jueves, 4 de octubre de 2012

MINI MANUAL DEL NEO REVOLUCIONARIO EXITOSO

1. Aprenda a hablar.

Comunicarse le garantiza la correcta gestión de su queja. Organice sus ideas, elija términos y frases que interpelen a sus interlocutores. Rehúya de los lugares comunes aunque usted pida lo mismo que hace décadas otros han demandado también. Apele al chantaje a través del discurso, para ello requiere una dosis de ironía y habilidades histriónicas no contenidas en este Manualito.

2. Aprenda a escribir.

Saber redactar desde un comunicado hasta un pliego petitorio pasando por la convocatoria y un pronunciamiento es también garantía de éxito de la lucha neo revolucionaria. Consulte formatos o acérquese a quienes sí saben hacerlo, so pena de que termine escribiendo un listado de deseos o propósitos como el que se hace en Año Nuevo. Recuerde: usted lucha contra el poder, no se dirige a Santa Claus.

3. Aprenda a vestir.

El glamour no es sólo propio del buen burgués sino del auténtico neo revolucionario. Un kit con trapos de marca sientan mejor que un cutre-look a la hora de convocar a las masas. Se trata de atraer la atención de la mayoría, evite que por su facha confundan su reclamo social con resentimiento y otros traumas personales. No olvide que ante todo es un privilegiado universitario de institución pública.

4. Aprenda a aprender.

No basta la justa indignación para devenir neo revolucionario es también necesario saber argumentar la queja. Revise archivos, hemerotecas, bases de datos, todo aquello donde pueda documentarse sobre el éxito de pasados levantamientos, paros, toma de instalaciones, huelgas y otros movimientos de resistencia social. No corra riesgos, tome en cuenta que la autoridad contra la que se manifiesta tiene el poder porque sabe y conoce.

5. Aprenda a informarse.

No importa que usted sea de los que no compra libros para no engordar las arcas del capitalismo feroz, ni fotocopie textos bajo argumentos ecologistas (los derechos de autor son también cosa del mal burgués, of course). Encienda un cigarrillo y ‘visione’ textos en formato PDF desde su Tablet conectada a Internet, gratis, desde luego. De ser posible, de la red de la Institución contra la cual protesta.

*Estos cinco sencillos puntos no le asegura el éxito de su protesta, pero sin duda contribuirán a conformarlo un sujeto más crítico, pongamos que también más humano (o menos asno).

MI PLIEGO PETITORIO O DE LA CENUTRIEZ

Tomando en cuenta los últimos sucesos, me he juramentado no volver a dar clases y antes bien, encadenarme a las rejas del F-8 si no se me conceden las siguientes peticiones:

1. Quiero que la gravedad deje de tirar de mí convirtiendo mi flacidez en olanes de piel.

 
2. Exijo la posibilidad de comer y comer a toda hora y sin consecuencias, esto es, sin engordar.

3. Que el vodka sea declarado bien básico y se instalen surtidores de vodka en los pasillos y dentro de los salones de la facultad. Además, que exista alguien que sirva el hielo.

4. Reclamo mi derecho a ser feliz por sobre encima de la felicidad de los demás (¿quién es el Otro?).

5. Demando que se detenga la expansión del Universo cuyo movimiento acelerado me estresa.

6. Que sea anule la ciencia y la historia como discursos generadores de saberes y conocimientos; que la única verdad radique en la poesía: si está centradita y de bajadita, más mejor.

7. Que san Borges sea declarado líder moral-espiritual-transuniversal y su lectura sea obligatoria en la facultad.

8. No más pedagogos ni Estudios de Género ni teoría Queer: la facultad de Letras debe enseñar sólo literatura (y a lo mejor algo de Lengua).

9. Que no acontezca nada en el mundo si no se cumplen cabalmente los puntos anteriores.

10. Que no se me juzgue por mis faltas de ortografía, Cervantes escribió más peor y ahí está.



martes, 2 de octubre de 2012

LO QUE NO DEBERÍA OLVIDARSE, OLVIDO ES...

No son capaces de recordar lo que hicieron ayer y
se suman (pendejamente) a reivindicaciones que ignoran…


Ahora quiénes sitian y okupan el espacio público y bajo el nombre de qué. Ya hemos tenido bastantes actos de barbarie por parte de sujetos que en nombre de reivindicaciones ciudadanas (¿las de quién?) cometen actos dignos de seres sin control de los esfínteres mentales, si acaso los tienen.

 

¿Actúan bajo el nombre de la patria engañada-timada-saqueda? También ellos/as forman parte de esa sangría que la patria -ese ente al que se apela para 'suavizar' sus actos animales- ha padecido y padecerá, alguien tendría que recordárselos.

