jueves, 13 de enero de 2011

VENID, TODOS A MÍ...

Infortunio a los vencidos
Sólo la iglesia del mal es capaz de dañarse a sí misma (es decir, joder al otro sin sentir reconcomio) y no reparar en ello. No bastándole la mierda que la cubrió (y todavía la adereza en baño maría) el año pasado con sus escándalos -que en el caso de ella, la falsa sin par, debe llamar obras pías- sobre pederastia, anuncia sin pudor ni vergüenza ni piedad, ni reparando en el dolor de las víctimas, que juan pablo segundo, será beato.
Si alguien tenía duda de la incoherencia de dicha institución: he ahí la prueba de su maldad y perversión. Beatificar al papa cirquero, cómplice demostrado de la bestia maciel, sólo compara tremenda injusticia con la cometida por los tres jueces chillones de Juárez hacia una mujer hoy asesinada. No cabe duda que así como hay desmemoria colectiva existe también una desvergonzería sin límite. La arcaica institución tiene tanta urgencia de subir su rating que no duda en utilizar hipotecas basura (de eso se trata nombrar a tanto santón) para treparse -eso cree la ilusa- en el top ten de los escándalos mundiales.
Ya habíamos oído que el papa nazi sufre por la cristianofobia que arde en oriente, sobre todo. Que su dolor le impide vivir con armonía, que si sigue atizando la lumbre contra Turquía es porque no sabe lo que hace, pero que dé el Vo.Bo. para beatificar a un criminal -eso fue el polaco cirquero- lo hace más miserable que el peor de los parias de este planeta.
Jamás tuve tanta vergüenza de esa iglesia falsa como ahora. Y como sin duda se llevará a cabo tal oprobio, caiga sobre sobre ella la sangre de las víctimas a quienes les ha negado la justicia. Por mi parte, que la cristianofobia siga, ojalá las llamas ardieran en el vaticano, quizá así, el fuego acrisolaría el dolor de tantas y tantos que en el silencio, cargan la humillación de la derrota. Injusta, pero derrota al fin y al cabo.

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