no tan discreta exhibición artículos navideños; ahí empezó el desorden o la euforia, según se quiera leer. Y en la primera semana de octubre descubrí horrorizado –sí, así me sentí- en plaza américas –las minúsculas son adrede- el árbol de navidad. Nomás echaba de menos la nieve –artificial, of course; el cambio climático no permite ese lujo-. Faltaba mes y medio para que empezara diciembre y casi dos para nochebuena, pero la economía que no entiende de calendarios había impulsado la erección de ese pino ridículo en vísperas del Día de Muertos (y de mi cumpleaños, craso error). Después todo fue cuestión de observar; la fiebre navideña empezó a inundarlo todo y como pandemia se extendió por toda la ciudad el “espíritu navideño” (¿Ajá?).

¿Quién está detrás de todo esto? Pues la insaciable voracidad de los mercados que corrompen todo cuanto tocan. La ridiculez fue tal que la publicidad se anotó varios hits con sus intentos de “justificar” su hambreada vocación de títere mercantilista:

1. Ven a disfrutar de nuestro noviembre navideño. ¿De quién podría ser semejante asnalidad? ¡Adivinaron! De Liverpool. Con ese comercial nos invita a todos a comprar por adelantado; más cómodos, con menos prisa, con mayor generosidad los regalos para nuestros afectos materialistas.

2. Crediland, la tienda de Santa Claus. ¿Y yo soy un mega pendejo? Si el personaje rojito más rojito que Fide es un mito, ¿cómo es que ahora tiene casa? O sea, Santa no sólo viste a la moda sino que vive cerquita de nosotros. Le pediré asilo. Si alguno de ustedes lo tiene de vecino, me lo saluda.

3. Porque ellos ya lo tienen en mente ¡apártalos! Así gimotea el comercial cutre -¿puede ser de otra forma?- de Chedraui y concluye avisándonos que ya están disponibles infinidad de modalidades de pago –léase endeudamiento- para apartar y pagar “a tiempo” los juguetes de los “reyes del hogar” –tiranos, querrán decir- que ya han elegido. ¿Puede un niño elegir cuando se le ha bombardeado constantemente con publicidad de matel –chafa- y demás empresas desde el espacio de chabelo?

4. Porque la navidad se adelantó… ven a la Comer y compra, compra, compra. Se tiran un ridículo sketch en el que se asegura que Santa Claus tiene mucha chamba precisamente porque esta vez los festejos decembrinos ¡ya están aquí! (yo volví mi cara a todos lados y no vi nada)

No hay que ser especialista para darnos cuenta de la manipulación monstruosa de la que somos objeto a cada instante; a que no se nos insta a participar de una cultura de ahorro, del reciclaje, de la responsabilidad en todos los sentidos, a modificar hábitos alimenticios que nos han convertido en una masa obesa, hipertensa y diabética, a vivir un día sin TV –de paso ahorraríamos energía eléctrica y no comeríamos los bodrios que nos anuncian los comerciales-, a buscar y ejercer prácticas que contribuyan a frenar los daños al medio ambiente. ¡No!. La orden es comprar –endeudarse cabría expresar, porque el grueso de la población no puede darse ese lujo; no deberíamos caer en semejante trampa-, adquirir hoy y pagar después para alimentar la dinámica de una deuda creciente que hace felices a muy pocos.

¿Ya contabilizaron cuántas casas de empeño existen en la ciudad? Ya ni decir si están reguladas o no. La respuesta ustedes la saben. Así como este año “la navidad se adelantó”, no nos sorprenda despertar un día en un país en ruinas debido al colapso económico provocado por una crisis financiera, harto tiempo anunciada,"que se adelantó", pero de ello ni una sola palabra, como diría Pau –para no echarles a perder la felicidad que esta temporada suscita en muchos.- Feliz Navidad a todos en noviembre… y los dejo, porque me voy de compras a Zara.


Texto escrito inicialmente el sábado 17 de noviembre de 2007

vuelven tú y tu pan ázimo

vuelven tú y tu pan ázimo

tú y el tiempo vacuo

el tiempo inagotable de la espera


vuelves con el trino roto

con innúmeros talones de todos los Aquiles muertos por amor


sin querer volver en realidad

vuelves para no quedarte entre rumiantes brazos

ni abollar insomnios

ni parir querellas

ni saldar la paz


vuelves solo por volver

y porque ocupación no encuentras que te llene un existir sombrío

y porque sin tobillo carece de sentido tu grillete

y porque ausente conociste estado límpido y excelso de la muerte


vuelves como el sol al sueño

como el niño al hambre

como el sueño al miedo


mas guarda tu cuerpo en la tumba donde inmune estuvo

y lo que consiguió ignorar por tanto tiempo

lo logre mantener en un sopor

máculo y tortuoso y sin regreso


mueran tus huesos y tu carne

muera tu fulgor tu aliento y tu venganza

mueran tus regresos sin relieve


vuelve al valle de los devastados



El poema anterior es cortesía de Emmanuel R.C., "El Mago", quien dio el vo.bo. para que mis millones de lectores conozcan este texto, que a mí me gusta por su musicalidad, las figuras poéticas que consiguen manifestar el estado anímico del Yo poético dolido, nostálgico y lleno de gracia... sólo quien ha amado (a un escorpión) puede entender esto. Gracias, Mago.
Xalapa, Ver.,viernes 30 de noviembre de 2007

martes, 18 de diciembre de 2007

REFRANERO QUEER 9

1. ¡INDIA! ¡NI DE A MENTIRITAS!

2. NO HAY INTELIGENCIA SIN CONFLICTO.

3. SI TE LA SABES....¡CHÍFLALA! (EN LUGAR DE BRAMAR)

4. ¡EN LA BOCA NO, SI NO CÓMO TE LA MAMO!

5. ¡CARBÓN ENCENDIDO POR DÓNDE PECÓ! (F.G.LORCA)

6. LA VERGÜENZA ES UN VALOR (LEE BIEN, PIOJA)

7. EL EMPODERAMIENTO (SÓLO) SIRVE PARA SABER DÓNDE SE AVASALLA UNO.

8. CULO QUE NO HAS DE COGER, DÉJALO CORRER.

9. LOCAS QUE NO VEN, CULO QUE (DE TODOS MODOS) SIENTE.

10. SI QUIERES SABER ALGO, MÉTETE A WIKIPEDIA.

11. TODO PUTO EMPIEZA PREGUNTANDO (Confesión de un heterosexualísimo; por algo lo dirá).

12. EL QUE ODIA EMPIEZA POR ODIARSE A SÍ MISMO COMO PRIMER MANDAMIENTO.

13. EL CAMINO AL HOMBRE DE TUS SUEÑOS ES LARGO; EL REAL ESTÁ A TU LADO.

14. NO MALDIGAS AL ESPEJO SI TU ROSTRO ES FEO.

15. UNO ES TAMBIÉN LAS AMISTADES QUE TIENE.

16. SI NO DOLIERA TERMINAR UNA RELACIÓN, UNO IRÍA ROMPIENDO HISTORIAS -HÍMENES, CULOS Y HOCICOS- A GRANEL.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

CAMBIAR PARA QUE TODO SIGA IGUAL


La frase lapidaria que afirma, palabras más, palabras menos, que uno tiene lo que se merece, se hace patente cuando uno observa con detenimiento su alrededor. Basta con contemplar una escena cotidiana y ahí, en la desventura o en el gozo del momento tiene mucho que ver la volición de que tal estampa acontezca. Está bien, no me reclamen, se aplican restricciones a la afirmación anterior.

Como muchos de ustedes lo saben, desde hace algún tiempo me dedico a la investigación en los estudios de género; ese campo de trabajo que aún tiene muchas vetas por explotar y también muchísimos obstáculos que sortear para hacerse un lugar en la vida del común de los mortales. Pues bien, desde este enfoque es que he encauzado mi vida, y en general, mi actuación social pasa por el filtro del concepto género y lo que éste conlleva; sin dejar de lado, of course, la teoría queer, que ha venido a ser, mi Nuevo Mundo en el que, la verdad sea dicha, me siento muy bien.

Contrario a lo que podría pensarse, son muchas las voces que se elevan quejándose de que mi conducción por las aulas o la vida diaria sea bajo el enfoque del género; ¿para qué si todo sigue igual?, se atrevió a vociferar este día una fémina cuyo nombre no merece ni ser referido. ¿Por qué? se preguntarán escandalizados más de dos. Pues porque una mujer que se declara derrotada desde antes de conocer que existen otras maneras de vivir la vida ya está muerta -en un sentido figurado, desde luego-. A mí me resulta sorprendente que existan todavía mujeres que asuman -dogmáticamente- que su destino está supeditado a la voluntad de los otros, llámese varones, instituciones, padres, escuela, etcétera; este tipo de personas, son las que alentan la velocidad del fluido, si bien los cambios son lentos -aún más los de carácter social-, la existencia de estás bípedos acrecienta la fricción de la evolución.

Un macho preguntó qué a él para qué le sirve conocer los estudios de género; no le devolví la teoría -que es mucha, confusa y que ni le interesa de verdad conocerla, la verdad sea dicha-, únicamente le respondí que para liberarse del lastre que le ha significado el machismo en su vida emocional, para aligerarlo de la carga cultural que le impide ser más sensible y menos intolerante. ¿Ustedes creen que hubo una expresión de asombro? Ni una sola. Si acaso una mueca que se sumó a las que día a día afean sus rostros, de suyo, no agraciados. De los dos individuos que preguntaron no se hace ni la mitad; y no es discriminación ni racismo ni nada de eso, que ya sé que a los mexicanitos se les da bien el melodrama, la victmimización, lo quejica, y me acusarán con su dedo santificado. Se trata de llamar las situaciones por su nombre y no pactar con la bruticie ni el lagrimeo catoliquero.

Aspirar a reducir la enorme brecha que distingue las relaciones entre mujeres y varones no tiene por qué ser un tema de moda o una ilusotopía más, toda vez que es una necesidad, una urgencia, para sanear la desigualdad, la asimetría, la injusta situación de vida con la que deben existir muchas féminas y no pocos hombres. Pero lo he señalado otras veces, para comprender la discriminación es preciso haberla vivido en primera persona, pues de este modo, al problematizarla in situ, el individuo alcanza una conciencia plena. Algo parecido ocurre con la equidad de género; hasta que una persona se harta de ser explotada, minusvalorada, subordinada, entonces se plantea si no existirán otras opciones de vida. Pero para llegar a ese momento de feliz revelación – epifanía de lo siniestro, como se cita por ahí; si sé dónde pero no les voy a decir- hace falta caer y tocar el suelo.

Si una mujer sigue creyendo que es normal que se le diga que vale la mitad o menos de lo que vale su marido, qué se le hace; si considera que lo justo es obedecer y que el cielo cristiano sólo se obtiene a fuerza de ascender escalones y éstos son los golpes que el marido le da, muy poco es lo que se avanza; para lograr el despegue de una nueva realidad social hace falta una toma de conciencia: siempre individual, voluntaria, decidida, lo que en los estudios culturales se denomina empoderamiento.

Sin embargo, para que ambos procesos, el empoderamiento y la equidad de género, sean una realidad y no meta virtual, hay que empezar a revisar los esquemas anquilosados que han sido los ejes de nuestra existencia.

martes, 6 de noviembre de 2007

TELEVISA Y TV AZTECA:¿HERMANAS? SI NO TIENEN MADRE


He referido a ustedes, mis millones de lectores, sobre las situaciones que a diario debo encarar como un antihéroe en un tiempo donde caballero, dama y castillos ya no existen o están próximos a desaparecer. Vivo rodeado de absurdos que cada día aumentan, como si se multiplicaran en progresión geométrica; paso de la desazón que me causan aquellos en quienes un día confié a la indignación que me producen los medios de comunicación. Y a propósito de estos últimos ¿hasta dónde llegará su desmesurada hipocresía? ¿Su voracidad probada al manifestar, una vez más, su insensibilidad ante situaciones de emergencia? Esto viene a colación, porque me bastó mirar la tele un par de minutos el pasado fin de semana para descubrir cómo las televisoras y sus filiales –cómplices- están aprovechando las inundaciones en Tabasco para llenar sus arcas de recursos económicos producto, of course, de la buena voluntad de algunos que acuden a donar –en especie o en efectivo- a las distintas instancias que para ello se han habilitado. ¿Se han dado cuenta de la falsedad con la que los conductores intentan persuadirnos para ayudar a nuestros hermanos de Tabasco? Es precisamente la palabra hermano la que evidencia su hipocresía. ¿Desde cuándo la gente de ese Estado es hermana nuestra? ¿Qué relación sanguínea parental nos permite vociferar tal término como si de una enunciación divina se tratara? Mienten con todos sus dientes aquellos que repiten, hasta el hartazgo -¿se darán cuenta de ello?- la dichosa palabra.