 
Reivindicar un movimiento -si acaso lo hay- cuyas consecuencias visibles padecemos -los salvaguardas de la patria son los politiquitos de ahora, privilegios incluidos; y no lo digo yo- y que es más 'mito' que conciencia y deseos de justicia, es tan absurdo cuando quienes hablan en nombre de la memoria del pueblo han olvidado lo que hicieron o les tocaba hacer ayer. No es posible hablar del '2 de octubre no se olvida' después de ir a comer a Mc Donalds, echarse una coca cola, vestir nike, bufar desde su más reciente 'celular' made in USA/China... disfrazados de taco de huevo con frijol, desaseados, libro viejo bajo el brazo que nunca terminan de leer porque la lucha armada se los impide y un sin fin de accesorios que me da flojera enumerar.

 

Accesorios, porque el kit de neo-revolucionario está al alcance de quien quiera: Oh, leo a Borges y me sumo a la idea de que el mundo, la historia, el universo entero es poesía (ni la ciencia ni la historia sirven, ¿ves?)... y ese mismo poeta va atropellando derechos básicos de sus semejantes, porque cosa curiosa, ser poeta, te hace ser fuera de este mundo... Leo a Gramscii y el marxismo soy yo. Medio entiendo a Lucio Cabañas -ah, sí, sí, claro que sé quién es- y se me antoja sumarme a la guerrilla urbana por los derechos del 'todo gratis, ninguna responsabilidad'... el deseo del parasitismo civil, porque ignoran -ya se sabe que el que lucha no se informa- que hasta un platelminto cumple una función.

 

Estoy hastaa la madre de esos Yo soy... que en nombre de la libertad -lo que entiendan por ello- afean mi muro de feis con sus quejicas, venga, que se desahoguen que puedo entenderles; afean también las calles, lanzan huevos a lo pendejo a quien ni es el poder ni le importa nada el clamor de los indignados... hasta para protestar hay que ser inteligente... y tener decencia, digo yo: sumarse a la lucha en fachas, da también la impresión de que más que indignación e injusticia es berrinche y una suerte de revancha su lucha.

No hablo desde el poder sino desde la indignación que actos torpes producen sobre una mayoría que está ocupada haciendo lo que toca hacer... que si este país no se ha caído, no es por la fuerza de los revolucionarios... sino por la energía de quienes sí chambeamos en lo que toca (laburo, escuela, servicios) inyectamos día sí y día también.


Ahora sitian Humanidades ¿mañana qué? En la tardecita se irán a jugar futbol o xbox, a chatear en feis, a farolear felices de haber cumplido con la consigna de no olvidar el 2 de octubre, la afrenta de la reforma laboral, la imposición de PN... no importa que olviden -deliberadamente- hacer su tarea para las clases de este miércoles...

No le digo, compadre, hasta para ser pendejo hay que tener talento...



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domingo, 2 de septiembre de 2012

MÉXICO, OTRA VEZ

Al recién né, para quien el mundo es nuevo.




Yo no quería plasmar en palabras mi sentir, y me había guardado bien de no decirlo bajo ninguna circunstancia. Pero me interpelo más de lo que querría ignorarme; la realidad me rebasa y me disgusta ese desborde. Como a una mayoría, yo también siento que la realidad de este país, en sus diversos ámbitos, tendría que cambiar, rumbo a mejor, se entiende. Otra es que esté de acuerdo con los mecanismos que se emplean o pretenden utilizar para que ese anhelo enrumbe en la dirección que se desea.

Mi silencio no significa que acepto sin más un resultado electoral como el que tenemos, pero desde mi orilla me pregunto: ¿qué se puede hacer? ¿Cómo respondo a este acto? ¿Qué formas de reacción, inteligentes y sensatas pueden contribuir a encauzar mi desazón? ¿Valen los pequeños actos de justicia cotidianos para subsanar una injusticia cotidiana? No me detengo ya en averiguar si fueron limpias o no las elecciones; ya sabemos cuál es la naturaleza de las mismas... reparo mejor en qué puedo hacer ahora con la realidad que me rebasa...

No estoy a favor de PN, pero sí tengo claro que siento repulsa por AMLO; no es de izquierdas, no representa un pensamiento adecuado con el tiempo/espacio que no elegimos y que toca vivir, no presenta un proyecto de nación viable; los suyo no es un proyecto realista-posible (quizá deseable, pero no basta), que haga que muchos más nos unamos a su causa; sí, suya. El otro tampoco tiene mucho qué aportar, pero al menos sabemos cuál es su naturaleza y sus métodos de acción. Yo prefiero un objetivo definido, claro en sus claroscuros, a un entre perverso como el segundo, previsible en su incongruencia y manipulador irreversible. No hay virtud inmaculada en ninguno de los dos, pero hay que reconocer que uno sí se muestra, el otro ataca por sorpresa...

