viernes, 11 de febrero de 2011

CENUTRIOS DEL MUNDO UNÍOS

Me divierte, que es como decir, me enfurece, la manera en que gasta el tiempo la gente de este paisito. Tras el kalimbazo, que acabó tan anticlimáticamente como cualquier novela de televisa, la novedad es la periodista censurada. ¡Dios mía! en un país donde la democracia 'es cosa de todos los días' me estupefacta que todavía haya quienes se sorprenden porque existen amarras oficiales o no, amordazando la libertad de expresión.
¿Pero qué garantía individual se cumple en México lindo y jodido? No es también 'cosa de todos los días' que uno sea detenido en algún retén y se le exija -que no solicite; demasiado decoro para las bárbaros que hacen esta chamba- la credencial oficial -que para más inri, es la del ife; ninguna otra aceptan como oficial estos servidores públicos- para permitirle el libre tránsito dentro del territorio nacional. En esta patria que se desangra -literalmente- cada día, lo extraordinario sería que los atropellos no existieran, que se ejerciera la justicia, que la tan choteada tolerancia -palabra por cierto, tendenciosa- de verdad ocurriera.
Que el inquilino de los pinos es alcohólico, se pone contento, le da por empinar el codo, enhorabuena, salud por el señor, ¿de qué otra manera podría sobrellevar la desgracia de haber arrastrado a este país al caos ensangrentado con el que nos desayunamos diariamente? De no ser por esta nuevas, bastantes se quedarían en ayunas. Hay que darle oportunidad al señor, si es que es verdad lo que dicen que alguien dijo que a su vez lo escuchó de acullá, para que viva su vida real, twittera o alternativa. También es humano y es de (in)humanos errar.
En todo caso, lo lamentable es que no reconozca que la cagó y que el puesto le quedó grande: no hay presidencias ad hoc. Eso lo saben bien el faraón y el tunecino en feliz exilio luego de que sus pueblos descubrieron que para hacerse pendejos, no necesitan guías, algo que a los habitantes de este paisito (y a los italianos en berluscolandia) les llevará milenios descubrir (si acaso ocurre). Y es comprensible, entre telenovelas idiotas y programas deprimentes, apenas si queda tiempo para pensar o mirar críticamente. Si acaso, para echarse una chelas, unas cubas; o unos vodkas y whiskies los entendidos en el savoir-faire á boire.
Yo sugiero (ese es mi deseo nacional) que se pacte con el narcotráfico y nos dejemos de jugarle al héroe (abyecto), porque no hay tiempo ni ganas ni necesidad de ello. Por un narco sin violencia y a vivir como se pueda, así sea perdido en un bar o en un cargo público, yo digo que ejemplos de ese tipo de resistencia, muchos y muchas, nos pueden dar testimonio. ¡Salud!

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