Si resulta difícil sentirse hermano de aquellos con quienes compartimos progenitores, imagínense ahora sentirse tal de alguien a quien no conocemos. Es verdad que puede existir solidaridad, comprensión, cierta empatía con personas que afrontan –como pueden- una desgracia, después de todo, son mexicanos como nosotros – ¡ay, qué cursi!- pero de ahí a pronunciar “nuestros hermanos” no sólo existe un abismo sino una burla. Lo que las televisoras quieren es embaucar al mayor número posible de donadores –así dijeron, pueden creerme- para que hagan sus donaciones –sic- en los bancos, que generosos abrieron múltiples cuentas para apoyar –vuelve la palabrita mágica- nuestros hermanos de Tabasco.
Y claro, más ingreso al banco, más tiempo aire pagado por los mismos a las televisoras y por tanto, más melodrama –falsedad pura- para que haya más donadores alimentando la ubre podrida –en dinero, of course- de los banqueros. ¿Dónde quedó la buena voluntad? ¿Acaso existió? Si la intención de ayudar fuera desinteresada –ah, iluso de mí- le darían protagonismo a instituciones que ya existen y que requieren precisamente apoyo –económico y humano- para llevar a cabo su labor benéfica, pongamos por caso la Cruz Roja e incluso el DIF. Pero como no se trata de ayudar sino de obstaculizar y en honor a la verdad, de hacer ganancia a propósito del río revuelto –y sin metáfora- urden una sarta de mentiras que avalan unos y confirman otros hasta llegar a pensar –eso creen ellos- que de verdad ha ocurrido tal buena acción.


Si de suyo la televisión me asquea –no hago distingo en mi desprecio entre una televisora y otra; me refiero a las nacionales- con el enésimo teatrito montado me corroboro en mi postura. Donen, ustedes que creen, todo lo que quieran, hagan alarde de que han cooperado, y cuando su estrellita dorada plantada en mitad de su buena conciencia les permita mirar y aplaudir la siguiente estupidez del programita de moda, olviden todo. Todo. Ah, pero antes, por favor, apaguen el televisor.

martes, 30 de octubre de 2007

REFRANERO QUEER

1. Queer me lo diste, queer te lo llevaste.

2. A una perdida no la encuentra nadie. ¿Verdad que Ningún reloj cuenta esto?

3. Qué difícil es decir te quiero cuando se es Escorpión.

4. La ropa cubre lo que eres y descubre lo que quieres ser, perra.

5. En los afectos no necesariamente debe haber Correspondencia Biunívoca.

6. El ojo de loca, no se equivoca.

7. Como lo pendejo no duele, nadie se queja.

8. Lo feo y lo pendejo es lo que más lata da.

9. Tanto peca el que se coge a la vaca, como el que le coge la pata.

10. Ni la pena ni la vida ni la verga duran mucho.

11. Conmigo andarás descalzo pero bien zacahuileado.

jueves, 25 de octubre de 2007

ESTRESIS*

La experiencia de planear, elaborar y concluir una tesis se parece a la vivencia amorosa: sólo puede explicarse en primera persona, aunque existen muchas situaciones más que solamente pueden referirse desde el Yo. Pero lo describo de este modo porque es hasta el momento en que uno se ve impelido a llevar a cabo un trabajo recepcional, que empieza a sentirse por igual el estrés que causan las expectativas y las limitaciones que suscita, y dentro de este amplio espectro caben los aciertos, las horas dedicadas a la localización de material, la redacción de notas, los compromisos laborales, la corrección de estilo, etcétera, sobre este proceso desolador, compartiré con ustedes.

¿Qué relación amorosa no genera alta tensión? Porque una vez pasada la primera fase, la del enamoramiento, lo que sucede después es un estrés constante y continuo por quedar bien, por amar más, por mantenerse enamorado. Igual ocurre con la realización de una tesis. Una vez elegido el tema –emocionado, supongo-, empiezan las dificultades: la búsqueda de bibliografía que suele aparecer en todos los catálogos y pocas veces en las estanterías de las bibliotecas: porque está prestada, porque fue sustraída, porque no aparece en ningún lugar.

Según el tema de estudio, el problema de la bibliografía se extiende hasta la inexistencia de material actualizado, no traducido al español, a la necesidad de viajar a la ciudad de México o adquirir los textos a través de compras por Internet con la consiguiente inversión de recursos económicos y de tiempo libre. Pues el poco que nos queda disponible hay que negociarlo con los compromisos laborales, sociales y desde luego, amorosos.
Si uno consigue hacerse de la bibliografía tras sortear el intricado mundo de las imposibilidades bibliográficas viene el momento de la lectura de los textos y la redacción del trabajo recepcional y con ello, el estrés de no contar con un tiempo destinado a tal actividad. Porque muchas de las veces, uno ya se encuentra parcial o totalmente inmerso en el mundo laboral, y en consecuencia, se han adquirido responsabilidades que de no cumplirlas nos remiten inmediatamente al extrarradio de la población económicamente activa.

Así, el tesista surfea entre mantener el compromiso laboral (que le permite magros ingresos económicos para sobrevivir y adquirir –en pagos chiquitos- ciertos materiales) y realizar avances de la tesis “cuando le es posible” o vivir a expensas de una cada vez más limitada caridad familiar (que a veces incluye a los amigos, la pareja, otras personas) y emplear ese tiempo libre para desarrollar la investigación que le permita concluir un trabajo que lo llevará a adquirir la etiqueta de licenciado.

Si hasta este momento uno decide continuar con la realización de la tesis es porque ama el trabajo, porque el proceso se ha vuelto irreversible o nos hemos hecho adictos al estrés. Porque a continuación viene la búsqueda de un lector que posteriormente se convierta en el director de nuestra tesis. Y un nuevo problema está servido: no hay catedráticos dispuestos a dirigir una investigación –las razones pueden ser muchas-, no existen académicos competentes en el ámbito de la propuesta presentada o el trabajo planteado representa una amenaza profesional para el posible asesor. Saber elegir el director de tesis implica conocer a sus enemigos académicos (no sea que muramos a mitad del fuego cruzado entre ambos bandos, y esto, también estresa), sopesar la importancia que daremos a la valoración que éste haga de nuestro trabajo, considerar las exigencias que puede acarrearnos su asesoría, etcétera. Algunos somos afortunados y coincidimos con directores competentes y generosos, que atienden nuestra solicitud y nos enseñan en cada reunión de trabajo, de manera que la investigación se enriquece y uno recupera la emoción y las ganas de continuar con la redacción de la investigación recepcional.

Concluido la redacción de nuestra tesis, llega el momento de presentar el protocolo del trabajo, de dicha valoración surgirán nuestros lectores, el prejurado, que emitirá su dictamen al término de la lectura de nuestra investigación. Durante este compás de espera, los ateos rezan solicitando un milagro –que les aprueben el trabajo-, y los que están convencidos de que su investigación está fundamentada y redactada de manera conveniente, sólo aguardan el veredicto aprobatorio. La revisión de notas –si las hay- es el preludio del parto, del despegue definitivo; es el lugar desde donde uno espera la fecha del examen profesional.

Después todo sucede en caída libre: una última revisión al estilo, la impresión de los ejemplares, la redacción de la presentación del trabajo ante el jurado, el lugar de la celebración y el look para ese día. ¿Qué hay en el instante previo a la hora del examen? Pues estrés y más estrés, no sea que una pregunta del jurado nos dejé fuera del juego final. A eso es lo que uno teme, a un error de último momento. Porque es ahí, delante de los jueces y de los testigos – si existen-, cuando uno recibe de golpe el recuento de todo lo realizado para llegar hasta ese instante. Quienes ya han pasado por ese trance, saben a qué me refiero, los que estarán ahí, entenderán entonces como todo se conjunta en un solo punto con una presión creciente que sólo desaparece –y eso es un decir- cuando uno escucha la palabra ¡aprobado!

Xalapa, Ver., miércoles 17 de octubre de 2007
*Texto leído el martes 23 de octubre en el Salón Azul de la ex Unidad de Humanidades a propósito de la experiencia de elaborar una tesis, esto en el marco de la mesa "Tesistas" que formó parte de los festejos de 50 aniversario de la facultad de Letras Españolas de esta ciudad.

YO SANTA*


Abrir un libro implica una aventura de la inteligencia.
Luis Arturo Ramos

Presuponer que comentar el contenido de un libro es una actividad sencilla es un error, pues no se trata de enumerar las razones para leerlo o los argumentos para rechazarlo ni tampoco de tejerle una filigrana de adjetivos que terminen por anular un texto interesante o por inventar a un escritor. También sería absurdo esperar que el libro se anuncie solo acompañado de un arsenal de buenas intenciones. La pregunta presente entonces es ¿qué hago aquí? La respuesta no es simple pero intentaré satisfacer tal reclamo.

Estoy aquí traído por un libro, El mundo de Santa, aunque parezca lo contrario, no es evidente, porque para llegar a ustedes se ha puesto en marcha una maquinaria que involucró personas, instituciones, probabilidades y pronósticos del tiempo, por citar algunos ejemplos. Estoy aquí porque cuando cree que se ha ido resulta que está de regreso. El tiempo –lo sabemos- es lineal, continuo e irreversible según las leyes de la física; pero en el recuerdo, la coordenada temporal siempre es presente. Y lo podemos comprobar si abandonamos nuestras incertidumbres reales, las de la vida cotidiana y nos permitimos caer dentro de El mundo de Santa. Así ha titulado al libro el maestro José Luis Martínez Suárez; y aunque él escribió el texto resulta que ese mundo narrado no le pertenece; ni es de ningún modo de Federico Gamboa quien “inventó” a Santa. El mundo es de ella, y como tal, es la anfitriona con la que deambularemos a través de las páginas de esta investigación.

Dentro del mundo de Santa nuestra función lectora nos tornará individuos, ciudadanos, conocidos “reales” de esa virtualidad que es el mundo narrado. Porque al interior del texto no seremos sujetos extraños sino protagonistas del universo en el cual surgió Santa, toda vez que son los términos individuo, ciudadano, sociedad los que le preocupan a Martínez Suárez, hasta convertirse en los ejes de sus investigación, porque estos son “conceptos configuradores en el espacio del liberalismo primero y, posteriormente dentro del positivismo, se unifican ideológicamente durante el porfiriato” (:6). Exponer esa doble moral de la época porfirista es lo que motiva la investigación del autor, a seguir, de algún modo, las huellas de Santa.

A José Luis Martínez Suárez le preocupa qué ocurre con la libertad del individuo durante la dictadura de Porfirio Díaz. Cómo se vive, se piensa, se ama, se sufre bajo un régimen que asegura favorecer la libertad del individuo la cual –se supone, según los ideales del positivismo- llevará al surgimiento del hombre nuevo. A lo largo de las páginas de este libro, caminando siempre guiado por el autor, nos es revelado el contexto social de una época que creyó que era posible alcanzar una sociedad armoniosa donde el azar y el error (la enfermedad, los vicios, los males sociales) quedarían fuera de ese orden casi matemático.

Tal pretensión, ¿no se parece a lo que hoy queremos alcanzar auspiciados por la ciencia y la tecnología? Los mismos instrumentos que aspiraban llevarnos al máximo bienestar son los que generan las cantidades gigantescas de desempleados, marginados, entes raros y solitarios que además de invalidar la tesis de que el progreso torna todo en confort, afean al mundo en su conjunto; para muchos, esto es lo más terrible de este error del mundo posmoderno.