Me preocupan las acciones bárbaras que en nombre de la 'injusticia' se están realizando, quienes las realizan y en nombre de qué las llevan a cabo: ¿son justas, adecuadas, necesarias, convenientes, efectivas? O por el contrario ¿contribuyen a la incertidumbre, a la inestabilidad, son meros actos vandálicos, debe ejercerse sobre esas turbas el ejercicio de la autoridad para (intentar) recuperar el orden público?

¡Basta ya! pido desde mi fuero interno, basta, por favor. Urge estabilizarnos o nos cargará la chingada... ya perdimos seis años en un caso similar -¿qué se ganó?, ¿hubo algún cambio favorable?, ¿qué beneficio se obtuvo?- y la verdad yo no quiero perder otros seis más en luchas intestinas que para ser honestos, no son a favor de una amplia mayoría, también hay que ser autocríticos.

Cada sexenio a mí me queda menos vida, y en consecuencia, menos esperanza, y sí harta rabia, misma que no expulsaré ni quejándome ni jodiendo a quien considero mi adversario, por qué debo tener un adversario. Bastantes situaciones, aspectos, circunstancias me son adversas cada día como para sumarme más obstáculos. ¿Puede la diferencia –de la índole que sea- ser el principio del diálogo, el reconocimiento, la comunión? ¿Idealista? Sí, antes que incivilizado.

No es dejadez ni resignación, ni miedo ni desidia (cargo con un par de luchas en mis espaldas), si acaso un poco de mesura. De verdad que también se me antoja un país diferente, quiero decir mejor. Pero ante todo, anhelo un país con una ciudadanía reconciliada para que desde la negociación, sea posible emprender-pactar los cambios (y constancias) que México requiere con urgencia, empezando por la de educar para el ejercicio de una ciudadanía crítica, incluyente, generosa.

lunes, 2 de julio de 2012

CIUDADANÍA Y RABIA

No por esperado duele más. En mi caso, me jode. Cuesta creer que para bastantes sea preferible abrazarse a la ilusión que al compromiso: México mío ¿qué te hemos hecho? Respóndeme. Y desde luego que lo hace, pero quienes escuchan son los menos. Quienes reaccionan, actúan y responden, menos todavía.

Lo que me jode, lo que más jode, es que tengamos que esperar otros seis años más ¡seis más!, para aspirar a una renovación de poderes. De elección en elección voy sumando años, achaques, rabias y decepciones. No creo llegar hasta las próximas votaciones presidenciales y si lo hago ¿con qué fuerzas lo haré? ¿Con qué ilusiones? Yo he vivido varios sexenios y puedo decir que con ello he aprendido algo, pero quienes no saben que existen opciones ¿qué será de esos seres?

Pienso en las criaturas que cursan (y/o concluyen) la Primaria y las que este ciclo escolar ingresarán a ella. Su educación básica, y media superior, y superior estará encuadrada por un sexenio de más de lo mismo (¡Por Zeus, que sea una Casandra loca y que no se cumpla mi vaticinio!). Antecedidas, sus vidas, por seis años de violencia. Esa generación (o dos) no conocen otro tipo de realidad y muy probablemente tampoco la conocerán.

Ciudadanos en la telerealidad, para ellos votar será otro juego más de los muchos que videojuegan. Y sabemos, que en la distopía digital (virtual, no-realidad) el compromiso no existe, la realidad se diluye, la conciencia del ser-con-el-otro se debilita cuando no se anula. Esa es mi dolencia matutina: la esperanza torpedada a fuer de creer en los cuentos de hadas, en el mundo feliz, en la vida sin asunción de deberes y responsabilidades y a cambio, creerse merecedor de tanto.

Me niego a creer que sólo los pueblos educados votan por la izquierda, que acá en Tenochtitlan no tenemos izquierda sino izquierdosos, pero no debatiré al respecto. Insisto, considero que votar por otro tipo de proyectos más incluyentes, críticos, con propuestas sociales ‘realizables’, comprometidos y corresponsables implican una conciencia de ser y estar en posiciones de desventaja y desear, no sin esfuerzo y disciplina, alcanzar otro mejor, deseable y posible.

Será que como no creo en los milagros, pocas veces me he sentado a esperar que el viento barra el polvo del frente de mi casa, y lo hago yo cada día, ora con gusto, ora con mohína, pero limpio.

Me duele el exceso de conciencia.

Ahora querría tener fe para abrazarme a un madero y esperar a que la luz iluminara mi grisura. Pero aunque vivo en una tierra irisada por todas partes, el estado de sangre luce más precisamente por su encuadre arcoíris. Así mi ánimo, que en realidad es mi sentimiento: jodido, gris y desconcertado pero al mismo tiempo, una rabia que me dinamiza. No me sentaré a llorar ni a lamentar. He madrugado, he realizado mis primeros deberes del día y cumpliré con todos con aquellos que deba sacar adelante. Yo no soy de los que se comprometen y cumplen. Soy de los que cumplen. Punto.

