jueves, 22 de septiembre de 2011

UNO SOÑABA QUE ERA REY

Al parecer la mordaza no ha conseguido intimidar a cierto sector de la población que ha decidido lanzar y mantener el grito de guerra en las redes sociales (sobre todo en tuiter que es más veloz y exige menos elaboración lingüística) contra la violencia que vive feaXalapa. Intimidar mediante la ley no siempre surte el efecto deseado.






¿En qué cabecita obtusa cabe la idea de reprimir la libertad de expresión y el derecho a la información (veraz) en aras de (intentar) ocultar una situación extraordinaria como lo es la violencia que desborda la cotidianeidad de la ciudadanía? Claro, en la cabecita obtusa que tiene la capacidad suficiente y necesaria (elemental) como para que quepa en ella un perdón encapsulado en un tuit. Mira por donde, lo que un tuit desató, otro lo ató: de este modo se cumple lo que estaba escrito: no perturbarás el orden público.






Esta mañana los tábanos de metal surcaron ¿una vez? el cielo xalapeño; las hormigas laberintean llenando de azulidad las calles, avenidas y callejuelas de esta ciudad. Imponen con su mirada profunda que traspasa los ojos de quienes las ven. Empezamos a ser reeducad@s en nuestros hábitos. La ciudadanía desacostumbrada a observar las puestas de sol o la luna, ha vuelto a elevar sus ojos para contemplar el ziz zag metálico de los moscones. Y contempla resignada (¿indignada?) cómo las calles se llena de lucecitas de colores y de un azul-terror que se cuela por la piel hasta anidar en los huesos.






Llueven chispas (y no de chocolates) y la ciudadanía no sabe dónde poner el paraguas porque la nube es errática y no hay meteorólogos que refiera en dónde cae esta lluvia sólida. No es posible decir: "evite esta zona", porque está prohibido nombrar la lluvia, citar el agua, evocar el diluvio so pena de perturbar el orden.






La histeria empieza a ser tan fuerte como el hambre; al grado de que se dice: "tengo histeria, en lugar de quiero comer". Pero como el verbo puede devenir disturbio, estamos aprendiendo a nombrar la realidad a través de la semejanza de la semejanza: metalingüísticos estamos: "dicen que hace histeria, refiere A, dicen, responde B" y se apaga la computadora, porque hay ocasiones en que la energía eléctrica se va y no queda más remedio que abandonarse a la noche aunque sea el mediodía.






Ojalá fuera cierto que la sangre caerá sobre los culpables y sobre los hijos de éstos, pero sabemos que la palabra bíblica no es verdad: quienes aprobaron de manera exprés la ley que nos prohíbe actuar, responder, reaccionar, defendernos de algún modo contra el silencio criminal, vergonzoso e inhumano de los medios de comunicación, no sentirán en su piel la acidez que deja saber que llueve y salir a la calle y no percibir su humedad pero si la ausencia de una atmósfera calma.






Veracruz resiste porque aunque los cuerpos rueden como reses por las avenidas de paseos de oro y se silencie la cámara y se ciegue a los dedos, las palabras seguirán confrontando al silencio, ora en forma de rumor, ora transformado en miedo, porque así como hasta ahora ninguna ley ha conseguido eliminar el pensamiento, no creo que exista alguna que pueda criogenizar la capacidad de sentir (ira, impotencia, esperanza). Da vergüenza habitar este suelo, pero nos mantenemos en resistencia porque tenemos dignidad... sólo callaré, si me obligan a hacerlo.



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