Imaginemos que debemos explicar el mundo de una prostituta, sus relaciones con las personas, las autoridades, la moral vigente; en principio habría que llamarla sexo servidora; no vivimos en la dictadura de Díaz pero se mantiene vigente la corrupción, tal vez no exista el desprecio social –estoy siendo optimista, lo sé- pero sí está presente la discriminación de género, la misma desigualdad social; el anatema religioso perdura y cambiaríamos tuberculosis por VIH o el virus del papiloma humano y mantendríamos actualizada la sífilis y la pobreza extrema. Ésa es la realidad que constituye El mundo de Santa, el que acertadamente Martínez Suárez nos va explicando, no porque no seamos capaces de encontrar la analogía entre aquél universo y éste que habitamos, sino que su mirada crítica incide en el fracaso de la política porfiriana en el intento de crear un hombre nuevo, y en consecuencia, una sociedad renovada; orden y progreso era la consigna y lo que se palpa en el ambiente –así lo percibimos al leer el texto- es el caos creciente. El individuo del porfiriato no es tal, el ciudadano es sólo una ficción del discurso político de principios del siglos XX, la sociedad es el lugar por donde desfilan todos los males que el régimen pretende vencer –o al menos ocultar-; un manicomio grande donde caben todos los locos, “los desviados y anormales” de aquél nuevo siglo.

Han transcurrido más de cien años desde que Santa apareció en la literatura mexicana y su vigencia obedece, tal vez, a que en sus páginas se actualiza una realidad conocida por nosotros, ciudadanos y lectores del siglo veintiuno; porque la literatura como señala el autor: “no es propiamente un saber sino una práctica específica en la ideología situada en el nivel de lo vivido, sentido, y percibido” (:155)

El mundo de Santa es también el mundo de cada uno de sus lectores, individuos, ciudadanos, sujetos de dos mil siete atrapados en la aspiración positivista del orden y el progreso, que a diferencia de aquellos habitantes del México de 1903, si somos conscientes –eso quiero creer- de que el discurso liberal, la moral laxa y los avances científicos y tecnológicos no son la panacea que redimirá al hombre y a la mujer del nuevo milenio; si acaso son las causas de la entropía creciente, la desesperanza nuestra de cada día y de la libertad condicionada y cada vez más acotada que nos tocó vivir. Pero en El mundo de Santa, también encontramos que no está escrita la última palabra, que no todo es fatalidad, que mientras existan individuos sensatos – ahora cada vez más escasos, cierto- habrá además, una esperanza.

Xalapa, Ver., 4 de octubre de 2007
*Texto leído el viernes 19 de octubre de 2007 en la Casa de Cultura de Coatzacoalcos, con motivo de la presentación en dicha ciudad, del libro publicado por la Editora del Gobierno.
Cabe aclarar que el reportero del diario (¿?) El Liberal del Sur ha hecho uso de una parte de este material sin otorgarme el crédito. Así que cualquier coincidencia entre este texto y una paginita de aquel tabloide es un plagio.

CRISTINA RIVERA GARZA: UNA LECTURA DESDE LOS ESTUDIOS DE GÉNERO



Este trabajo es resultado de una imposición amorosa, que así es como yo considero toda urgencia, toda necesidad de darme respuestas parciales a falta de certezas. Es también el subtotal de una larga suma algebraica de avances y retrocesos. Surgió, para escándalo de los racionalistas, de un sueño, de una línea, ¿sabías que hay hombres que vuelan como pájaros? De ahí al mandato de llevar a cabo esta tarea sólo bastó una voz.

Conocí la obra de Cristina Rivera Garza tras la lectura casual de una reseña que el diario Milenio presentaba a propósito del libro de cuentos Ningún reloj cuenta esto. Era la época en la que todavía creía a ciegas en lo que publicaban los periódicos. Busqué el libro, lo compré, lo leí y me gustó. ¿Una mujer narrando como si fuera hombre? ¡Y no era lesbiana! Me pregunté y me respondí casi al instante. ¿Qué tenían o de qué carecían esos personajes masculinos que podían ser retratados por una mujer? ¿Eran ellas las diferentes y en esa singularidad es que resultaban significativas? En esas cuestiones novelescas me hallaba cuando me encontré con la novela Nadie me verá llorar. ¡Eureka! Eran ellas (los personajes femeninos) las que tomaban las riendas del relato acelerándolo o dejándolo caer al vacío sin pedir permiso a nadie.


¿Cómo se llama a una mujer que actúa por sí misma y que no es lesbiana (se suele asociarlas con atributos masculinos y entonces resulta “lógico” entender sus acciones) ni feminista? Recordé que a principios de esta década, un amigo que estudiaba Antropología me había platicado sobre el empoderamiento, palabra que conocía de a oídas integrado al discurso homosexual, y que hace alusión a un proceso de toma de conciencia que implica una actuación personal y social. Emprendí la búsqueda del concepto tan indefinible y escurridizo, y después de conocerlo –más a detalle, quiero decir- me pareció que por todas partes estaba presente el vocablo. A los eruditos y puristas de la lengua les molestaba (les caía como un peso acelerado sobre su buen decir) y a muchos más les resultaba patético que indagara en una cuestión innecesaria.

Pero ya intrigado por la manera en que se establecían las relaciones entre personajes femeninos y masculinos en el universo de Rivera Garza, desoí las voces necias y emprendí la cacería de nuevos textos: La cresta de Ilión, que me desagradó al principio -¿me habré ofendido por la manera en que ellas tratan al personaje masculino?-, fue al final el texto en el cual apliqué mi hipótesis y llevé a cabo este trabajo. Lo anterior, obra posmoderna, entrópica, liminal; La más mía –poemas-, La guerra no importa, Los textos del yo –más poemas- y todas las entrevistas y artículos que encontré en periódicos y en la red. En la mayoría de los textos resaltaba esa insistencia por negar nombrando: ningún, nadie, no, y en la mayoría de las narraciones estaba presente la mujer empoderada puntuando –por su poca o nula participación en el relato- la “ausencia” masculina. Una vez descartado que no se trataba de una revancha de género sino de replantearse el género emprendí la búsqueda de bibliografía que apuntalara mi tesis: ellas no son malas sino que ellos resultan tan pasivos que la mínima acción de ellas dentro del relato las torna gigantes.

No eran feministas tampoco. Necesitaba otra teoría y estaba seguro –así lo intuía- que tenía que existir porque yo necesitaba explicarme lo que ocurría dentro de dichos relatos. Fueron los estudios de género los que aportaron los instrumentos de análisis para obtener las respuestas.

Si renunciamos a la tradicional idea de lo que significa ser hombre y ser mujer, si nos planteamos que no existe argumento válido que justifique porque uno sale al trabajo y la otra se queda en casa; que no existe fórmula ni teorema que valide la racionalidad de la subordinación femenina a los hombres y en consecuencia, justifique la desigualdad, la minusvalía, la opresión, entonces podemos comprender que los estudios de género vienen a dar continuidad al reclamo feminista de los años setenta.

Si no es la naturaleza la que nos condiciona –en tanto que no es natural que uno mande y otro obedezca- queda al descubierto que es la cultura la que ha construido las estructuras del poder otorgando hegemonía a los varones (heterosexuales) y privándolas del mismo (o acotándoselos) a las mujeres y a los hombres débiles. A través de esta imposición que contribuye a mantener el orden social, resultan para ellos los privilegios y para ellas la obediencia y la sumisión.

Son los planteamientos de los estudios de género los que me permitieron comprender la lógica de las acciones de los personajes en el universo construido por Rivera Garza. El concepto empoderamiento, que es en principio una toma de conciencia, y sólo después una manifestación, contribuyó al resto de la argumentación de este trabajo. Los personajes femeninos se empoderan y en consecuencia actúan, porque alguien debe llevar a cabo las acciones del relato (para que sea tal). Si los personajes masculinos no participan, no se mueven, entonces lo hacen ellas, pero no resignadas ni con afán de revancha sino convencidas de que quieren y pueden hacerlo. Y esa voluntad, esa apropiación del yo que desde afuera; quiero decir, desde la mirada tradicional y machista es sancionada con términos como “machorra”, lesbiana, “hombruna”, bruja, mala, puta, quimera; queda liberada, libre desde el enfoque de los estudios de género.

Para explicar –literalmente- esta doble óptica recurrí a la Lógica de los posibles narrativos de Bremond porque quería demostrar:
a) que un texto puede interpretarse como un sistema en equilibrio (sí, como lo está inicialmente cualquier sistema físico, una ecuación, un cuerpo indiferenciado), que al ser leído pierde dicha cualidad, y entonces el proceso de lectura no es más que ese intento por devolverlo a su estado inicial, en equilibrio,
b) que en ese movimiento de aparente desorden se mantienen constantes las variables del texto, esto es, que la situación inicial y final están en relación equilibrada con respecto a todos los movimientos que ocurren dentro del sistema literario: si una variable gana, la otra pierde, y viceversa. Si un personaje suma, el otro resta; lo que de un lado multiplica, del otro lado divide, de este modo no se altera la realidad del texto ¿o nos quedamos con piezas del relato al término de la lectura? ¿Se nos pierde algún personaje? y
c) que todos estos movimientos dentro del texto ocurren en términos probabilísticos: sucede A o B pero no pasa que no ocurre nada.

Con estas tres consideraciones resulta lógico plantear que un personaje masculino que renuncia a asumir su actuación en el relato implica necesariamente que otro asuma la tarea evadida y, en el caso del mundo narrado de Rivera Garza, esta acción es asumida por un personaje femenino, que se ha empoderado y no virilizado, como la juzgaría la mirada heterosexista masculina desde el mundo real, el del lector.

Esta toma de decisiones del personaje femenino implicará un proceso de mejoramiento, desde la propuesta bremondiana, toda vez que la no actuación del otro supone uno de degradación, lo cual también contribuye a mantener el texto en equilibrio. Cuando el personaje masculino intenta recuperar los atributos de la masculinidad (lo que tradicionalmente se considera como tal) descubre que no lo consigue porque ella –siempre desde el enfoque de los estudios de género- no participa de las particularidades que culturalmente se le han impuesto; de este enfrentamiento de lo masculino (lo clásico) contra lo femenino (empoderado) surgen la degradación y el mejoramiento de los personajes del mundo narrado de la autora tamaulipeca. Surge también la zozobra y la desaparición del personaje masculino y en contra peso el surgimiento del personaje femenino. No existe revancha, no hay imposición, tampoco lesbianismo, ni hay una bruja ni poder oculto que asegure que ellas han ganado a “la mala”. La supuesta contradicción viene de una lectura machista, tradicional, hegemónica incapaz de despojar a la mujer de los atributos impuestos, como la subordinación, bajo la justificación de que es lo natural; lectura que imposibilita que al varón se le dote de nuevas particularidades, que sin importar el sexo biológico pueden poseer unos y otras, sin que esto suponga una pérdida de la identidad, toda vez que ésta queda definida en su movilidad, en su relación con otros individuos, en su valor multisemántico. No es lo que hacemos lo que nos define (ni únicamente la mirada del otro) sino el cómo lo hacemos es lo que nos confiere feminidad o masculinidad.

Fue así como comprendí porqué me había gustado tanto la narrativa de Cristina Rivera Garza; le daba nombre a lo que desde mi infancia evocaba sin un concepto que lo abarcara. Ahora le otorgaba respuestas a mis preguntas y más cuestiones a lo respondido. Leer a esta autora denominada “fronteriza” –simplistas quienes la llaman así, pues todos somos fronterizos en tanto que somos identidades en movimiento- implica despojarnos de la inmovilidad del status quo y permitirnos el acceso a nuevos paradigmas, no sólo para comprender su obra sino para vivir la existencia ¿verdad que Ningún reloj cuenta esto?