Pasado el trago amargo, el salobre sabor de la desilusión (advertida, sabida, revelada) viene la respuesta dinámica: el trabajo comprometido, el estudio a fondo, el ejercicio de la ciudadanía en los detalles mínimos: no tirar basura en la calle, no joder al vecino, bajarle al ruido del auto, pagar los impuestos, no estacionarse en sitios prohibidos, atravesar la calles en las esquinas y con semáforo, no caer en el soborno ni en el chantaje, no robar la señal del cable, acudir a las juntas y reuniones escolares y/o laborales, dejar de parir como si fuera un mandato extrahumano, santificar al vodka y la vida buena, aprender a leer críticamente (no a decodificar, que eso hasta PN lo hace), saberse en relación con el otro, cuidarnos.

Qué difícil es la ciudadanía. Es más sencillo votar en tanto acto ‘extraordinario’ que aplicarse en la rutina. Yo no lloraré porque se pierde tiempo valioso en enjugarse las lágrimas y la patria, tan maltrecha como está, requiere con urgencia ciudadanas y ciudadanos, no seres dolientes. Me lanzo a mis deberes. Comparto mi abrazo y mi beso. Resisto, debe ser, porque espero.

sábado, 9 de junio de 2012

Y EL TRONO MEXICA ES PARA…

A los entusiastas de la democracia made in Tenochtitlan


No son uno ni dos ni cientos, sino miles y quizá millones las personas que suelen decir A y actuar en función de B. A ese proceder antiguamente se le llamaba incongruencia, hipocresía, hijueputez o con otros términos. Ahora se le conoce como flexibilidad, sabiduría, prudencia, adaptabilidad y muchas palabras más. Así, para ejemplificar lo anterior, quienes viven la democracia desde la palabra (reclamo, queja, rabia) son más que quienes la actúan desde el ejercicio de los deberes (sobre todo) y los derechos (ganados, pero no para siempre). Pocos aceptan que se vive también, desde el privilegio (por eso escribo).

Se dice que una muralla cayó tras el estruendo de las trompetas, pero esa es una historia bíblica, que bien podría considerarse, ficticia. Los otros muros que han sido derribados lo han sido fruto del esfuerzo físico, mecánico, político y económico de quienes deseaban tirarlos. A gritos, pocas cosas han caído, a fuerza de marchar, menos aún. El imperio que habitamos y nos habita, difícilmente se desmoronará con estas prácticas y nobles intenciones.

Yo que no sé de cifras ni de porcentajes, me atrevo a exponer que de una población que rebasa los cien millones, acaso un 10% empezaría a ser significativo para empezar a movilizar al 90% restante. Pero cuando no se alcanza ni el punto porcentual, las probabilidades de obtener un fin, se reducen drásticamente. Pero esta es mi opinión desinformada y desprovista de fe (que no de vergüenza). Debe ser que hablo desde esa parte de la población cautiva ante el SAT que mantiene y sostiene muchos de los privilegios de la otra gran parte de la PEA que no paga impuestos y que no obstante, goza de los beneficios del presupuesto público: no me quejo, si lo hago con gusto; exijo sensatez a quienes sin aportar casi nada exigen como si lo hicieran.

Hay muchas maneras de contribuir al bien común, la más sencilla y práctica: hacer convenientemente lo que a cada quien toca llevar a cabo, con destreza, talento, cumpliendo los plazos, pero también con generosidad y quizá hasta con alegría de saber que se trabaja en la construcción del bien común que suele ser, a veces, también, el bienestar propio. Y no al revés como suele hacerse, al menos en los espacios que me muevo. Pero abundan los que piden mucho cuando no han sabido valorar y cuidar lo poco. Hay quienes quieren la libertad sin saber para qué la desean. Existen aquellos que exigen transparencia cuando se benefician de estar en la oscuridad. Están aquellas personas que reclaman justicia cuando han sido injustas la mayor parte de sus vidas. Se cuentan por miles quienes manosean y engullen la palabra democracia cuando van de tiranos por la vida diaria.

Pura incongruencia impura. ¿De qué van estos sujetos? Para derrumbar una estructura hay que identificar que lugar se ocupa en la misma so pena de dinamitar también los travesaños en los que se está parado y para asumir el compromiso que toca por estar en esa posición. Pero ello implica conocer… y como ya he referido otras veces, ahí, en el compromiso, en la disciplina, en la constancia es donde la puerca tuerce el rabo y se echa con júbilo al lodazal.

