miércoles, 4 de mayo de 2011

SE BUSCA PRESIDENTE CON CAPACIDAD DE CONVOCATORIA

El inquilino de Los Pinos ¿contraataca? El que se largó al vaticano como jefe de estado (deplorable) y pidió a nombre de los mexicanos (ni de las mexicanas, supongo; ni en el mío, desde luego) al papa sátrapa que visite la patria necesitada de consuelo. El que se embarcó y embarrancó a un pueblo en su absurda lucha contra el narcotráfico. El que tiene que hacerse un hueco en el intermedio de un partido de futbol nacional para aspirar a ser atendido. El que repite merolico 'basta ya', se finge mustio y pide la colaboración de todos.




¿Yo lo mandé a desenvainar la espada y a jugar a quijote en tiempos de la Internet? ¿Me consultó a mí, ciudadano, vía diputados y/o representantes legales, antes de emprender esta masacre que no tiene fin? ¿Yo lo conminé con mi voto -o sin él- a sacrificar a tantos y tantas por los que ni siquiera es capaz de dolerse, que no orar, que sus ruegos tienen a todos sin preocupaciones?




El señor de la banda tricolor en su desesperación (es un decir) por legitimar y para legitimarse (oh, su gran dolencia) apela ahora al pueblo bajo el chantaje vil de que esta guerra es de todos. Yo mientras pueda, diré, que mía no es. Habiendo tantas estrategias para combatir las drogas eligió la más cara -sensu estrictu- y también la más inútil. Ya que andaba de catoliquero hubiera pedido el milagro de limpiar el país de tanto sátrapa; seguro que la patria estaría acéfala ahora mismo. Pero ni el beatificado es milagroso ni el penitente es tal.




A mí el cuento de la seguridad me ofende. Suele pasar que detrás de la palabreja, se escondan formas de exclusión, marginación, injusticia y demás, que no son visibilizadas (ni denunciadas, menos aún reparadas). Debió apostar por la educación -integral, no pactos patito), el empleo remunerado (si se endeudó a lo tonto, pudo hacerlo en nombre de una causa justa), la eliminación de privilegios a la parásita clase empresarial y política (hay excepciones en ambos bandos, desde luego). Pero apostó por la que pensó (¿?) le daría renombre y haría volver arrepentidos a sus plantas a quienes no lo votaron.




Y le falló al señor. Y le seguriá fallando porque además de voluntad necesitaba (le urge) inteligencia, prudencia y sensibilidad. Para que la droga no llegue a tus hijos, reza el spot "oficialero"; cuando la droga no viene, la mayoría va a ella. El discurso de que ésta llega es más dogma que realidad.




Por qué el señor no se pone a leer, a reflexionar, a pensar antes de aparecer ante la televisión e incordiarnos con sus discursos huecos que con un mínimo de conocimientos de semiótica, uno no se cree. Entre las faramallas del señor y sus palabras (las que lee, se entiende) media un Golfo de México. Afortunadamente él se lo cree. El mismo que felicitó a Piñeira por rescatar a sus mineros y que deja morir a los de su patria. El que promueve el paisito por fuera, y lo destruye por y desde adentro. El que no se cree aún el cargo y está harto de la performance institucional que no convence.




Tengo la certeza de que si supiera quién no votó por él, ya lo habría desaparecido de este mundo, tal es la inquina que este señor tiene contra quienes no apostamos por él ni creemos en su figura, palabras ni acciones. Debe ser jodido vivir sabiendo que más de la mitad del país que des-gobierna, ni se inmuta por conocer si el señor duerme o sueña. Después de todo, él vive en un México muy distinto al que habitan bastantes, al que habito yo. En el mío, su guerra, no son mis guerras.

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