Xalapa, Ver., martes 9 de octubre de 2007

jueves, 11 de octubre de 2007

PROHIBIDO ESTACIONARSE 2


No se necesita ser urbanista ni venir del campo para afirmar que las vialidades de todas las ciudades están diseñadas únicamente para los automóviles, relegando a los peatones (los verdaderos habitantes de las urbes) a meros estorbos móviles que hay que erradicar porque afean el paisaje. Todas las ciudades han dejado de ser lo que eran para existir en un continuo estar siendo o estar dejando de ser, pues la obsesión de los alcaldes, gobiernos estatales o federales les están dando en la madre, ¿hay otro tipo de palabra para expresar la desgracia que tanta construcción ha traído a nuestro entorno urbano?
Basta con salir a una calle cualquiera y curiosamente la encontraremos en construcción, reconstrucción, remodelación o algún otro estado imperfecto pero jamás concluido. Es como si las autoridades y todos los involucrados en el ramo de la construcción (destrucción) tuvieran miedo dejar quieta una ciudad, como si con ello ésta muriera o empezara un proceso de descomposición irreversible. La consigna es destruye y simula que rehaces mejor. Pero lo más lastimoso de esta ansia destructora es que las obras que se instrumentan para mejorar el caos vial terminan empeorándolo. No porque la obra en sí no funcione sino porque fue mal planeada desde el principio; a ello hay que agregar la mala calidad de los materiales empleados y la larga duración de las obras.
Pienso en la monumental estupidez que están construyendo en la confluencia de las avenidas Orizaba y Xalapa de esta ciudad. Antes de que la ingeniería local sorprendiera con su talento sui generis, el tráfico se distribuía con el auxilio de cuatro semáforos; con la inteligente planeación que han realizado –amén de tirar árboles, alterar para siempre la circulación vehicular y con ello la tranquilidad que había en muchas calles aledañas- se pondrán en funcionamiento diez semáforos y me temo que sean más. ¿Acaso el municipio recibe un monedero electrónico por cada aparato que adquiere? ¿Qué justifica esa obsesión por semaforizar la ciudad? ¿Quieren ralentizarla? ¿Entrar al selecto club de las ciudades lentas que ya causa furor en la Europa más moderna?
No cabe duda que hasta para trazar una calle hace falta un neurona en prejubilación –como las que NO tiene Norberta y de ahí su sueño de que se imparta catecismo en las escuelas- y de ella adolecen los que aprueban este tipo de actos de lesa ingeniería. Eso sí, en ninguna de las recientes y pomposas obras de distribución vial se consideró la existencia del peatón. El indio que se joda, por pobre, por indio, por pendejo. No se crean cruces peatonales (ningún semáforo detiene por completo su luz para dar un tiempo prudente al cruce de viandantes; siempre hay uno en verde para que surque veloz el espacio urbano un automóvil), la señalización no se respeta o no existe, los puentes peatonales son escasos y cuando los hay, resultan harto antifuncionales.
Las ciudades son para los autos y para aquellos que necios se empeñan en andarla. Los paseos arbolados están en extinción –también debe haber una tanda de árboles caídos porque los tiran como quien arroja un chicle a la basura y nadie protesta-, los corredores peatonales son sueño de gente con mentalidad primer mundista ¿y de quién es la culpa tener esos anhelos si se es habitante del tercer mundo? Del indio y solamente del indio por atreverse a desear un hábitat diferente. Mientras las inteligencias apuestan por el desarrollo sustentable en el Reino de las Bestias se busca la practicidad aunque ésta sea sólo un anhelo también… que no se den cuenta no les quita su grado de pendejez.
En tanto, festejemos que el gobierno de Ahué cumplió con el pueblo: más vialidades (inviables) y más bodegas con productos made in China, si eso no es progreso, entonces ¿qué quiere el indio? ¿Qué voten por él?

viernes, 5 de octubre de 2007

DÍA DE LA CARIDAD


En plena festividad de Francisco de Asís y escuchando música africana, el etíope Ali Farka Toure (cuya foto preside este texto), trascribo unas líneas que redacté el sábado pasado como protesta a la invasión de caritativos obsesivos.com que cubrió los cruceros de las avenidas de esta ciudad.

Si la iglesia católica –obviaré las mayúsculas por prejuicio jajajaja- tuviera vergüenza, no mandaría una legión de achichincles a pedir –cabría afirmar exigir- una monedas por ser el dí-a-de-la-ca-ri-dad. ¿Quién instituyó tal efeméride?, ¿Quién legitimó tal desproporción? ¿Acaso la misma iglesia que despotrica contra el Día del Orgullo Gay? Lo que a los jerarcas –oligarcas- (retrógradas, maricas, asnales) les incordia es que el Universo no se pliegue a sus deseos (¿berrinchitos a mí?), y si tuvieran una neurona en prejubilación al menos, no “pedirían” caridad sino justicia y contra ellos mismos, pues como institución han hecho más daño a la humanidad que la suma total de males que la han asolado durante siglos -¿exagero?-; daño que continuan infligiendo a la especie cuando solapan curas pederastas, comulga con sistemas totalitarios, pacta con la corrupción, sataniza el relativismo, promueve la homofobia y la violencia de género, cotiza en la bolsa de valores (económicos, que los morales no se les dan ni por error), aparta de la eucaristía a los divorciados “vueltos” a casar, etcétera. Todo queda anatemizado desde el púlpito in personae christi, pero jamás se plantea la autocrítica –desaparecería si ocurriese tal acción-.

La jerarquía religiosa cree que es ajena a la ley que (des)gobierna a todos (que no le apesta la mierda) y se coloca como árbitro de toda conducta humana. Para advertir su discurso excluyente, visceral, acomodaticio, hipócrita no hace falta ir al catecismo, si de ello hasta Paris Milton se da cuenta (¿otra vez exagero?). Pero todo seguirá como hasta ahora, sin variaciones, rumbo a peor mientras existan entes tontunos que le siguen el juego a curas y arzobispos, monjas y redimidos; no importa que nos importunen con su exigencia (Coopera –así, sin mediar un saludo ni el tratamiento de usted- con el día de la caridad, mandan las emisarias), como si fuera un deber –anda, que eso de la conciencia está anacrónico, ¿vale?- participar de ese óbolo misericordiosa que irá a engrosar las cuentas bancarias del santo padre (santo cabrón-ladrón). Mientras con sus prédicas evangélicas dominicales, seguirán dándole (ad nauseam) a la masa deseosa de milagritos y consuelos “espirituales”, caridad y PAN.
Escrito el sábado 29 de septiembre de 2007

martes, 25 de septiembre de 2007

REFRANERO QUEER 6

1. Estás como Loraleonora, si se la meten chilla, si se la sacan llora.
2. Pájaro muerto, cama de luto; cuerpo sin hueso, cara de susto.
3. "A" dijo El Yico y se volvió a acostar.
4. Tortis ni mortis.
5. Soy más positivo que un número real.
6. Los lunes ni los gays cogen.
7. ¡Jesucristo gaysificado! (Me vas a matar de una susta).
8. Soy un hombre bien bragado y mi lenguaje es malacate/ todo el que viene a Alvarado, vien buscando mayate.
La mayoría de los textos son cortesía de mi "madre QUEER".

domingo, 23 de septiembre de 2007

jueves, 13 de septiembre de 2007

REFRANERO QUEER 5

1. El indio sabe dónde está su alivio. (¿Por qué el indio sube al Tepeyec?).
2. Si te dan la espalda... cógetelos (por algo se giran).
3. La desgracia está (viene) en los genes, no en el azar (pregúntenle a l@s fe@s).
4. Ni uñas ni pestañas postizas; falsas ¡ni las esperanzas!
5. Mas vale buga bien cogido que joto por coger.
6. Ojos que no ven, culo que -de todos modos- siente.
7. Al entrar será el reir, al salir será el llorar (pero de gusto).
8. No se pulque a nadie de mi muerte.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

ÁMAME-LUNA LIMÓN



Para nostálgicos..."rola" de principios de los noventas...

viernes, 31 de agosto de 2007

QUIERO SER IN-FIEL 2




CIUDADANOS:
¿ESTAREMOS VIVIENDO LAS ÚLTIMA HORAS DEL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE VERACURZ-LLAVE? ¿SEREMOS TESTIGOS DEL NACIMIENTO DE LA REPÚBLICA FIEL DE LA VERA CRUZ? SI ESTE DOMINGO SE CUMPLEN LAS -ROJAS- PREDICCIONES (HABRÍA QUE DECIR PRESAGIOS O MALOS AUGURIOS) Y EL PUEBLO LE CONCEDE AL PRIISMO EL CONGRESO LOCAL, LA FIEBRE ROUGE SE EXTENDERÁ POR DECRETO EN TODO EL ESTADO Y LA DEMOCRACIA CORRERÁ UN MAYOR PELIGRO AL QUE YA ESTÁ EXPUESTA: CANDIDATOS AMENZADOS DE MUERTE, ATENTADOS CONTRA "OBJETIVOS ESPECÍFICOS" CUYOS ARGUMENTOS PARA JUSTIFICARLOS RESULTAN INVEROSÍMILES, RESTRICCIÓN DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN -¿ADIVINEN QUIÉN DA EL Vo. Bo. EN EL CONSEJO EDITORIAL?-, LA MAREA ROJA AFEANDO EL ESPACIO E INTOXICANDO NUESTRAS NEURONAS POR SU OMNIPRESENCIA, ETCÉTERA.


YO ADVERTÍ QUE ESTE VERANO SERÍA LARGO Y TEDIOSO Y ASÍ HA RESULTADO. UN TIEMPO ELECTORAL COPADO DE PROPUESTAS ESTÚPIDAS -PURO YO HARÉ Y NI UN SÓLO CÓMO LO HARÉ-, IMÁGENES DE LOS CANDIDATOS CON SU PEOR ROSTRO -QUÉ MAL GUSTO, VÉASE TEXTO SOBRE POLÍTICA Y GLAM EN ESTE MISMO BLOG-, EL DESGASTE DE LA PALABRA "AMIGO" QUE EN VOZ DE ELLOS SUENA MÁS A SÍNTOMA DE OLIGOFRENIA QUE FALSEDAD, CORTEDAD DE IDEAS -¿SABRÁN QUE ES UNA IDEA?- Y DERROCHE MILLONARIO DE RECURSOS "ROBADOS" A DEPENDENCIAS QUE LOS REQUIEREN CON URGENCIA...


TIENEN RAZÓN LOS ENTENDIDOS, TENEMOS EL GOBIERNO QUE NOS MERECEMOS; LOS LÍDERES CORRUPTOS QUE SAQUEAN LAS ARCAS PÚBLICAS SON LAS MISMAS RATAS A LAS QUE POR UN KILO DE ARROZ O NUESTRO MIEDO A PERDER "LO POQUITO QUE TENEMOS" HEMOS PERMITIDO SE INSTALEN EN EL PODER Y DESDE AHÍ NOS DES-GOBIERNEN Y NOS ARRUINEN LA POSIBILIDAD DE UNA VIDA BUENA. LA FALSEDAD Y LA IGNORANCIA, EL DESPOTISMO Y LA INTOLERANCIA (DEL TIPO QUE SEA), LA CORRUPCCIÓN Y LA IDOLATRÍA SON LO QUE PRIVA EN NUESTRO SISTEMA POLÍTICO... Y DIRÁN LOS QUE ESTÁN A FAVOR DE QUE DICHA REALIDAD NO CAMBIE, QUE ESTAS PALABRAS SON LAS DE UN RESENTDO SOCIAL O UN DESADAPTADO O LO QUE SU PUERIL MENTE LES PERMITA CONCEBIR...CUANDO UNO ESTÁ EMPODERADO QUEDA AL MARGEN DE OPINIONES DE TERCEROS JA JA JA. SÓLO AGUARDO A QUE LA HORA ROJA PASE O SE INSTALE TRES LARGOS AÑOS EN EL ESTADO DE VERACRUZ ¿NECESITARÉ PASAPORTE PARA SOÑAR?
POR FAVOR: VOTEN, ANULEN SU VOTO, PERO VOTEN.

viernes, 24 de agosto de 2007

DRAMA REAL


Un viento fuerte toca el timbre de una puerta roja:
-Dean, Dean.
(Burundi, una mujer pelirroja –Miss Clairol Rouge Total- responde oronda desde dentro)
- Dice su Alteza –roja- Serenísima que no puede atenderlo.
- Soy un huracán…
- Así sea un tsunami no va a venir; se encuentra pintando de rojo toda la ciudad… se prepara para la gran fiesta del 2 de septiembre.
- Soplaré y soplaré con mis vientos de más de 177km/h y destruiré todo.
- ¡En mi reino… perdón, en mi Estado no me amenaza nadie!- gritó el Rey.
- Soy un huracán…
- ¿De qué color son tus vientos? Tal vez podrías ayudarme en mi proyecto de construir un Nuevo País, perdón, Estado, ¿Es lo mismo? ¡Que venga alguien de Cultura a explicármelo ya!
- Arrasaré con tu feudo.
- No si súper Fide está aquí- bramó Burundi.
- ¿Huracancitos a mí? Ni un tsunami azul ni una radiación amarilla pueden impedir la consolidación del Nuevo –rojo- Veracruz. Si el pueblo me da su voto –rojo-libre-rojo-secreto-rojo-coercionado-rojo-manipulado-rojo-bienintencionado-rojo- obtendré el Congreso… ¡Seré invencible!
- Dean, Dean
- ¡Seré un Stalin piñero y tendré bajo control todas las fuerzas humanas y también las de la naturaleza, que así soy yo de cabrón!