Es fácil dejarse encandilar por el brillo de cualquier lucecita: no da calor pero quizá da esperanza. Yo como nada sé, tampoco sé si esto sea cierto. Mientras me preparo para vivir la discontinuidad de la democracia simulada.

viernes, 1 de junio de 2012

FRAGMENTOS MURMURANTES

Quiero caer
y gritar
y llorar
y dejar de correr
y de huir
y de buscar
y de esperar
y de herirme
y de sentir esta asfixia
que me ciega
que me acota
que me forja una cicatriz
Quiero irme a ninguna parte
estar en ningún lugar
esperar nada
recibir nada
desear nada
soltar todo
abandornarme todo
prescindir de todo
y ser otro
o sea, ser yo
el mío que han lastimado
aplastado
defraudado
herido
cercenado en fragmentos que murmuran
que reclaman paz
que duelen....
quiero no querer
exijo paz
exijo no-ser.

miércoles, 30 de mayo de 2012

SOY LO QUE FALTA

Nunca me había sentido tan asqueado como ahora. Con el adverbio quiero decir: que soy consciente del asco que me cruza, me circunda y me arroja de sí. De suerte que debo referir que me siento no-yo. Fuera de mí soy lo que queda cuando me sustraigo a la supuesta totalidad que me conforma. Soy lo que falta.

Pero no es la carencia la que me coloca en un estado de tedio que se me antoja infinito, no. Es la impotente sensación de querer volar y no tener horizonte hacia el cuál dirigirme y la imposibilidad de dibujar uno a la medida de mis alas. Lo que carcome pues, es el deseo. Desear cuando no es posible satisfacer el deseo, que es como sentir sed y estar rodeado de agua salada: ansiedad im/pura. Pues la ausencia de la misma o la existencia de una empuercada, no duele tanto como la imposible de beber aquélla salobre so pena de padecer más sed.

Así yo ahora: harto de desear el deseo. De estar a la espera de lo que quiero y no quiero que llegue. Con un tiempo libre que se me escapa de las manos a fuer de ser excesivo, inconmensurable. El tiempo personal muda en superávit cuando decido cerrar las puertas a los quejicas que vienen con sus penas, sus dudas, sus temores e incluso sus reclamos en busca no de una charla o un sujeto, no; vienen en busca de una papelera en la cual depositar sus desechos, una cesta donde arrojar sus frutas podridas y poder continuar ligeros de peso, aliviados, ya sin el peste de un bulto pútrido.

Es así: si dejo la puerta abierta, con el viento fresco entran también el polvo y los zancudos; también la gente, algunas personas que mendigan creyéndose reyes y reinas en el exilio, seres que no piden pan, sino la instauración de su trono; no solicitan ser socorridos; exigen ser adorados. Y he aquí que creen que encuentran quién les hace sentir que el exilio puede culminar y entonces la restauración de su reino está más cerca. Pero cuando la puerta no se abre para que no entren la gente ni el polvo ni los moscos, aunque sí los chaquistes que caben ahí por donde uno, supondría que no pasarían, entonces el tiempo no tiene manera de escapar y se queda todo conmigo.

¿Y qué hace uno con un reloj que excede su capacidad de consumo? Los tiras y listo. Pero no basta, no es suficiente: quemar el combustible no siempre significa agotar también la posibilidad del desplazamiento… está la inercia, ah, la inercia, esa propiedad física que en la vida cotidiana llamamos rutina. Los cuerpos tienen inercia; las personas, rutinas. Estamos hechos de repeticiones que acontecen puntualmente un día y otro también: algorítmicamente. A la sorpresa del no cumplimiento de ese plan algunos le llaman fantástico; yo sencillamente la nombro desazón.

Y acá estoy, escribiendo para sacarme el hastío que es como decir, vaciándome de todo (lo posible) para no desdibujarme y recuperar mi contorno, mi voz, mi autonomía, mi biorritmo. Lo intento con ahínco y creo que lo consigo. Justo ahora siento hambre, el piquete de un mosquito impertinente, la corriente de aire tibio que escapa de las aspas del ventilador, sueño. Estoy con vida, sigo vivo. Esta vez, al menos esta vez, he triunfado. Palabra de superviviente.

lunes, 21 de mayo de 2012

SSL: SILENCIO, SANGRE, LÁGRIMAS

Lo que haga tu mano izquierda que la derecha lo ignore reza el verso bíblico (citado de memoria, así que puede ser viceversa). Pero hay otra expresión coloquial: hay que cacarear el huevo. Y otra enunciación que refiere, que lo que no se nombra, no existe. De modo que entre discrecionalidad, presunción y visibilización hay mucho trecho. Mucha distancia.

