lunes, 27 de octubre de 2008

DEROGANDO LA LEY DE LA GRAVEDAD (O QUEER A FUERZA)

Rousseau afirma que sólo debería escucharse la voz de la naturaleza, ya que ésta es idéntica a sí misma, con todo y que comete errores: a veces, una madre no puede alimentar a su creatura porque no producen leche sus glándulas mamarias, lo cual uno juzga como algo corriente. Pero Derrida asegura que esta falta de autosuficiencia de la Naturaleza viola la base de una identidad: lo que es, es.
Entonces, la ley de gravedad que represalia a todos los cuerpos en tanto materia constituida por átomos, considerada una norma natural, requiere necesariamente de un complemento (la antifuerza gravitatoria, por ejemplo) y al ser parte de la Naturaleza, tampoco es autosuficiente; resulta pues necesario deconstruirla (lo ideal sería derogarla) y resignificarla. En consecuencia, si se le identifica como una normatividad que reprime al individuo (sería posible levitar, no se caerían 'las carnes', flotaríamos en la atmósfera) y a todo cuanto está constituido de partículas, es posible que éste negocie desde su subjetividad, los efectos (perjuicios) que dicha ley tiene sobre los cuerpos y empezar así el camino hacia la liberación. O hacia el espacio infinito.

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