jueves, 22 de mayo de 2008

BIBLIOTECOFOBIA


En mi afán -¿misión?- de denunciar -evidenciar- irregularidades de la vida cotidiana, con las cuales, me dirán los sabios, se forma la rutina, en esta ocasión le toca el turno a l@s bibliotecari@s quienes con su espíritu y vocación de trabajo, alejan a los desdichados usuarios que caen en sus desventuradas manos. Desde luego que no todos estos prestadores de servicio son iguales, hay quienes (los pocos) sí hacen bien su trabajo. Este blogazo va contra aquellos, los falsos, los usurpadores, los hipócritas, los que destruyen en lugar de edificar, los que alejan de estos sitios a quienes tímidamente se acercan por vez primera, a quienes obstaculizan el trabajo de los otros y en definitiva, denigran este trabajo que mucho tiene de docente. A estos, mi ranking de l@s peores bibliotecari@s de algunas bibliotecas xalapeñas. Empezamos:


1. ¿Qué les parece la biblioteca Carlos Fuentes? Todo un orgullo heredado del sexenio pasado, con foto incluida de la Magnani de Alemán. Aséptica (de todo a todo), clasificación deficiente del acervo bibliográfico, señalización nula y personal -¿escribí personal?- que asemeja un mueble más con la diferencia de que estos obstruyen por su perfecta disfuncionalidad. A este espacio no voy por volición jamás.


2. CIESAS- Golfo: ésta es muy bonita, espaciosa, poco frecuentada, completita en el fichero pero .... Me gusta por sus espacios y la atmósfera cuasi culta que posee. Y milagrosamente si-len-cio-sa. La afea la jeta de huele pedos de la mayoría de (sus pocos) empleados. Para ser breves: hasta quienes prestan su servicio social ahí se sienten divas.


3. Biblioteca de la Ciudad. Si el usuario ya es conocido -debido a sus visitas frecuentes- lo tratan bien, si no sólo lo tratan. Eso sí, en este lugar hay más personas dispuestas a atender con amabilidad a los usuarios; al menos es lo que un servidor consta cuando asiste los fines de semana.


4. La USBI. ¡Ay, Dió! Si no hubiera sufrimiento en el mundo existirían los agremiados del setsuv -minúsculas invitables-, para hacerlo presente; una mula es más amable que un empleado de dicho lugar. Malhumorados (cuando están), perpetuamente ausentes, brutos en general. Aquí son los campeones del mal servicio y la pésima atención (que aplica a varias de las bibliotecas de la UV), y no reclames porque se ponen peor: ¡Sí, peor! Pero más le debería pasar a uno por visitar estos lugares sin glamour. Al indio que no le gusta leer y luego que le ponga caras...


Ojalá las personas tuvieran la valentía de dedicarse a lo que les gusta o al menos la honestidad de no estar donde les desagrada. Estaríamos menos mal, supongo.


1 comentario:

David dijo...

Lamentablemente así es. Estos lugares en lugar de invitar a ir, ahuyentan a las personas con las actitudes de los trabajadores. Si no hay un libro y se le pregunta a un empleado este responderá ufanamente: de seguro no está, se perdió... añadiendo los gestos de hastio. Buen escrito
Saludos cordiales David