Desde hace unas semanas es posible leer en el omnipresente feis invitaciones para sumarse a la marcha anti-PN, el conglomerado a favor de AMLObito, o en apoyo a la “Diferente”. Que se convoque, me parece un acto de constancia de que aún hay gente lúcida y que tiene ganas de participar, a su manera, en el proceso electoral devenido majada. Que se asista, me hace pensar que además de despierta, una parte de la ciudadanía reacciona ante lo que (se) ve y oye en las campañas. Pero que tales manifestaciones se celebren (¿que se celebre qué?) como un triunfo en sí mismas, me decepciona porque se lanzan vivas antes de obtener el premio mayor. 

El asunto (la presidencia) no lo determinan las marchas anti/pro X, prueba de ello es que el candidato que despunta no se inmuta mucho (parece) ni se despeina (no lo vemos). Y sí en cambio se corre el riesgo de que ocurra lo mismo que ha sucedido con tanta marchoso y marchosa manifestándose contra la delincuencia: no sólo legitimaron al inquilino de los pinos en el cargo que desempeña inteligentemente, sino que le dieron una suerte de Vo. Bo., para que continuara con su blood policy que no se modificó mucho, y de tanto marcherío sólo quedaron las suelas del calzado desgastadas y los pies hinchados, porque ni huellas.

Quienes querían protagonismo, lo obtuvieron; quienes buscaban expiar sus faltas, yerros, culpas, omisiones, lo lograron; quienes demandaban justicia, o sea, los deudos y las víctimas, consiguieron nada o poquito. Así se juega en este paisito, se celebra el gol como si éste fuera en sí mismo el triunfo del partido. Una multitud re/clamando, fácilmente se lee-entiende-asume como la conquista del premio, cuando se trata sólo de una manifestación que si bien toma el pulso del malestar de la ciudadanía no determina nada.

Nada, si no se pasa a la acción. Y acá es donde tuerce el rabo la cochina, porque para actuar hace falta no solamente impulso, inercia, buenas intenciones, rabia y deseos de un futuro menos incierto, sino compromiso, responsabilidad, informarse (ver la tele críticamente o no encenderla), analizar, cuestionar, interpelar e interpelarse, hacerse corresponsable, negociar y dar el siguiente paso. Y es en este nivel del proceso de la indignación donde suele zozobrar la euforia y no cuajar el anhelo de transformar una situación (social, política, económica).

Porque salir a dar de voces es más sencillo (es un decir) que ‘intelectualizar’ un poco a partir de dar la palabra, escuchar y responder a las voces de quienes tienen/quieren decir algo (mucho) y que son bastantes. Celebro las marchas pero es hora también de pasar a otro tipo de acciones: exigir propuestas específicas, pocas, viables, que beneficien al bien común, diseñadas para un periodo que trascienda el sexenio y no aceptar más promesas, poses y arengas ni obras de relumbrón.

Que nos definan (aclaren, evidencien) las candidatas y candidatos su posición frente al mercado, la economía nacional, la educación, la salud y seguridad públicas, la corrupción, las políticas sociales (aborto, ciudadanías incluyentes, inmigración), así como las acciones (viables) que emprenderán para responder a tales aspectos, y que se ahorren el dinero público que desperdician y la sarta de sandeces con que atosigan a un electorado que de tanto hartazgo, ya no escuche o no entiende o ambas. Una obra vale más que mil palabras, dicen por ahí. Pues que se llene de silencio productivo este país como se ha llenado (vanamente) de sangre y de lágrimas. Se los debemos y nos lo debemos a todas y todos (digo yo, que soy poquita cosa y no se me da lo marchoso).

sábado, 19 de mayo de 2012

ODIAR POR ODIAR

Odio a la iglesia por mentirosa, metiche, ladrona, pederasta, hipócrita, desalmada, pretenciosa, retrógrada, excluyente, falsa.

Odio a muchos de sus ministros, siervas y feligresía en general, porque creen que su adhesión a dios ¿a Dios? les hace seres de otro mundo, inmaculados, divinos que se arrogan la propiedad de proclamar, cuando no el deseo de imponer, su reino que no es de este mundo.

Odio a quienes hacen ruido por todos los medios posibles, las bocinas que ladran decibeles anunciando ¿qué?, promocionando ¿qué?, vendiendo ¿qué? mientras dañan la salud de quienes aún escuchamos sin necesidad de gritar ni de prótesis ni de implantes cloqueares.

Odio a los taxistas y choferes de servicio urbano que escupen ruido bajo el nombre de música y atentan contra la salud del viajero y la calidad del servicio público que ignoran prestan: bestias que asumen (no les da para pensar) que los usuarios compartimos sus gustos musicales, su obsesión por el volumen alto, su calidad neuronal y capacidad cognitiva.

Odio a la gente puerca que debería comerse la basura que produce antes que arrojarla al espacio público; a quienes no saben leer ni entienden el letrero No tirar basura o el que dice Deposite su basura aquí. Tendría que acondicionarse un servicio de limpia pública que cargara con estas hordas hacedoras de desechos para que las depositara en un lugar donde estarían en feliz convivencia mutualista: basura-cerdos.