El huracán arrasa el norte del feudo Fiel y el superhéroe –portando capa roja- llega para salvar a su pueblo.

-Ningún veracruzano que haya resultado afectado por el temporal quedará desamparado por mi gobierno fascista. (Y ordena con voz de rayo rojo):

- Anda, Reyna-Aldo, ¿a qué esperas para repartir las bolsas rojas de la despensa? Frijol rojo, arroz rojo, aceite rojo, leche roja –ejem, las vacas estaban indispuestas-, cobertores rojos, láminas rojas, todo rojo para este pueblo en desgracia. Ayudémosle a que pronto disfrute de un caluroso rojo nuevo amanecer.

(Y así siguió con su perorata durante las siguientes 48 horas)

Ya en el feudo rojo real con Burundi:
- Gracias a Dean construiremos un Nuevo Rojo Veracruz este 2 de septiembre.
- Sí, mi Rey (dice sonrojada), será como tú digas.
- Así me gusta mi Rosa roja del Papalopan…con nuestro sacrificio mi Reino late –a madrazos- con fuerza.

sábado, 18 de agosto de 2007

MARAVILLAS ESPONTANEAS DEL DEEFE


Recientemente, para huir de la rutina roja que envuelve la ciudad, viajé en compañía de mi héroe a la Ciudad de los Desvelos –que a mí eso de “la esperanza” se me hace muy marica-. Con todo y que se trataba de un tiempo destinado al placer y el relax intelectual, la creatividad no sabe de vacaciones y terminé escribiendo estos sucesos que referiré bajo el nombre de “maravillas espontáneas”, ahora que se ha puesto de moda maravillarse de todo; así que para estar a la vanguardia les dejo cinco relatos que espero les agraden.

PRIMERA MARAVILLA ESPONTÁNEA: LAS TETAS DE EL TENAMPA

Un par de machos no puede preciarse de haber visitado el Deefe sino va a El Tenampa, cantina de larga tradición en la zona de Garibaldi. En un ambiente predominantemente masculino y heterosexual -ahora que ésta se encuentra en plena crisis de identidad-, de charros, tequila, humo y “rolas” de Javier Solís entre otros, lo único que podría echarse de menos –podría pensarse- para saturar la atmósfera viril sería una hembra, pero no cualquiera, sino una que con su sola presencia asomando en la entrada del lugar volatilice las charlas de futbol y de desamor –que en el mundo de hombres son casi lo mismo- y ponga en firmes a toda la guardia masculina.

Sucede que ocurrió el milagro. La medianoche del lunes hicieron acto de presencia las tetas turgentes de una mujer anónima -para quien esto escribe, of course; no pensarán mis lectores que aquélla traía un pin entre sus generosas formas frontales superiores en el que se leía su nombre. En general la chica era bella, blanca –y no soy racista- rostro agraciado, look moderno, inconvenientemente acompañada, pero sin duda el escote que se me metió completito en mis ojos acuosos –que a mí el humo del cigarrillo me hace llorar, ¿ajá?- y el tequilita que bebía, debieron recordarme la mexicanidad –ya saben el orgullo de pertenecer a una raza superior- y mi obligación de servir a la patria con heroicidad, que en un caso como éste, inmediatamente, esto es, en chinga, me puse al servicio de este México lindo y jodido, faltaba más... y hasta aquí, lectores, ustedes concluyan el final.

SEGUNDA MARAVILLA ESPONTÁNEA: ELIGIO Y CEFERITA

En tiempos violentos como los que se viven particularmente en el Deefe, uno se siente tentado a pensar si sus habitantes son felices; si comen y cagan bien, a sus horas, pues, si cogen sin culpa y gozosos –que de eso se trata-, si todavía aman y viven el amor; sí, con cursilería. Refiero esto porque entre el vértigo de la vida bajo tierra (en algunos casos literalmente), los anatemas dominicales de Norberta Rivera, la atmósfera amarilla –Springfield Now- y la entropía vehicular obligan al visitante a cuestionarse sobre la supervivencia de los “chilangos”. ¿Serán de otro planeta?

En tales meditaciones se recreaba quien esto cuenta, mientras avanzaba por la calles de la colonia Condesa cuando descubrí con asombroso verdor un parque con una vegetación exuberante – lo que en esta ciudad puede entenderse por exuberante-: el parque España. Era tan grato estar dentro de esa atmósfera que se experimentaba la sensación de no estar en la ciudad de México –mira tú si no andaba beyondeado el indio- sino en otro lugar. Y tras el éxtasis verde, seguimos caminando –el héroe and me, que yo nunca ando solo por estos parajes urbanitas- hasta sentarnos en una banca –la única no destruida que había- para descansar. Fue ahí, contemplando con ojos místicos el derredor cuando descubrimos, grabado en el concreto inamovible de una guarnición los nombres de Eligio y Ceferita; los Romeo y Julieta de la nueva era.

Ahí, condenados a permanecer juntos, las dos palabras me llevaron a pensar que en medio de una vida tan ajetreada, algunos se han apeado del tren de alta velocidad para disfrutar de un poco de soledad en una burbuja donde lo que sobra es compañía (acá debo precisar, estar siempre envuelto en la promiscuidad de los espacios públicos no garantiza que uno se sienta acompañado). Un par de loco enamorados que en un arrebato de cursilería decidieron unir sus nombres en la inmortalidad del cemento.

TERCERA MARAVILLA ESPONTÁNEA: EL IMPERMEABLE DE BOLSILLO

Andando bajo tierra –que así es como se avanza en el Deefe- uno puede esperar encontrarse con cual-quier-co-sa. Cualquiera. Por absurda –que en ello se pinta sola la ciudad- o inimaginable que sea.

Esa mañana, muy orondos el héroe y yo, viajábamos por las entrañas de la Capital en dirección Universidad a cumplir un compromiso –vale, que no voy a contarles todo-. Milagrosamente íbamos sentados, abandonados al run run trepidante de aquel gusano de metal, casi rectilíneo y ligeramente –casi ni se siente- acelerado-. De pronto, entre toda la turba de vendedores que atosigan o animan el viaje surgió un hombre anunciando su singular producto: “muy buenos días damitas, caballeros y niños –mucha equidad de género pensé yo- le traigo, le ofrezco el impermeable de bolsillo –yo estupefacto- tipo gabardina, de manga larga, con broche de seguridad para los aguaceros imprevistos de la tarde. Llévelo ahora por diez pesos y no pague el precio comercial de veinte” –yo seguía estupefacto-. El cantar del hombre llenaba el espacio y algunos “precavidos”, supongo, adquirieron el producto aprovechando la ganga. Nomás faltó que nos dijera la marca del impermeable tipo gabardina, porque si hubiera dicho que se trataba de la línea económica de Chanel me hubiera comprado dos: uno para los chubascos de la tarde y otro, para los de la noche...

CUARTA MARAVILLA ESPONTÁNEA: UN BESO ADIPOSO EN LA CALLE PALMA

Cuando quien esto escribe quedó convencido de que los nativos de Smógpolis no se la pasan tan mal dedicó sus esfuerzos –y su tiempo libre- a recorrer la ciudad –bueno, la parte bonita, la moderna, la chic- sin sentirse culpable de ser feliz. Y así, cuando pensaría que es poco posible maravillarse –sensu strictus- en este lugar, los eventos que rompen la monotonía se multiplican por un chingo.

Era ya jueves, muy cercano al mediodía, avanzábamos el héroe y yo por la calle Palma –detrasito del Monte de Piedad- luego de desayunar de-li-cio-so en el Mercaderes (después les doy el dato exacto) cuando tropezamos con la que sería la cuarta maravilla. Frente a nosotros caminaba un hombre gordo llevando sobre la cabeza una charola repleta de vasos llenos de una SNI -sustancia no identificada-; el tipo hacia malabares para mantener en equilibrio la doble carga –la suya y la ajena, of course-, cuando de pronto, en sentido contrario al que caminábamos, viniendo de la nada, apareció una mujer también gorda -recordé no sé por qué La conspiración de los necios, de John Kennedy Toole-, que acercándose peligrosamente al hombre, le dio tremendo beso de chachetito que pandeó el espacio; aquél ladeó su masa y viró hacia un lado como el Titanic, poniendo en riesgo su carga y nuestra seguridad integral. De milagro no volcó con su embarazo porque nos habría cubierto de aquellos líquidos que se agitaban en sus cabeza. Tampoco detuvo el tránsito, tan denso ya a esa hora, en aquella rápida operación temeraria, insensatamente amorosa, pues.

Lo que demuestra que así como el amor no sabe del color de piel ni de condición social – si tú, cómo no; bienaventurados los ilusos-, también es analfabeto porque tampoco sabe de geometría ni de colesterol alto ni de arritmias ni de infartos ni de obesidad. Porque nosotros –los gorditos- lo valemos también, habrán pensado aquellos dos, o ni lo pensaron; después de todo quién planea la emisión de un beso. Un beso se otorga –de manera espontánea- como los permisos para conducir –sin saberlo hacer- en esta ciudad. Los protagonistas siguieron su camino, y nosotros cambiamos de acera (por seguridad) y continuamos nuestro tour.


QUINTA MARAVILLA ESPONTÁNEA: MAZAHUA IPODERADA

Hoy es el último día que pasamos en la Ciudad de los Desvelos –la música de El Taller aún resuena en mi cadera- y eso le imprime a nuestras horas –hablo por mí, ¿ajá?- un dejo de melancolía ¿resistencia? y un tiente optimista que deviene en un júbilo por disfrutar de cada momento que después, mediante el recuerdo, alentará la cotidianeidad de nuestras actividades hasta el nuevo retorno al Deefe.

El recorrido final transcurrió bajo el calor de una larga hora solar que nos permitió tomar algunas fotos, deambular sin prisas por Reforma, entrar a vodkear en El Nivel –otra cantina famosa en el Centro Histórico-, visitar el circo –entiéndase stand- oaxaqueño instalado en pleno zócalo; sí, el tianguis dentro del tianguis ¿a que ningún centro comercial puede preciarse de hacer algo así?. Y fue precisamente envueltos en olores oaxaqueños, música, moda, gastronomía y demás linduras del Istmo, que miré -¡estuporado!- entre un grupo de mujeres mazahuas (ya saben ustedes que al Deefe se le da muy bien lo interculti) a una que afanosamente bordaba una servilleta o una blusa, sus dedos se movían vertiginosamente al ritmo de una "rola" de moda; porque sus oídos taponados por unos audífonos sugerían pensar eso. De su cuello pendía no un crucifijo bendecido por Norberta –que vive enfrentito de donde ésta se hallaba- sino un reproductor MP3.

