"La compulsión lúcida de actuar polémicamente cristaliza mi libertad". T. Spanbauer.
jueves, 18 de febrero de 2010
RAZONES DE PESO Y DE DÓLARES
domingo, 14 de febrero de 2010
MORIR A CUENTAGOTAS
viernes, 12 de febrero de 2010
DESCIFRANDO LA MIRADA
Apostaría que el lenguaje de la mirada es el erotismo. Esa suerte de magia, de campo electromagnético amoroso que envuelve a los cuerpos y que es percibido (a veces) cuando entra en contacto con otro campo. Los cuerpos acá reducidos a meras cargas puntuales. El erotismo no tiene sexo ni género ni clase social ni raza ni etnia y si un lenguaje que llamaré silencio.
No comparto la pasión por la causa zapatista porque ignoro cuánto desconozco de la misma. Y sin embargo, creo con Scott que el conocimiento se obtiene a través de la visión, y la visión es una percepción directa, no mediada, de un mundo de objetos transparentes. Me mantengo con los ojos bien abiertos para que la realidad no me pase por encima sin ejercer resistencia.
Comparto la necesidad (¿urgencia?) de hacer un alto y redireccionar el sentido de lo que llamamos progreso, modernidad, nueva era. Afirmo con la ingenuidad del creyente que otro mundo es posible.
Hablo por mi diferencia, repito con Pedro Lemebel. Desde mi voz muchas veces silenciada y desde mi mirada que educo en la perspectiva de género: ningún estado de marginación surgió espontáneamente, la subordinación de los sujetos tiene una historia. Ahí hay que volver y (tratar) de entender el entramado en que se fue configurando el amo y el esclavo.
Hay que recuperar o inventar una erótica de la existencia. Rescatar los cuerpos de los regímenes a los que ha sido y es sometido constantemente. Liberarnos de la tiranía de la razón sin que ello signifique abandonarnos al sentimiento. Al contrario, devolver corazón al pensamiento y sensatez a la emoción, incluso dejar un espacio para vivir la magia, aquello que siendo invisible acontece en nosotros. Voluntad para vivir manifestándose como afirmó Reynaldo Arenas, con imaginación, por puras ganas de construir algo útil, para no sucumbir a la tentación de olvidar. En definitiva, no más una existencia en la que no quepa la pasión y sobreabunde el egoísmo.
jueves, 11 de febrero de 2010
YO TAMBIÉN VI SOUTH PARK
De verdad que casi cualquier pendejo (hay que tener suerte, of course) puede llegar a ser presidente de este paisito, pero para profesional éste que no da una y con ello triunfa en iditotez sobre sus antecesores. Ni siquiera hondaré en su barbarie cuando usa la Constitución como un panfleto de su partido (que evidencia que no sabe leer o la mal leyó) al asegurar que en ésta se define el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer o cuando da el visto bueno para impedir que transmitan un episodio de South Park donde lo ‘pintan’ más inteligente de lo que es. Lo que hay es lo que vemos y oímos cada día. Yo me esfuerzo por no darme por enterado, pero esa manía de ser lector de ciertos diarios, me impiden soltarme de esta realidad jodida.
El parodiado sin fin dijo: "Cualesquiera que hubieran sido mis palabras, les dije que les ofrecía la más sentida de las disculpas si cualquiera de esas palabras hubiera ofendido la memoria de sus hijos". ¿Con esto el oligofrénico cree que ya ‘limpió’ la memoria de los asesinados? ¿Con un mensaje (tipo tweets) así –más extensos son los de twitter- considera que su idiotez puede ser tomada como un lapsus? ¿Deben, debemos creerle? ¿Por qué no asume su verdadero sentir y manda a la chingada el puesto que le viene grande y de paso se adjunta a sí mismo y sin retorno?
El México representado por la clase política actual me da asco. Al grado de que lamento más la muerte de Alexander McQueen que hizo y pudo hacer más por el universo de la moda, que esta bola de cenutrios que por decir lo menos, no sirven para nada. ¡Viva el bicentenario y el centenario de calderón (despostillado y sin asa) y su pandilla!
miércoles, 10 de febrero de 2010
IRREDUCTIBLE
sábado, 6 de febrero de 2010
DE LA FRÁGIL CONDICIÓN BUGA
crac
Huyes de tu deseo como (la mayoría de) todos los hombres. Te plantas frente a mí como un heterosexual irreversible que puede aceptar toqueteos con un hombre raro.
Pero en el fondo, incluso no tan debajo de tu piel, te cagas de miedo de estar delante de mí. Miedo como (casi) todos los hombres. No a que te guste la verga, eso ya es un saber pactado en silencio, sino a necesitar el placer que ésta te procura y no poder satisfacerlo. Esto es: negar el deseo para que siga existiendo.
Los hombres así, los que han probado el cuerpo de otro hombre, no han terminado de digerir qué del suyo les ha sido descifrado en el otro, qué revelación les fue dada al atravesar el umbral prohibido.
Al simular naturalidad o indiferencia acusan las enormes ganas de volver a probar eso, que según ellos, los machos, los convertiría en putos (en un no-hombre) aunque siempre lo hayan sido en la cabeza.
La condición de hombre, la virilidad, la hombría es un camino de negaciones para poder afirmarse: negar el deseo hacia otro hombre para erigirse como tal, verdadero, sin sospecha ni mácula. La mayoría de los varones cae en la celada y acepta el juego por carecer de argumentos, valor, instrumentos, mecanismos para resistir la presión o para disentir del poderío vertical: mandar a la chingada todo aquello que constriñe los anhelos.
Intentarlo vale la pena. No resulta fácil pero tampoco es imposible hacerlo: devolver al cuerpo la libertad para vivir su deseo.
México, D.F. 2 de febrero de 2010