Odio a la gente que en lugar de caminar por las aceras parece que pasta: a medida que las banquetas se tornan más pequeñas, las bestias se hacen más cerdas e impiden la libre circulación a quienes sabemos distinguir entre acera y corredor peatonal; entre calles populosas y andador de parque. Debería estar prohibido que los bultos anden libremente.

Padeciendo el mundo y el mundanal ruido y sus mundanas criaturas: qué antojo de esa fila de trenes repletos viajando hacia donde no hay retorno.

Me odio a mí por darme cuenta de estas cosas y no apartarme de la vida; por no abordar ese tren… porque me falta valor para cesar el pulso cardiaco y el vaivén pulmonar… con lo fácil que sería parar y dejar al mundo en su feliz sincronía en el que quien sobra, estorba y apesta, soy yo.

miércoles, 9 de mayo de 2012

DE ROBOS Y OTROS ULTRAJES

¿Estamos para festejos? ¿Vale que una semana tras otra las actividades escolares se suspendan porque se ‘celebra no sé qué’ y hay que parar actividades? Cuando santa Merkel acusa a los países del Sur (de Europa) de flojos, no consigo evitar pensar que en esa geografía golfa (si acaso lo es), también cabe este paisito. O al menos el Estado de Sangre en el que habito (vivo, aún, quiero decir).

Mientras los ‘daños colaterales’ se acumulan, los días no laborables también; lo cual con un poco de seso uno concluye que no se justifica. Sin embargo, no es la flojera y la holganza improductiva que celebra el vulgo (¿la prole?) lo que me excita y me desborda, sino que exista poca o nula respuesta crítica a tanto dispendio de recursos para una maquinaria que no funciona o que produce poco: ¡total, mientras no se pare! Pensarán los ineptos.

O los ladrones. Porque la Facultad de Letras Españolas, en menos de dos semanas ha sufrido la sustracción (el robo, pues) de dos proyectores que con dificultades había conseguido. Por ignorancia o por envidia (tenemos uno de los mobiliarios más decentes –sensu stricto- de toda el área de ex Humanidades) estamos padeciendo este desmantelamiento que puede ir rumbo a peor. Porque el despojo material que se hace a una institución donde se forma a los individuos (y donde muy probablemente también asisten a clases los ladrones) comenzó con el despoblamiento de neuronas, que llevó al desprendimiento de la vergüenza, al descaro a quien o quienes hayan cogido los aparatos; a la despersonalización.

Afortunadamente (y este puede ser el clásico mal de muchos, consuelo de tontos) existe una cantidad de estudiantes que ha reaccionado con indignación ante tales eventos y ha propuesto medidas para subsanar el daño (si acaso es posible la reparación), lo cual no es suficiente para reponer los veintimuchos miles de pesos que supondrá reponer los dos cañones, y además, reacondicionar los espacios (convertirlos en jaula, que significará, supongo, más retos para las bestezuelas que deambulan por la facultad y alrededores) para hacerlo más seguros (lo que signifique en este caso la palabra seguridad).

Prisiones. Ese es el sueño de quienes desposeídos de su capacidad para pensar desean convertir la realidad en cárceles: rejas, cámaras, scanners, controles y más controles; hemos visto que la bestia habita gozosa tras barrotes mientras los seres humanos aprendemos a vivir en libertad.

Pero conseguir tal distinción implica más que matricularse en una facultad, echarse en un salón de clases, simular se lee (otra cosa es entender lo leído) o que se toma notas o gritar (hay quienes aúllan) exigiendo la gratuidad de la educación: gratis pediría yo que fueran los vicios. Y quién sabe, hay estilos hasta para eso: calidad, quiero decir.

Lo cual, desde luego, no aciertan a saberlo (reconocerlo) estos seres improductivos y dañinos que sin duda, no habrán conseguido en alguna casa de empeño ni el 5% del valor total de los objetos: insisto, la bestia es presentista, impulsiva, le basta con poco; aunque su presencia, su persistencia en el mundo, cueste mucho a los demás.


P.D. A la chingada el MP: cortesía de quienes robaron los proyectores.

sábado, 17 de marzo de 2012

ADELANTITO

Ahora que Rubén me vigila, lo siento, me cuida, desde una esquina “llueve, truene o relampaguee”, realidad que supongo se extiende hasta la virtualidad, me siento seguro, protegido. Por ello he decidido volver a la virulencia de las redes sociales para ejercer mi derecho a expresarme siempre contenido, perdón, regulado, por el sagrado deber de conservar el orden público. Como deber ser, no se trata de ir de troll de tiempo completo. Virtud la nuestra que nos regulan, de suerte que no tenemos que padecer lo que sí, habitantes de otros países.