¡Jesucrista! pensó mi lado Queer; la india –no en despectivo, eh- oyendo Rampstein en un MP3. Imagínenla agitándose como un coctel exótico y con las trenzas al vuelo como kamikazes decididos a cumplir su fatal misión. Los olanes de la enagua simulaban una marejada multicolor que temí un tsunami inminente. El héroe, igual que yo, contemplaba estuporado.

Por supuesto que ignoro qué escuchaba la joven mazahua, pero debió ser una música agradable porque su rostro reflejaba tranquilidad, quietud, una sana indiferencia hacia el barullo que la rodeaba. Nos alejamos riendo; y acepten, mis millones de lectores, la posibilidad de creer que lo que sonaba en el reproductor MP3 de esa mujer empoderada era alguna rola indie o algún canto de su comunidad o simplemente el silencio de la noche que ya acechaba; en cualquier caso parecía feliz.
México, DF., 6-11 de agosto de 2007

viernes, 17 de agosto de 2007

STAND BY


A LOS MILLONES DE LECTORES QUE ME HONRAN CON SU PRESENCIA POR ESTA ZONA CIBERAL, LES INFORMO QUE POR PERIODO VACACIONAL HE SUSPENDIDO LA ACTUALZIACIÓN DEL BLOG, PERO HE ESCRITO ABUNDANTEMENTE EN EL PAPEL; MUY PRONTO LEERÁN MIS NUEVOS TEXTOS. AGRADEZCO SUS COMENTARIOS.


¡ATENZZIONE! PARA LOS INTERESADOS EN EL TEMA, DEL 24 AL 28 DE SEPTIEMBRE DEL PRESENTE AÑO, EN ALGÚN LUGAR DE LA FACULTAD DE LETRAS ESPAÑOLAS DE ESTA CIUDAD, SE IMPARTIRÁ UN CURSO SOBRE TEORÍA QUEER... SI SE CONSIDERAN ANÓMALOS VAYAN PREPARANDO SU KIT RARO Y AGUARDEN INFORMACIÓN MÁS DETALLADA.

sábado, 4 de agosto de 2007

ESTUPORADO

¡Oh, Dios gay mío! expresé (igual que Aligaitor; el caimán gay de Queer Duck) hace unos momentos, no porque deseara imitar al saurio raro, sino que la frase me vino descomunal, agramatical, si gustan, cuando escuché a una vaca bípeda decir a otra las instrucciones para “aperturar” una cuenta bancaria. Al oírla sentí deseos de “aperturarle” el hocico a madrazos para haber si así le “accesaba” el aire limpio del buen decir.

Es verdad que un idioma evoluciona, que la lengua es un ser vivo que puede entenderse y/o interpretarse desde un perspectiva diacrónica y otra sincrónica. También es cierto que los tiempos cambian y que las nuevas tecnologías obligan a nombrar la reinventada realidad con formas novedosas, pero entre esta situación y la de entrarle a los barbarismos como quien se atasca de mole hay una diferencia abismal. Sí, parezco exagerado y qué; mayor reconcomio deberían sentir al permitir –y utilizar- expresiones como las ya citadas.

Uno puede jugar con las palabras si conoce el idioma de tal modo que sea consciente de la mutación (performancia dicen otros) que se está realizando, y no creo estar rodeado de eruditos de la lengua. Antes bien me enfrento a una legión de bárbaros que van destrozando el idioma con el furor de su mal gusto. La otra causa por la cual se deforma la lengua radica en la nula reflexión que sobre la misma hace el hablante nativo; más que utilizarla para comunicarse la devasta al abusar de los paradigmas. Sólo se habla por hablar y se repite ad nauseam lo que los merolicos de la televisión escupen creyendo que suenan modernos o peor aún, cultos. La masa manipulable –tonta habría que referir para ser precisos- repite las lecciones en las que es adiestrada todos los días frente a una caja llena de ruidos y colores; por ello cuando uno menos lo espera, bufa su barbarie léxica creyendo –oh, ilusa- que nos educa.

Decir "accesar" es innecesario existiendo la palabra ingresar; pero "aperturar" no tiene razón de ser –ni sentido-, a menos que se quiera caer en un descrédito intelectual ominoso e inconsciente –que es peor-. ¿Cómo dirán mañana estas tribus cuando indiquen que van a salir? ¿Dirán "exitar" (de exit, salida en inglés)? ¿Referirán "closear" cuando indiquen que alguien cierra? Porque si escucho o leo esto próximamente quedaré "queerilizado" (rarolizado) o "enqueerecido" (enrarecido) por citar dos barbarismos.

La libertad de expresión ha devenido en el caos léxical en donde el más tonto da lecciones de retórica y oratoria o clases de redacción o conduce un programa de televisión o una gala –qué ahora todo es VIP- de entrega de premios x. Algunos, como el burro que tocó la flauta, tiene aciertos –chiripazos-; los otros, la mayoría, dan al traste a un idioma que posee tal cantidad de palabras que hacen innecesario caer en el ridículo. Pero a la "indiada" le gusta parecer chic, emular a los famosos, "accesar" a la modernidad y con ello "aperturar" el cementerio a donde irá a parar lo mejor de nuestra lengua hablada y escrita.
Texto inicialmente publicado el viernes 2 de agosto de 2007

POR QUEER YO LO VALGO





A una “polla” de 19


Mi vida ha sido una suma exacta de imposibles: no he visto un ovni, jamás he avistado un fantasma y para redondear el triángulo, a mí nunca me tocó una virgen, bufó Lady M frente a la cámara moviendo los párpados como si un vendaval se columpiara en sus pestañas a lo Pe. Y ojalá ustedes me crean que todavía existen, porque a mí me consta que las hay; lo que pasa es que están marginadas, ajenas al ajetreo del estilo de vida moderna. Nadie las quiere. Les pasa como a nosotras, las que tenemos unos kilitos de más, que pudiendo llenar el corazón de cualquier hombre dormimos solas, lavamos solas y comemos solas. Porque las protagonistas de las novelas o películas y las princesas son flacas, vacas anoréxicas que visten bien y las imitan todas o al menos eso pretenden, ilusas. No lo refiero con resentimiento, que a mí ese mundillo no me va, lo que me enfurece es la exclusión, que resulta ser la cereza que corona todas las faltas de respeto. Por eso cuando me invitaron a participar en un certamen de belleza alternativa (así me lo especificaron), Señorita Curvas año no sé cuál, me lancé con todo mi volumen sobre el estúpido que me hizo la oferta. Yo andabas de compras y el hombrecito ése estaba interfiriendo en mi felicidad. El pobre aún debe tener las cicatrices en las costillas; y no es que yo pese mucho (me considero más bien robustita), pero una masa acelerada produce una gran fuerza, eso lo saben muy bien los entendidos en la materia.

De repente Lady M se apartó de la lente y apagó la cámara. Se alejó del set improvisado con follajes artificiales y se tumbó sobre una silla que daba a una ventana con vista al exterior. Frunció la boca disgustada por el recuerdo recuperado y porque la luz de la tarde decrecía y aún tenía mucho qué filmar. Se acercó un plato con frituras que empezó a picar discretamente para aplazar el hambre un par de horas y olvidar el contratiempo solar. Tenía que ponerse guapa si quería impresionar al hombre con quien cenaría más tarde. Tendré que vestirme sencilla pero elegante; ni líneas ni lunares porque me hacen ver gorda; brillos tampoco porque me tornan visible. El negro adelgaza pero, ay, no, qué solemne. Algo rojo luciría sensual. Mis zapatillas doradas, qué emoción, ese tono va bien con la noche. Bolso discreto y no pañalera de marca. Poco maquillaje y pendientes discretos y uñas cuidadas. Cero excesos; jamás saldré a la calle vestida de vaca galardonada. Luciré más hermosa que esas saurias chic que se exhiben en las pasarelas. Yo soy, definitivamente, una diva sencilla.

A las ocho treinta Lady M apareció en el restaurante luciendo un vestido de estampado felino, melena a la demodé y un morral plateado que parecía niño envuelto en papel metalizado. ¡Qué audaz! Le dijo el hombre que la aguardaba mientras le daba un beso y la invitaba a sentarse. ¡Bah! Se que te excita verme así, Espejo Mágico, aunque no me lo digas. El otro arqueó las cejas y sonrió. Casi vencida por el poco impacto causado Lady M se acomodó en la silla acojinada como una manzana que cae al suelo. Este asiento parece trono de reina pobre. El comentario desató la risa de los dos. Él la conocía desde el incidente aquél en el centro comercial; la había ayudado a ponerse de pie tras verla rodar por el piso, y cuando ella, aún enfurecida, intentó agradecerle el auxilio, quedó estupefacta ante la mirada de aquél. Me parece que si usted sonriera se sentiría mucho mejor. Aquellas palabras terminaron por colocarla definitivamente firme sobre sus tacones de aguja y llevarla a olvidar el incidente. Sonrió como si la luna llena de su cara menguara de súbito para complacer a su salvador. Esta noche otra vez estaban riendo y sólo mediaba entre ellos un par de tintos. Tú siempre me dices lo que quiero escuchar, tal vez por eso me agradas. No, Lady M, por eso me llamas así, Espejo Mágico. Ella se sonrojó como una anona madura.

Romeo se encargaba de colocar en una página de Internet los videos que Lady M realizaba sobre ella misma: sus aventuras nocturnas, sus desazones existenciales, que no eran pocas, consejos para las amigas, recomendaciones sobre temas varios y aun aquellos de carácter íntimo en los cuales Lady M confesaba los desafíos de vivir en soledad. Con el tiempo se habían ido haciendo buenos amigos. A ella le gustaba la forma de ser de ese hombre, le resultaba eróticamente atractivo, ajeno a esas poses de macho en celo; bien educado, formal si resultar ceremonioso, responsable pero inconvenientemente heterosexual. He visto por la calle al hombre que arrollaste en el centro comercial. Ah, sí, Álter Bugo, es fotógrafo de Chau. ¿Te llevas con él? Ni aunque estuviera loca, lo sé porque yo trabajo ahí: Jefa de redacción de la sección de sociales y cultura. No lo sabía. Tu inoportuna heterosexualidad te iguala con el gremio, te lo comenté hace tiempo pero no me escuchaste. Espejo Mágico enmudeció y Lady M despreocupada clavó el diente a su ensalada de mil lechugas. Si he de ser una vaca, seré una bien alimentada.

Cuando los de Hola se convencieron de que mi estilo y el de su revista eran genéticamente incompatibles dejaron de suplicarme que trabajara con ellos. Por eso escribo para Chau, que es mu-cho-me-jor que la otra. La realeza está sólo en Europa (y a la baja); la rareza, en todas partes (y a la alza) y como yo soy extraña por naturaleza quedé a la medida ahí. Y no me quejo. Tengo libertad para escribir con mi estilo y dirijo a un equipo de personas que en otro momento ni siquiera me saludarían, incluido el superactuado ése, Álter Bugo, así le decimos en la oficina, y debería sentirlo como un honor, no cualquier bicho tiene nombre. Ja ja ja. Lady M realmente se divertía. ¿Te parece que estoy siendo muy perra? Y eso que no estoy comiendo carne. Entonces lanzó una tremenda carcajada que arañó El Cielo, el antro de ambiente adjunto al restaurante. Eres toda una Lady Mala acotó aquél y brindaron alegres. Soy inevitablemente incorrecta.

