viernes, 21 de diciembre de 2007

PERRA QUE COME HUEVOS NI AUNQUE LE QUEMEN EL HOCICO


Hoy leí una nota de un periódico local en la que se informaba que un grupo de senadores y algunos periodistas reclaman a norberta rivera -sí, la homofóbica y culera pour excellence- que les halla llamado "prostitutas y prostitutos" por X y Z razones que me resultan ahora intrascendentes si las comparamos con la frase que ha expuesto la perra del Anáhuac. ¿No es ella la eminentísima presencia del cristo en tierra mexica? ¿No es ella y las de su calaña las que ladran que amemos al prójimo como amamos a dios -su dios-? ¿Quién le da autoridad para que se exprese así?

Yo sé que nuestra clase política y los periodistas -la mayoría- no son precisamente la virtud hecha carne que habita entre nosotros; y también sé que uno tiene derecho a expresarse libremente y demás linduras... Pero no todos somos arzobispo primado de méxico ni nos arrogamos la virtud de ser hijos de dios ni andamamos cacareando que lo somos. Lo que ha acontecido, a reserva de que se explique mejor posteriormente, sólo evidencia lo que muchos -al menos yo- siempre hemos creído; que los jerarcas de la iglesia no son más que una bola de escarabajos -tienen esa forma- coprófagos que desde su alba blanquísima tiran la mierda que no son capaces de metabolizar convenientemente.

¿Que les ofendo a su pastor? Vaya guía que tiene la gente sencilla que aún cree en los representantes de la iglesia. Que se exprese de esta manera no me extraña, de hecho, se queda corta la frase; lo que me "sorprende" es que diga "prostitutas y prostitutos" con tal familiaridad, mucha paridad de género jajajajaja cómo se nota que conoce a unas y a otros; si hasta debe tener un portafolio con sus favorit@s. Y rasguensen las vestiduras, digan que exagero y que no tengo autoridad moral para señalarlo así. Pero quienes me conocen saben que jamás me he arrogado una calidad moral ni me he eregido como hombre justo ni de dios, demasiado pretencioso ¿no creen?

Ahí tienen a su pastor disgregando a las ovejas que le confiaron, a las que debería guiar, cuidar, encauzar hacia el camino del bien. ¿Y qué tenemos? A una loca histérica que agita las aguas para enturbiar más la endeble estabilidad social de este país; metiendo cizaña en donde ya abunda la división y la descofianza; sembrando discordias bajo el nombre de su dios. El país requiere urgentemente una reconciliación nacional; ese sería el gran pacto social y político -que desde luego tendría que considerar lo económico- que repararía en lo posible el cisma que vivimos desde el infausto 6 de julio de 2006. Y sin embargo, bajo el signo de la cruz se siguen lanzando anatemas producto de una diarrea neuronal y no de un ejercicio evangélico; ¿tan desesperada está la gallina católica por limpiar el gallinero? En casos así -sumemos los de pederastia, lucros, pactos con el poder y demás abusos- dan ganas de hacer apostasía de esta fe -¿cristiana? ¿saben lo que ladran cuando lo hacen?- y creer otra vez en el aire, la tierra y la lluvia y demás elementos como verdaderos dioses y hacer de la vida sustentable la nueva religión; eso sí, sin intermediarios que mal paguen a sus súbitos. Amén.
En la imagen luce con cara de "yo no fui, lo juro por dios".

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