viernes, 8 de octubre de 2010

REIVINDICACIÓN DEL 'NO'

Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol, dice el vate bíblico. Efectivamente, lo que empieza está condenado a concluir, así sea la presunta eternidad que algunos ilusos reclaman para su dios. Amén. Así también concluye mi paciencia y mi tolerancia hacia ciertas prácticas que pasando por caritativas o de buena voluntad son fraudulentas y perniciosas por decir lo menos.

Es tiempo de reivindicar el derecho a decir no y a que tal expresión sea respetada y no vilipendiada. No y punto. No al juego sucio de gobernantes corruptos o mediocres –en algunos coinciden ambos adjetivos – que en nombre de la solidaridad, la patria y demás narrativas amañadas reclaman que sea la sociedad quien resuelva las problemáticas que su incapacidad no consigue. Si no pueden que se vayan todas y todos.

No pido un Estado asistencialista o tutelar sino uno efectivo. Si un gobierno es rebasado por circunstancias previsibles no es mala suerte sino ineptitud. A ponerle nombre a las cosas y no metáforas. No más atención a discursos descontextualizados que se enuncian desde un lugar inexistente (o que existe en la mente de quien lo emite) y que ignoran al receptor y sus consecuencias.
No más artimañas vertidas desde la televisión y reproducidas por ciertas estructuras amañadas cuyos fines no pueden ser la liberación de la voluntad de los sujetos que los consumen: no al teletón, no al boteo, no al redondeo, no al juguetón, no a la estupidez que se presente bajo formas de cooperación fraudulenta.

Basta de mentiras dichas como si fueran verdades y convertidas en palabra de dios o de reina, que da igual por sus efectos nocivos sobre los cuerpos de quienes las creen. No al ‘hoy por mí, mañana por ti’, que ya te chingaste. No al ‘unidos por nuestros hermanos de aquí y de allá’, no al ‘espíritu solidario ni cristiano’ ni ni madres. ¿Cuándo asumirá cada mexica sus responsabilidades?

No al programa ‘bécalos’ (¿qué hace la SEP con el presupuesto que se le asigna para que cumpla ciertas necesidades?). No al fuero de senadores y diputados. No al veto presidencial. No al ‘fulano es un peligro para México’. Lo verdaderamente dañino para este paisito es haber dicho tantas veces sí a quienes no lo merecían.

No a la inocencia como virtud que deviene en pendejismo. No a la manipulación institucional. No a acciones absurdas de un desgobierno desesperado. No, no, no. Basta de chingar a quienes sí trabajamos día sí y día también para intentar mantener un pie un país que tanto pinche sí mediocre, insiste en derrumbar. ¿A qué no?

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