domingo, 5 de abril de 2009

DEMOCRACIA ANTIFEMINISTA

Reza un spot (no cito de memoria) que las mujeres son el pilar de la sociedad, la familia o del país de ambas o de nada; también señala que su contribución al trabajo diario es importante y que por ello se les invita a participar votando en la próximas elecciones federales (¿alguien sabe cuándo son?) cuyo proceso tiene 'azorrillado' a medio país. Cierra el anuncio la voz de una mujer diciendo que de este modo "crecemos todos y todas".
Yo no soy mujer pero no requiero vivir esa experiencia para preguntar -en nombre de las mujeres; de algunas, pues- lo siguiente: ¿votar para demostrar qué?, ¿a quién votarán las mujeres, a candidatos o a candidatas?, ¿quienes son las candidatas?, ¿qué propuestas existen para las mujeres: guarderías, asistencia a madres solteras o cargos públicos, puestos ejecutivos, responsabilidades en empresas de alto nivel?, ¿hay política en este país hecha por y para las mujeres? ¿qué es una mujer para un político y qué es un político para una mujer?
Pedirle a las mujeres que voten y con ello respalden o refrenden las mismas propuestas excluyentes que las han mantenido al margen de la esfera política no es ejercicio democrático ni equidad sino cinismo.
¿Acaso a una mujer indígena no le interesa la política? ¿A una médica, una profesora, una vendedora de cosméticos no le importa no verse representada en ninguna de las propuestas con las que nos aturden los candidatos? ¿hay propuestas? Porque si los políticos -y también algunas políticas- carecen de propuestas para las mujeres tampoco las hay para los hombres. Lo que existe es palabra y palabra insulsa, hueca, sin sentido. Promesas abusurdas, el ejemplo palpable del mal uso que puede padecer la palabra. No es retótica sino verborrea. Atrocidad. Y ni quien se queje o denuncie esa insensatez.
La democracia en este país crece con la ignorancia y nulidad de los mexicanos y las mexicanas.

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