domingo, 14 de febrero de 2010

MORIR A CUENTAGOTAS

La plataforma continental sobre la que está asentado este país ayuda a que el mismo no se hunda, si acaso se anegue de vez en cuando. Digamos que lo de Chalco y sus alrededores, es una suerte de muestra gratis de lo que sería México si la cloaca de la política nacional se saliera de sus frágiles límites. Faltarían balsas para deambular entre las ruinas de este pueblo que festeja-celebra-pierde el tiempo y recursos- en el bicentinario de su independencia (sic).
No se cumplirán 200 años de ser "orgullosamente mexicanos" ni de ser libres ni ninguna otra mentira oficializada por el pepele mayor y las televisoras nacionales, en todo caso, la efeméride remite al inicio bien intencionado (pienso yo) de unos cuantos de liberarse del rey de España, no así del virrey ni de la nefasta influencia de la iglesia católica (revisen documentos y verán que no miento ni exagero) así como al comienzo de esa desorganizada gesta "independentista" que sólo años después puso fin al conflicto armado y sentó las bases (estas ruinas humeantes que aún vemos) para construir lo que conocemos como México.
Pero la cenutriada anda muy emocionada cacareando que festejamos (ellos, yo ni en pedo) 200 años de ser orgullosamente mexicanos (sic, sic, sic). Y si así de chafita festejan doscientos años de ser libres; hay que ver cómo se celebran 100 del inicio de la revolución mexicana, cuando es evidente (¿o soy yo ciego?) el fracaso de llevar a la población de un país a un estado existencial mínimamente decente. Pero festejemos pues, que no habiendo en qué gastar tanto dinero, se harán monumentos, pirotecnia, películas y demás pendejaditas con tufo nacionalista: ¿estarán haciendo lo mismo otros países que también celebran el bicentenario de este proceso de liberación?
Dos acciones habría realizado yo para conmemorar dichas efemérides: construir, equipar, restaurar escuelas (de todos los niveles de ser posible) y clínicas y hospitales; incluso que cada núcleo poblacional le pusisera a su escuelita y clínica "El bicentenario" o "El centenario" para honrar la memoria de quienes participaron en ambas gestas. Con ese gesto nos estaríamos ahorrando (porque yo defenestro de todo cuanto se ha cacareado al respecto, pero no he logrado aislarme de todo el ruido) el circo mediático carísimo que dichas fechas han generado y que no aprovecharán a nadie que no se haya visto beneficiado antes de la ineptitud de los gobernantes.
Recuerden cómo se hizo gala de las millones de toneladas de víveres enviadas a Haití como si en este país no sobraran los damnificados de todos los terremotos (social, económico, político) que hemos padecido. Bastaba con enviar sin tanta alaraca un buque al Caribe y con ello se habría dado muestras de la solidaridad de este país y punto. No que se jactaron de mandar más ayuda que nadie y que nunca, mientras los hambreados y despojados de siempre de esta tierra siguen esperando una 'ayudita' del gobierno. Pregúntenle a los habitantes de Chalco, de Ciudad Juárez, de Michoacán... la lista de demandantes se antoja infinita.
Sin embargo, que siga la masa (que teniendo agencia no la ejerce quizá por comodidad) haciéndole la corte al pelele azul y brinque o llore según el guion improvisado cada día. A mí lo que me desespera, es que el final de este país no ocurra más rápido y tenga que padecerlo en cámara lenta.

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