sábado, 23 de octubre de 2010

¿TÚ QUÉ HAS HECHO POR VERACRUZ?

¿Y tú qué has hecho por Veracruz? reza un cartel cutre pegado en paredes y cristales de edificios cercanos al centro histórico de Xalapa. La pregunta no solamente es pretenciosa sino invasiva. ¿A quién le importa lo que yo he hecho por Veracruz? ¿Cuál veracruz? ¿Y si no he hecho nada qué? ¿Cuál es mi deber por Veracruz?
Seguramente la pregunta no se la hace el gobernador saliente que va harto cansado de hacer por Veracruz, ni creo que se la realice el regente electo que desde ya, ha realizado por Veracruz, más que los siete millones de habitantes del Estado. La pregunta es invasiva, absurda, necia, tiránica.
Bajo una estrategia efectista -quizá dé resultado y por eso siguen ahí, los carteles insulsos- se pretende despertar en el ciudadano (y la ciudadana) la conciencia de deber con un Estado que lo tiene todo y que necesita nada. Nada, salvo que uno se avasalle al poder rouge que sigue reinando en la entidad. Un deber que quienes tendrían que cumplirlo, bajo el argumento de "el gobierno somos todos pero cobro sólo yo", diluye su responsabilidad y endilga a quien guste, tal compromiso.
Una legislatura y una fracción de la sociedad hipócrita que se rasga las vestiduras farisaicas y clama la aprobación de un ley a favor de los animales, desplazando otras más urgentes como una que otorgue la ciudadanía plena a los indígenas, por ejemplo. No entiendo que una legislatura proanimalista cacaree que un toro merece respeto, un perro un hogar y un gato una comida justa mientras que en las calles de la ciudad -y las que ustedes miren- pululan ancianos hambrientos, infantes con harapos, personas sin hogar.
Primero mi perro, que me cuida y después el vagabundo que afea mi cuadra, parece ser el mensaje. ¿Desde cuándo un animal está en la misma línea de dignidad que una persona? Que les preocupa el maltrato animal. A mí también. Pero de ahí a primar unos derechos animales frente a unos legítimamente humanos, me hace pensar en qué he hecho por Veracruz. Pues ahí les va:
No votar por candidatos oligofrénicos. No rendir pleitesía a la zafiez. No hacer bandera con causas injustas y sobre todo, seguir denunciando que lo que acá se vive no es una democracia sino una desfachatez en la que el feo es rey y el tonto, pajecito. La bonita reina y la subalterna, la misma población jodida de siempre.
¿Qué he hecho yo por Veracruz? Este blog para seguir respirando el aire enrojecido de la ciudad.

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