jueves, 9 de junio de 2011

UN DÍA SIN INEPTOS

Que se vaya a tomar por el culo quien tuvo la ocurrencia de proponer “un día sin taxi”, para contribuir al ordenamiento vial de FeaXalapa. Que paren los taxis. ¿Me movilizará el susodicho en su auto particular? ¿Viajará en bus el ocurrente? ¿Son los miles de taxis que pululan por la ciudad la causa del tráfico vial?



¿Por qué no mejor “un día sin autos”, salvo taxis y servicio urbano público –que no gratuito-? Si se trata de descongestionar las calles y avenidas de la urbe ruidosa y sucia, hay que proponer y hacer valer medidas más drásticas. Que se bajen del auto quienes no pueden vivir sin él. Sirve que la inepta clase política (sobretodo), se entera del estado de los autobuses, y de la atención y servicio de los choferes: música alta, trato déspota, impresentables muchos de ellos.



Querría ver a milord trajesastreada y en tacones trepada en un bus atestado, con pésima ventilación y en un atasco en hora pico, causado por el exceso de automóviles particulares (no taxis solamente), camino a su trabajo. O mirar a sus achichincles esperar bajo el sol o bajo la lluvia que pase un bus, y que cuando por fin aparezca no se detenga o lo haga en doble fila, y a correr en pos de él, sin alcanzarlo.



Serviría también para que las mentes brillantes de tránsito local, que desde su escritorio diseñan programas viales, caminen cuadras y cuadras en busca de la parada más próxima. A ellos que les encanta suprimir paradas de autobuses, para agilizar el tráfico; espacios que luego se convierten en estacionamientos públicos y obstáculos para la vialidad. De paso, degustarían de las aceras (sucias, hoyadas, okupadas) de esta ciudad fea.



Basta ya de joder al ciudadano más precario que es casi al mismo tiempo el más jodido y el más pendejo, el que anda a pie, en bus o en taxi (cuando puede). La clase política y empresarial no se conforma con tenernos chingados sino que además quieren vernos miserables. Pero ya que andamos en propuestas inteligentes, sensibles, incluyentes, consensuadas y democráticas, propongo “Un día sin políticos”: que no los veamos (chambear tanto por el bien común) ni los escuchemos (tan memos en sus declaraciones) ni cobren. Sirve que también los ineptos tendrían una efeméride que justificara su feriado. Esto sí sería justicia social.

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