miércoles, 5 de enero de 2011

CHAU, GUARIDA

Con eterna gratitud a quienes hicieron posible/vivible la estancia aquí.
La mía, no es una existencia que deba ser contada y puesta como ejemplo para que otros la imiten. Pero tampoco puede ser despachada en unas cuantas páginas. O borrada del guión como quien quita un acento. No, si puedo reclamar como mía esta sucesión de años que me conforman es porque cada instante guarda un fragmento digno de ser narrado. Mis días han dado sentido a mis noches, y las ausencias me enseñaron el significado de ser y estar en un tiempo y en un sitio específicos.

La mía ha sido, puedo decir sin asomo de arrogancia, una vida bien significada. Ahora he terminado de levantar el espacio que habité durante veintidós meses. De este modo llega a su fin el periplo defeño, unamita, puegista. Me pesa el alma de todo lo que va conmigo, lo que se ha quedado en mí. Y sin emabrgo, sigo.

Hasta aquí nomás, dijo la loca. Y aparcándose del bus echose a andar. Hasta aquí, digo yo también y no sé qué seguirá. O tal vez sí, pero prefiero callarlo.

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