martes, 8 de enero de 2008

PARA EDUCAR A LAS "PIOJAS" (SI ESTO FUERA POSIBLE)

Que el mundo entero sea un pueblo no quiere decir que todos seamos iguales.
Carlo Ginzburg


Supongo que no son pocos los que están hartos de las actitudes que asumen muchas personas respecto al uso –desmedido- del teléfono celular y del correo electrónico. Sé que los hay ejecutivos y que han hecho de estos instrumentos su apéndice cyborg; pero existen otros, los más, meramente pretenciosos, que creen que con responder el móvil al primer timbrazo se convierten al instante -¡pobrecitos!- en Slim o en Paris Hilton versión cutre.
Es verdad que quien no se sube al tren de alta velocidad de las –no tan- nuevas tecnologías asume el riesgo de quedarse en el paleolítico de la Gran Era. Pero todo tiene un límite, y al menos el de mi tolerancia amenaza con desbordar. ¿Cuántas veces una película se ve interrumpida por el timbre –horroroso además, porque prima el mal gusto- de un teléfono móvil? O les has sucedido que intentan entablar una conversación con alguien quien no es capaz de obviar el llamado de su celular e interrumpe la charla cada minuto, lo cual no sólo nos hace creernos no atendidos sino estúpidos, porque es una necedad pretender comunicarse con quien prefiere al objeto que al sujeto. Ya no se diga si se está participando de una comida; las personas colocan el teléfono o la lap como si fuese un cubierto más. Y que no suene el maldito timbre porque se atraganta el aludido por responder. La gente no es sólo asnal sino que ha perdido la capacidad de darse a desear.
Respecto al (ab)uso del correo electrónico, supongo que les causa rabia y pérdida de tiempo tener que avanzar entre la basura virtual que los malos vecinos les colocan en su bandeja de entrada cada día; por más filtros que uno coloque estos escarabajos coprófagos hallan la manera de colocar en nuestro espacio lo que su cuerpo “ya no recicla”. Sin duda a esto se dedica la gente que no tiene vida propia y cuya existencia se basa en joder cordialmente al prójimo y al lejano. Seres ilusos que creen a ciegas que mandar mil veces un email les dará un amor, dinero o más inteligencia; deberían comprarse una prueba de coeficiente intelectual -podrían presumir de genios- o dedicarse a una actividad más productiva y menos deshonrosa. Pero como lo que hace falta en esta humanidad del –no tan- nuevo milenio es inteligencia, resulta vano confiar que esto se modificará antes de que el cambio climático acabe con nosotros.
Por lo pronto les dejo una “reglas de etiqueta” cortesía del diario EL PAÍS para que se quiten un pelín la bruticie generalizada –que me temo sea contagiosa- recordándoles también, que yo jamás respondo el teléfono celular si desconozco la identidad de quien llama, estoy en espacios públicos (léase transporte, calles, filas en el banco, trabajo, reuniones, etc.) o simplemente no quiero hacerlo. Mi teléfono celular está siempre en modalidad vibratoria y mi disposición condicionada al contexto.
Cortesía telefónica y cibernética-
Disponibilidad. Al llamar al móvil a alguien, preguntarle siempre si es buen momento para hablar.-
Músicas inoportunas. Los tonos de llamada del móvil deben ser discretos. Además, el teléfono debe silenciarse o apagarse en lugares como los hospitales, el cine o comidas.-
Llamadas urgentes. Si es imprescindible atender a una llamada de teléfono móvil durante una reunión o un acto social, nunca se debe responder delante del resto de asistentes. Lo correcto es salir de la habitación o alejarse un poco del grupo y bajar el tono de voz.-
Correo electrónico. Los correos deben contestarse siempre en las 24 horas siguientes a su recepción. Aunque sea con un escueto "enterado". Además, deben incluir el tema del mensaje en el asunto del correo electrónico.-
No a las cadenas. Enviar correo no deseado o las típicas cadenas de mensajes es de muy mal gusto.-
Copia oculta. No se debe revelar el correo electrónico de los otros destinatarios de un mensaje común. Lo correcto es incluir las direcciones en el apartado CCO (copia oculta)-
Mayúsculas. Utilizar las letras minúsculas y mayúsculas correctamente. El uso de estas últimas significa en el lenguaje de la red que se está gritando.-
Firma. Los SMS (mensajes cortos enviados por teléfono celular) y los correos electrónicos siempre deben ir firmados. Estos últimos deben incluir los datos de contacto del emisor.-
Archivos. No enviar por correo electrónico archivos muy pesados. No todo el mundo tiene buzones ilimitados.
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/vez/eres/cibermaleducado/elpepisoc/20080105elpepisoc_1/Tes

1 comentario:

Anónimo dijo...

Haha muy buen post, de verdad... por suerte para mi creo que ya todos se resignaron a no mandarme cadenitas...

Y como odio a esa gente que parece no se puede separar del telefono... mucho mas cuando meses antes decia que eso era una tonteria... pero bueno, la gente falsa abunda.

Saludos.