Nació niño y lo llamaron Alejandro para dar continuidad a la onomástica familiar. Pero uno es lo que se quiere y otro lo que se obtiene. Desde pequeño dio muestras de su diferencia; lloraba con una tesitura tan aguda que rompía cierto tipo de cristal, se resistía a salir a la calle si la temperatura le parecía muy alta o extremadamente baja, el viento fuerte le hería la piel, andaba de puntitas cuando comenzó a caminar (foli-folie desde chiquita) y jamás gateó porque se llenaba de hematomas las manos y las rodillas; devolvía las papillas si éstas contenían grasa o mucha sal y sólo tomaba leche si era semidescremada; era un auténtico melodramio, que tenía en los linderos de la desesperación a sus progenitores, que pese a todo lo amaban. Tienes que ser un macho le espetó su padre alguna vez y Alejandro se desmayó ante el trueno de aquella voz que le hería los oídos; cuando volvió en sí era todo un hombre. Magno. Grande. Terrible. El mero chingón. Pronto fue el orgullo de la familia y las aguas de la buena conciencia volvieron a ocupar su lugar. Pero un día Alejandro se hartó de representarse a sí mismo y asumiendo que lo suyo no era ni el rock ni el fútbol se reveló como Lady Macha en mitad de la cena de aniversario de bodas de sus padres. El escándalo fue mayúsculo y la noticia fulminó –ipso facto- a los dos seres que le habían dado la vida. Antes de un mes, era nombrado heredera de una modesta fortuna y de una libertad tantas veces añorada. Una debe matar a sus padres para reafirmar el propio Yo afirman algunos que dijo Freud; yo sólo cumplí con dar el salto evolutivo, un poco más rápido y un poquito más alto, lo demás llegó casi solito.

Despierta, Lady Manta, gritó una voz que atomizaba todas las frecuencias audibles, sé que estás desvelada, quizás hasta satisfecha, pero hay que trabajar. ¡Jesucrista! No me bufes, ¿qué bramidos son esos? ¿No te das cuenta de que me asustas? Me alteras toda la información genética, loca inoportuna. El día empieza cuando yo me levanto. Lo siento Lady Magna, pero mientras tú duermes la vida social de esta ciudad avanza y avanza y si no trabajamos no hay paga. ¡Bah! Pequeñeces, ninguna estrechez debería preocuparte a no ser la de tu ano. La otra estaba estuporada. O la de tu boca, que cuando ladras, perra, despiertas al loquerío del otro lado del planeta en el que todavía no amanece. Ahora dime ¿cuál es la agenda? Cubrir una boda homosexual. Lady M quedó queerilizada.

Cuando me case con Benedicto quiero que el Papa nos de la bendición nupcial, que en la misa cante un coro de niños angelitos, que mi vestido luzca una cauda tan larga como la de un cometa y todas las campanas de la catedral anuncien que es día de fiesta; quiero que mis amigos se sientan felices y crean, como yo, que la dicha existe. Pero las margaritas blancas de sus sueños nunca florecieron. Benedicto murió aplastado en una manifestación que devino en revuelta popular antes de que pudiera siquiera darle un beso a Lady M. De hecho murió antes de saber que ella era un hombre. Mucho antes de llegar a conocerse. Si un evento detestaba a la enésima potencia Lady M eran las bodas, se casara quien se casara. Pero al escuchar el suceso que cubrirían esa mañana, saltó fuera de la cama y en menos de lo que canta un gallo-gayina se encontraba lista para partir. Estaba convencida de que haría la mejor crónica de una boda y Chau se lo sabría agradecer.

Ahí estaba en la Iglesia la plana rosa-rosa de la ciudad atestiguando con sus oropeles, plumas, altos tacones y demás estridencias básicas, el enlace matrimonial de dos locas famosas, por locas, por supuesto. La alfombra roja fue sustituida por una de seis colores que a todas luces deslucía el evento, pero que resultaba necesariamente ad hoc. No podía adivinarse cuál de los novios ¿o novias? era más feliz, pues sus rostros estaban velados por sendas máscaras de inspiración neorrenacentista como un anacrónico carnaval veneciano. Las madrinas todas vestidas de hada. Las amigas, de princesas periféricas (Niña, tú serás reina en tu centro, pero con respecto a mí, eres de más allá del extrarradio, ultraperiférica, para que me entiendas, hubo que aclararle a una muchacha perdida). Los padres de los contrayentes mandaron en su representación a la servidumbre; así, el chofer y el mayordomo parecían pingüinos en el trópico y las mucamas, las meninas en busca de su Señora. Resulta imposible negar en esta crónica que en el ambiente se respiraba magia, amén de los Chanel y Calvin Klein de imitación china; existía alrededor una suerte de “buena vibra” que envolvía los asistentes y los hacia parecer el Coro de los Elegidos cantando ante el trono Celestial. Yola y Tula contemplaban extáticas el ritual que oficiaba ceremoniosa Norberta Rivero, recientemente nombrada Primera Obispa de la ciudad; Elsa y Estela gimoteaban conmovidas como si fuesen ellas las vírgenes, que horas más tarde, serían despojadas de su virtud. Porque éstas existen aunque no me lo crean. Ellas están entre nosotros porque a mí me consta. En lugar de lanzar el tradicional arroz hubo lluvia de confeti y espuma; muchos temimos que aquello acabara en una guerra de camisetas mojadas. Y finalmente, cuando los novios ocuparon el atrio, el espacio se llenó de una fauna variopinta que atrapó la atención de los viandantes. La algarabía era tal que parecía, lo juro, la marcha del orgullo LGBTT.

La crónica de Lady M fue todo un suceso del que se hablaba en todas partes, que decidió celebrarlo rompiendo la dieta “baja en calorías” que se había impuesto tres días antes. Yo no soporto a esas vacas anoréxicas que pastan en los programas de televisión. Yo prefiero ser una gordita jugosa y feliz. Tú no estás gordita, Lady M, respondió Espejo Mágico, tal vez un poco hinchadita sí. Conmovida, Lady M se acercó y le plantó un beso. Lástima que tú no quieras comerte este queerpecito. ¡Oh Dios gay mío! Exclamó sorprendida. Ay, Espejo Mágico, a veces la soledad nos hace decir lo que ni siquiera en silencio nos atrevemos a expresar. Y como no estoy sola no te lo diré. Por favor, Lady M, dímelo. Pero ésta se levantó para traer más viandas y continuar con el festejo. Tú no entiendes Espejo Mágico porque eres inoportunamente heterosexual. La soledad no tiene género, replicó aquél. Pero la manera como nos desgarra sí. Acabemos este vino y vayamos por más, esta noche no quiero quedarme sola.

Que en la mítica Arca de Noé hayan ingresado solamente parejas heterosexuales sólo confirma el discurso excluyente de Yahvé. Quería deshacerse de nosotros, los raros, pero le falló. Porque el diluvio arrasó con toda la vida de ese mundo simbólico pero no consiguió o no pudo desaparecer la diferencia. Tal vez el cuervo que el patriarca liberó y no volvió era un pájaro gay que tuvo el valor de no regresar al encierro y el coraje para no lanzarse sobres las aguas que aún cubrían la tierra, porque hasta donde yo sé, sigue habiendo cuervos y cuervas en el planeta. O quizá la paloma que regresó con la ramita de olivo era más lesbiana que Brooke Shields y no quiso abandonar a quien la aguardaba dentro. Para sobrevivir a la injusticia de este mundo, anómalamente heterosexual, me basta habitar mi casa, que es como un arca anclada en tierra firme en donde me refugio de algunos males de la sociedad. Son los elementos de mi queerósfera los que me mantienen viva en un universo que contempló la luz y la materia oscura, las supernovas y los agujeros negros, la posibilidad incluso de un Big Crunch pero dejó fuera, condenada a ser marginal (porque así conviene a los intereses de la heteronorma), la identidad homosexual. Lo raro siempre está en la periferia pero sólo si se queda quieta. ¿A qué esperamos para andar? ¿Por qué no avanzamos?

Después del éxito de la crónica, Lady M era muy solicitada en los espacios televisivos y en toda gama de revistas, desde las de espectáculos hasta las de análisis político pasando por la prensa rosa, hasta Hola imploró por una exclusiva, pero Lady M, leal a sus raras convicciones, se negó a participar en el circo mediático que tanto criticaba. Para salir al paso de la creciente fama aceptó una charla vía Internet con el Director de Chau y sólo porque éste era oportunamente homosexual. El género no sea crea ni se destruye, sólo se transforma, experimenta una performancia cuando se trasgrede; en ello radica su valía: en su inestabilidad y en su multiplicidad de enfoques. La frase la catapultó a la cúspide de la ratingósfera y Lady M era casi una heroína de los estudios de género. Harta de todo aquello optó por volver a su refugio mientras pasaba el temblor.

Déjame volver, volver, contigo, no hay trucos ni juegos de palabras es que no encontré otra forma más sincera de decir, déjame volver, volver, contigo. Así me atormentaba antes, cuando creía que por gorda y rara tenía vedada la posibilidad de ser feliz. ¿Cómo puede cantar una has conmigo lo que quieras, reina, esclava o mujer, cuando se pueden asumir las tres condiciones a la vez? Espejo Mágico, enfócame bien que estoy inspirada. Que no salga la lágrima porque me afea; porque el llanto marchita el cutis es que me abstengo de llorar. Para un minuto, por favor, voy a retocarme el maquillaje.

Espejo Mágico, ¿alguna vez te dio por girar sobre un mismo pensamiento? Los heterosexuales se hacen menos preguntas que uno. Los más grandes pensadores de la humanidad seguramente han sido gays, porque uno asume de facto los planteamientos trascendentales de la existencia humana. Yo nunca me pregunté quién era; sabía perfectamente que era raro, más bien me cuestioné cómo llegué a ser así y al variar la perspectiva de la interrogante las respuestas se atomizaron y me sentí más solo de lo que ya estaba. Y no dramatizo, querido. Sin duda fue en la soledad donde forjé mi personalidad queer: quería ser única, trascender, reconocerme feliz. Nada más me falta enamorarme y ser correspondida para conquistar la felicidad. Pero si eres amada, Lady M. ¡Bah! Soy envidiada, mal vista, insuficientemente tolerada, pero amada no. Me he enamorado sí, pero quiero más. Por favor, Espejo Mágico, espero que estés tomándome un buen ángulo, no me vestí de gala para salir mal en el video. Despreocúpate Lady M, estás quedando divina. ¿Divina? Me siento como una virgen ja ja ja. Apaga eso. He recordado de pronto que vienen unas amigas y no tengo preparado nada. ¿Quieres que me quede? No, mucho ayuda el que no estorba. Pero...Nada, gracias. Algunas de mis amigas son alérgicas al semen heterosexual. ¿Por qué te burlas de mi condición? Porque si te amara un poco más me volvería loca. Anda, Espejo Mágico, será mejor que te vayas. Chau.

Romeo sentía verdadero afecto por Lady M, admiraba los arrestos con los que plantaba cara a la vida diaria desde su condición de homosexual, travestido o transexual o lo que fuera. Le parecía que todo era muy raro, extraño, no lo comprendía pero aún así, estaba convencido de la estima que sentía por él o ella envuelta en todos esos disfraces que imprecisaban la identidad. Pero nunca la amaría; consideraba, hasta cierto punto, su heterosexualidad como una discapacidad o una limitante para llegar al centro de Lady M. Muchas veces se había planteado la posibilidad de alejarse de ella y no volver pero comprendía que con huir no modificaría la realidad. La ausencia sólo hace más presente lo ido. Así que desechó esa idea y se contentó con ser el mejor ¿único? amigo –heterosexual- de Lady M, quien era muy exquisita –exigente, decía ella- para elegir a sus amistades. Espejo Mágico había amado a una joven en el pasado, una muy bella que lo abandonó para irse con otra mujer. Deseo y calentura, hasta la sepultura, pensó y no hizo más. Fue en ese tiempo de desolación cuando coincidió con Lady M. Una tarde, abatido por el tedio sus pies enrumbaron hacia el centro comercial, ensimismado y con la brújula rota, había perdido la noción de lo real, pero de pronto oyó el rugido del metal cediendo, abrió los ojos y miró una mole atropellando a un hombre flaco que entre gritos y quejidos solicitaba ayuda. Él corrió para detener aquella barbarie y sorprendido descubrió que era una gran mujer la que daba un escarmiento a un homúnculo vencido. Tras auxiliarla se presentó. Terminaron en un bar donde él le contó sus penas y ella su verdad: soy rara y no puedo decirte más.