Acá se vive en democracia y ésta, se vive además, en todas partes: sea en la ciberósfera o en la biósfera, así en el cielo como en la tierra. Amén. Y si me hicieran falta razones, he soñado hace unos días que una multitud de fuerzas "del orden" me convertían en su objetivo... no sé qué más pasó: antes de escuchar el primer 'trueno', desperté.

lunes, 23 de enero de 2012

SÓLO PARA NO SENTIR QUE SOY CÓMPLICE

Un día (venturoso o fatídico) uno se propone abandonar el pugilato verbal desde el que uno se ha mantenido durante tanto tiempo, para emprender una vida ‘real’ lejos de la imbecilidad reproducida por gran parte de los medios de comunicación y que copa la mayoría de los espacios. Uno decide largarse y no volver. Uno querría no mirar ni oír ni actuar, es decir, ser mexica típico y de tiempo completo, y vivir con la fe puesta en dios y en los santos y en las santas. Pero la felicidad no es posible que dure tanto. Y se hace imperioso, volver y ladrar.

Después de resistirme a responder a la bruticie lingüística de milady y milord que aúllan por todos los rincones del país que vivimos en el mejor de los mundos posibles (claro que no lo refieren así, si ni conocen la frase ni la entienden); de negarme a replicar a las voces zafias de hablantes ídem; luego de censurarme para no vomitar sobre quienes son prolíficos en verborrea y demás sandeces, he tenido que abrir nuevamente una entrada de blog y escribir, sólo para no estallar, sólo para no sentir que mi silencio me hace cómplice de la estupidez de tantos.

El periódico EL PAÍS ha publicado (y con ello ha hecho eco de la mierda verbal de esos autoproclamados hijos de dios) la más reciente opinión del arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol Balcells, miembro del Opus Dei. Con este nombre que no cabe en ninguna marquesina, uno ya puede suponer que los ladridos del purpurado no son precisamente el sermón de la montaña sino palabras envenenadas a las que que hay que responder como antídoto. He aquí su pensamiento cristiano, abarcador, amoroso, digno de su dios:

1. “Yo quiero a todo el mundo, pero distingo muy bien entre lo que son las personas y sus comportamientos. Como personas, todos somos hijos de Dios, debemos respetarnos y todos merecemos la máxima consideración; pero hay comportamientos que no son buenos”, ha dicho el arzobispo en una entrevista en Els matins de TV3. De donde se desprende que "los gais no son adecuados para la sociedad".

Respuesta: Yo afortunadamente NO quiero a todo el mundo, pero a quienes quiero, que son pocos, los quiero mucho. Debe ser porque afortunadamente NO soy hijo de dios sino de la chingada, de las crisis, de la vida jodida en este paisito que alimenta zánganos y friega a quienes sí chambeamos, que erige monumentos sobre los páramos hambreados de la patria. En estas condiciones, es casi sencillo, tornarse virtuoso. Respecto a los comportamientos… antes todo que cura-obispo pederasta; ejemplo de comportamiento adecuadísimo: ¡deme dos!


2. "A las mujeres de mi iglesia siempre les digo lo mismo: A quien tienes que cuidar más es a tu marido, él es el hijo más pequeño de la casa, ya sabéis porqué lo digo. Lo tienen que cuidar, no se pueden descuidar”.


Respuesta: a las mujeres todas, y también a los hombres, a las niñas y a los niños e incluso a los y las adolescentes yo les digo: de quien tienen que cuidarse es de estos lobos disfrazados de ovejas, porque más valdría arrojarse a un pozo (lo cual hacen las honestas y los honestos) antes que escandalizar a uno/a de estos/as más pequeños/as. Y después de mantener a raya a estos especímenes del mal, hay que quererse de un modo que nadie más puede enseñar que el cuerpo mismo. Asimismo, el marido no es un producto elemental de la canasta básica. Que se ate, quien guste.

3. "Una mujer no puede oficiar [misa] porque cada uno tenemos nuestra función. Yo tampoco puedo hacer algunas funciones que hacen las mujeres. No puedo traer hijos al mundo".


Respuesta: afortunadamente el hijo del opus gay no puede tener descendencia… bastante daño le ha hecho y le hace a la humanidad con existir y bramar como para que encima de todo eso, se perpetúe. La naturaleza, a diferencia de dios, sí es sabia y no les dio vientre a los obispos ni a los curas ni al papa. En relación con lo de oficiar misa las mujeres ¿cuántas de ellas quieren participar de y en ese chou? Es precisamente jugar a la casita y a la comidita, que muchas quisieran no hacer más.

Con estas perlitas de amor y esperanza he tenido que sortear esta mañana soleada de enero. Ojalá el mundo posible maravilloso en el que habito, me dure. Amén.

Para leer más: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/01/23/catalunya/1327327617_759953.html