martes, 6 de octubre de 2009

¿SOY YO SOLO?

¿Soy yo solo? me pregunto con insistencia, con esa necedad que surge, a veces, de mi preocupación vital. Llevo más de siete meses deambulando por la mini urbe que significa CU y no termino por localizar a la troupe gay. ¿Dónde está la pandilla gay? ¿En qué otras diversidades se encuentra camuflada la banda de FFyL?
Si bien soy de la idea de que el sujeto no tiene porque ser un espectacular ambulante anunciando su preferencia sexual ni participar de un coming out constante, no deja de sorprenderme la invisibilidad de los sujetos lesbianos y gays. ¿Dónde se encuentran? ¿Bajo qué disfraz se esconde su condición no heterosexual? ¿Acaso se ha logrado la asimilación de la sexo diversidad que son ya parte de una masa homogénea? ¿O es tal la homofobia institucional que a su vez se ha incardinado ya en el cuerpo de los varones y de las mujeres con prácticas homoeróticas? ¿Dónde quedó el 'orgullo' LGBTTT? ¿Existe algo de que sentirse orgulloso? ¿Soy yo ciego?
Camino por los pasillos con mis antenas bien puestas y los ojos bien abiertos en mitad de las multitudes Queer y nada. Es verdad que la performatividad butleriana acá cobra toda su significación, pero ello no tendría que dilucidar al varón gay en una look de posemo o de retro punk. No tendría que extraviarse la chica les en una que avanza con facha folk. Me resulta muy extraño que aquello que antes se mostraba ahora se esconde, elude u oculta.
Razones para ello sobran, pero se supone que la UNAM es una comunidad open mind. Se supone. Seguro basta con mirar un poco y descubriremos que acá también, como en muchos otros espacios, existe una intolerancia manifiesta, frontal, cruel contra todo aquello que no se rija bajo los parámetros de la heteronormatividad o de aquello que se ha dado en llamar la normalidad.
En tanto, como una forma de resistencia, desde mi rareza seguiré avanzando sin esconder la naturaleza de mi deseo.

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