Pero él no necesitó escuchar más. Lady M le agradaba y decidió que se quedaría cerca de ella el tiempo que lo necesitara (él, porque ella jamás reconocía que estaba sola). Por eso apenas salió a la calle sintió deseos de regresar a la casa de Lady M, aunque la importunara o ella lo echará de ahí por su condición heterosexual. Le gustaban sus excesos. Se detuvo y vaciló en echarse de reversa. Titubeaba, si era descubierto ella lo remitiría a un mundo raro. De repente escuchó su nombre, dio la media vuelta y se encontró con Lady M frente a él. Lucía muy bella. Cancelé la reunión, vayamos a donde quieras, yo invito. Él solo acertó a abrazarla y se echaron a andar entre el bullicio de la ciudad que se ahogaba en su dosis justa y necesaria de estrés. No quiero escuchar el sartal de lamentaciones de mis amigas quejicas, Espejo Mágico. Suelo aburrirme pronto del viboreo desmedido que practican muchas de ellas y ellos. Si trasgredí la norma no fue para que me llamen rebelde sino para ser libre, hasta donde sea posible; cambié el establishment por mi statu queer, pero jamás seré “anarca” ni perredista ni tricolora ni de derechas, ah, tampoco, católica, que a mi la falsedad no se me da.

Sin darse cuenta llegaron hasta un mirador. La tarde caducaba y el viento del crepúsculo avivaba las ganas de hablar de Lady Mala, que así solía llamarla Espejo Mágico cuando se ponía sentimental. Me gusta ser rara porque el estuche donde nos meten a todos los inclasificables es más amplio que el corral hetero. No lo digo por ti, que eres un encanto, sino por otros que han pasado por mi vida dejando el lodo de sus pies en mi casa inmaculada. ¿Por qué esa obsesión por la pureza, Lady Magna? Ha de ser porque quiero ser santa ja ja ja. Espejo Mágico se sumó a la hilaridad de Lady M. La noche empezaba a avanzar con su chal de estrellas y lunas. En un momento, sin pensarlo, Espejo Mágico la abrazó. Ante el contacto ella quedó queerilizada y ninguno de los dos percibió el brillo de una estrella fugaz que se disolvía en medio de la oscuridad.

Odio ir de compras porque gastas y gastas y nunca quedas satisfecha gimió una “petarda” instalada en el set de Lady Macha. Es porque el corazón de una es como un bolso de dimensiones infinitas, acotó otra que acompañaba a la primera. Ambas instaladísimas en su papel de femme fatal, en él cabe todo lo que quieras pero jamás quedas colmada. Cierra las piernas, querida, que te me vas de boca. Yo refiero que tal vez la insatisfacción es un estado prohibido para el hombre, y para la mujer también, desde luego. ¿Entonces por qué te agobias? Si la plenitud está vedada a todos, ¿por qué entonces no nos atascamos sin culpa? Al menos yo...No es la culpabilidad lo que me frena, querida, sino la tortura de repetir la misma senda cada día. Yo no hago ejercicio jamás, sólo camino dentro del centro comercial, que es como ir al club pero sin sudar. Entiendo tu cansancio, pero es igual cuando terminas una relación con un hombre, al largarlo tiras a la basura todo el camino recorrido y cuando aparece otro, crees que repetirás todo de la misma manera – lo cual de entrada choca-, y no es así; empiezas de cero pero con mayor experiencia. Parece lógico pero no me convences. ¿Y tú qué opinas del consumismo, Lady M? ¿Crees que es un placer o un suplicio ir de compras? Solamente les diré que los mejores orgasmos que he tenido han sido cuando pasaba el plástico por la rajita... ¡Perra! gritaron al unísono las otras. Pero Lady M no respondió, apagó la cámara y se apresuró a editar el video. De norte a sur y de estro a estro.

Los vacíos de amor son agujeros negros leí en un blog hace algún tiempo, también, en alguna parte que “no ser amados es una simple desventura; la verdadera desgracia es no saber amar”. Afuera llueve y adentro me ahoga una gigantesca soledad que no da tregua. Aunque he amado, Espejo Mágico, no puedo asegurar que me siento menos desgraciada. La necesidad de reflejarme en otro cuerpo a veces me arrastra a abismos que colindan con la esquizofrenia, y no me gusta; soy rara, no loca, aunque muchos piensen lo contrario. Esta mañana echaron del trabajo a Álter Bugo por haber publicado la foto truqueada donde aparecemos tú y yo en plena colisión vesperal. Lamento que la imagen la hayan visto tus amigos machos y tus padres de moral estrecha. Puedo imaginar el bombardeo de preguntas y reproches que deben caerte, has de parecer Guernika o Hiroshima. Una está tan acostumbrada a esos tiroteos que no se extraña ya; soy incombustible además. Pero esta vez me duele porque se que estás sufriendo y no puedo estar junto a ti acompañándote ni tú puedes venir a mí para refugiarte en mi búnker. Hasta tu ex novia ha vuelto, como la mujer invisible, justo para salvarte. El mismo cerco heterosexual que busca protegerte te daña. Quisiera rescatarte pero no voy a travestirme, de hombre hetero, para hacerlo. En algunos detalles soy irreversible.

Te amo aunque estés heterosexualmente imposibilitado para corresponderme. Ya lo ves, el género puede resultar también una desventura, una traición. No me pondré melodramática ni culta, solamente deseo que consigas ver este video y puedas reportarme tu estado existencial, no pido más. Porque una es rara pero también siente, el corazón es igual en todos los seres humanos... Cést tout! Odio ponerme plañidera; sabes bien lo que pienso respecto al lagrimeo tercermundista. Me tomaré un par de vodkas y luego saldré directo a la catedral, pero no a misa, querido, sino de compras, que así decimos nosotras al centro comercial. Sólo espero no toparme con algún Álter Bugo, que al verme glamorosa, quiera convertirme en modelo o estrella de televisión, que para eso no hace falta no ser gorda sino estúpida y jamás, en mi mente rara, ha pasado la idea de ser clon de Paris Hilton. Ah, creo que me tomaré el tercer trago para darme valor y subirme a esos tacones altísimos que me compré en Madrid. Las alturas me dan vértigo, pero sobre ellos es como si volara, mejor que una alfombra mágica, mucho mejor todavía que tragarme un par de “tachas”. Ay, Lady Mala, deja de hacer travesuras y no llores que el pH de la lágrima mancha la piel y fea nadie te va a querer. Ah, pero yo soy una gordita intelectual; del Plan Marshall a la Perestroika y de ahí al Tratado de Maastrich; del 11-S a la guerra de Irak, no sólo estoy informada del mundo en que vivo sino que conozco al dedillo detalles de temas específicos obtenidos de muy buena fuente. Yo no soy totalmente Chau.

En otro tiempo el vacío me hubiera devorado, pero hoy la soledad me deja más espacio para pensar en ti. ¿A qué es linda la frase? La escribí para ti, Espejo Mágico, para decírtela cuando volvieras del autoexilio al que partiste impulsado por las circunstancias. Siempre alimenté la idea de que vendrías, sabía que volverías y nuevamente tus ojos, detrás de la lente, hurgarían en mi cuerpo. Me has acariciado tantas veces con la mirada que no me atreví a decirte que era la primera vez que un hombre me tocaba; tampoco me lo habrías creído. Pero es verdad, a las gordas el primer amor nos relega a la segunda vuelta o a la última oportunidad; a menos que uno sea cuzca, la virginidad se incrusta en la piel como una línea de estoperoles. A mí nunca me tocó una virgen dijiste cuando desnuda me froté a tu cuerpo, y me sentí feliz de ser la primera para ti; la queer y el buga, qué pasión tan raro pensé, pero era tan dichosa que obvié cualquier razonamiento, no era el momento para hacer análisis sino para dejarse llevar. Ay, Espejo Mágico, dime que detrás de ti existe otra dimensión para mi identidad transfronteriza que quiero zozobrar en la mar de tus labios, hundirme, desaparecer.

El estruendo de unas carcajadas contaminaba la atmósfera. No se rían, gemelocas, lo que les he contado fue un sueño, no un chiste. Perdónanos, Lady Macha, es que fue muy gracioso imaginarte desnuda, toda tú llena de “llantas” exclamó una, y de doble rodada, apuntó la otra. Soy una gordita sabrosa, par de hienas de Botswana. No te enfurezcas, Lady Manta, nosotras también sabemos lo que es amar de manera unilateral. Sí, desear en una sola dirección, es como avanzar por un puente de un solo carril. Desde luego, Lady Magna, es el amor como en la física cuántica, pura incertidumbre. Exacto. El amor no es una ecuación. Ni una receta de alta cocina. Ni un vestido pret-á-porter. Tampoco viene con instructivo. Ni con garantía para devolverlo si resulta defectuoso. No es como decir “enchílame otra”. Ni cosa de niños. ¿Pensaste que sería como pedirle a Dios? Ay, Lady Manta, nomás hay de dos sopas y la de fideos se acabó. La bebes o la derramas. Te chingas o te jodes. Lady M escuchaba a las mellizas rugir como dos aparatosos altavoces sin comprender exactamente lo que pretendían explicarle. Las había encontrado fuera de su casa y ahora deseaba echarlas o dinamitarlas, maldiciendo el segundo gay en que se le ocurrió invitarlas a entrar. Luego enamorarte de un buga, eso es un suicidio asistido. Qué inocente. Habiendo tanto macho homosexual. Dalo por muerto, querida. Empieza de nuevo, Lady Mala. Tú si que no te conformaste con estar jodida sino hasta loca. Mente enferma. Las risas de aquellas le “deslocalizaban” los nervios. Lady M deseaba tomar un arma, apuntar su sien y disparar. Adiós mundo queer. Pero la perorata de Escila y Caribdis retumbó en su mente durante muchas horas más. Quizás durante un par de días, un mes o más. Estamos hechos de añoranza, de genes de melancolía recalcitrante. La imprecisión era lo único claro que tenía Lady M en su cabeza.

A través de las noticias por Internet Lady M supo del mal clima para las siguientes semanas, de los atascos diarios en las avenidas de la urbe, de los vuelos cancelados, los ataques suicidas, los incendios en Europa pero ni en su horóscopo ni en el tarot halló novedades de Espejo Mágico. Uno no se difumina por arte de magia, pensaba, si acaso se disuelve lentamente debido a la poderosa acción corrosiva de la sociedad. Abatida por la incertidumbre se decidió a buscarlo. Soy incombustible y nadie me verá caer; apeándose de su desánimo casi crónico, eligió el mejor look para asaltar las calles repletas de manadas de turistas, rebaños socialités, manifestantes y nativos beyondeados en su propia geografía. Con su glam todoterreno se hizo al exterior pero sus fuerzas flaquearon apenas hubo recorrido un par de cuadras. Sumida en el silencio como quien cae al vacío remitió sus buenas intenciones y regresó a su casa. En la prensa de ese día anunciaban, entre otras noticias, que las pestañas telescópicas de Penélope Cruz eran postizas; ah, qué barbaridad, exclamó Lady M y se declaró vencida: es tan corta la noche y tan largo el desvelo.

Lady M apareció detrás de la puerta con la estampa de una verdadera reina. Luego de una temporada en El Infierno –el spa de moda-, volvía a Chau renacida y más intrépida que nunca. Todos sabían de su triunfo: había conseguido que encarcelaran a Álter Bugo y obtener una cuantiosa cantidad de pesos como reparación del daño moral sufrido a causa de la fotografía que publicara aquél. Avanzó por los pasillos de la redacción como si no tocara el piso (te amo, Ferragamo), casi levitaba, sonreía a todos, se deshacía en gajos de amabilidad y hasta parecía más delgada. Objeción: no parezco, estoy menos gorda. Llegó hasta su escritorio, se sentó frente a su computadora, cruzó las piernas y se dispuso a trabajar. El diablo no sólo se viste de Prada sino que a veces se disfraza de sí mismo, escribió. Así yo esta mañana he decidido representarme a mí misma y continuar con mi vida, locas. Yo también me merezco una alegría. ¿Por qué? Por queer yo lo valgo.


CÉSAR RICARDO AZAMAR CRUZ

Agosto, 2007