miércoles, 5 de noviembre de 2008

EL PODER ES NEGRO

Luego de que Obama ganó las elecciones presidenciales de su país, podría decir que ahora sí sabrán lo que es amar (obedecer) a un negro en tierras de blancos. Pero no se trata de hacer un mal chiste ni de anunciar un apocalipsis absurdo, sino de reflexionar en el 'hecho histórico' que ha acontecido este 4 de noviembre en USA.
Aunque ignoro (si alguien lo sabe que pase el dato, please) si Barack Obama alguna vez soñó con cambiar el mundo, supongo que sí se vio modificada la visión que tenía sobre el mismo, después de hacerse trabajador social en una zona sin glam, en Altgeld Gardens, un barrio del sur de Chicago en 1985. Lo que si puedo imaginar, es que a pesar de los logros obtenidos con estas personas y para beneficio de la comunidad, debió entender que para cambiar el destino de muchos no basta con ayudar a unos cuantos y sentarse a esperar a que el goteo termine por limar la roca. Por ello se fue 'a lo grande' y 23 años después lo ha conseguido con el apoyo de millones de votantes.
También ignoro si Obama conoce la Teoría Queer, pero es probable, porque su condición de hombre negro le 'sujetaba' a una minoría. Si fue así, debió comprender algunos de estos postulados queers que apuestan por deshacer los guetos e integrar a las (mal llamadas) minorías en el corral de la generalidad; manifestarse a favor de romper los cercos y conseguir que esa norma excluyente desaparezca o se torne incluyente.
El trinunfo de Obama no es (solamente) el de un hombre negro; visto así resta valor al trabajo que hay detrás del senador de Illinois. No es por su condición de 'negro' que ha alcanzado la presidencia sino en razón de su subjetividad que ha tenido (y aprendido) que lidiar con las normas hegemónicas. Por ello el título de este texto es una provocación; basta ya de pensar el mundo en términos de dicotomías reduccionistas que dejan fuera a muchos más que no quieren o no caben en dichas clasificaciones.
El logro obtenido por Obama puede ejemplificar que la lucha por alcanzar la equidad es posible y no sólo una ilusotopía. Sea pues celebrado ese triunfo pero no con deseos de revancha sino de diálogo, de intercambio, de encuentro. Negociar es la línea.

1 comentario:

David dijo...

Donde lo otro también es. Apoyo a una filosofía integral, que no se redusca a un sólo campo. Ahora está contestada mi pregunta que te había hecho por mensajería celular. Saludos Ricardo.