martes, 10 de agosto de 2010

ENTRE 'PERRAS' TE VEAS

Apenas la SCJN dictaminó la posibilidad de que el matrimonio entre personas del mismo sexo sea válido en toda la República (acto de sensatez jurídica), escuchamos los ladridos de la canis del Anáhuac y a la tapatía asegurando que tal acción es aberrante.
Mira tú! Las fenómenas hablando de anormalidad ¡Cristo, muerto, resucitado y muerto otra vez! ¿Será que ladran porque no pueden casarse entre ellas a sí mismas? ¿Se traerán algo entre las colas? A mí esto, me huele mal y no es precisamente a pancito ázimo. El caso es que, nuevamente se pronuncia la SCJN respecto a la adopción por parte de familias homoparentales y los ladridos se tornan aullidos que dejan sordo al más indiferente.
Que la mayoría de los mandamás de la iglesia -sobre todo la catoliquera- opinen mal sobre todo lo que no les incumbe y que perciban como amenaza de destrucción de su ya tambaleante reino de los cielos, no es novedad. Es decir, no me sorprende que pontifiquen y hagan alaraca de algo que si quiseran, podrían contrarrestar (en el supuesto de que la homosexualidad fuera la aberración que preconizan) con sus simples actos (de amor, de fe, de caridad, de esperanza verdadera) y no con sus proclamas terroristas, insidosas, llenas de odio hacia un otro, que simplemente se niegan a aceptar como humano.
Es curioso (o perverso, viniendo de esta caterva de rufianes) que quienes deberían procurar el bienestar espiritual de su rebaño, estimulen la confusión con sus gritos invitando a la guerra. ¿Qué le disgusta a cierto sector de la iglesia católica? ¿Qué temen perder con que las personas no heterosexuales contraigan los mismos derechos que los heterosexuales si ya tienen en común con los segundos las mismas obligaciones? ¿Alguien sabe si el cristo que tanto citan condenó a alguien por ser gay o lesbiana o transexual?.
El prurito que algunos catoliquitos traen contra la diversidad (es decir, con lo que no se parece en nada a su club) más que por amor a su dios es por sus propias ambiciones (personales, of course y no de orden pastoral). Me disgusta y más bien me dan lástima, escucharlos defcir que tal o cual cosa es aberrante y debió parecerles muy digno de su dios, celebrar una misa en la Villa de Guadalupe (en honor de la selección española en suelo mexica)teniendo a la Copa del mundo (sí, el objeto metálico) presidiendo la ceremonia. No olvido cómo el fanfarrón cura que ofició, mostró el trofeo al pueblo enfebrecido como si fuese el santísimo. Yo lo vi y no dije que fuera aberrante, me basta con decir que era un acto pendejo, pero si a ellos, les parecía divino, allá sus gustos. ¿Por qué entonces ciertos grupitos interfieren con las leyes que intentan dar orden a una ciudadanía de suyo descreida de sus normativas? Lo que algunos de allá desean con su celo cristiano es reducir a los otros en un residuo humano que es posible desechar en cualquier vertedero. El que no está conmigo, está en mi contra, en manos de estos es una bomba atómica.
A la iglesia le hace falta un baño de sentido común o de vergüenza para que se mantenga a distancia si quiere seguir siendo una voz que algunos y algunas consideren escuchar. Una voz que alimente y guíe y no este trueno que electrocuta lo que toca y socava la fe de quienes algunas vez la consideraron una institución humana. Ahora, da más miedo oir lo que dicen estos bárbaros que la amenza de un tsunami. Yo pediría que la verdadera Parusía fuera de un cristo con escoba y cloro para lavar tanta porquería de una iglesia necia, que encima se proclama santa. Ponerlo de otra manera, sería también más aberrante. ¿O no?

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