miércoles, 26 de enero de 2011

XALAPA, LA FEA

Milord, devenida en mujercita (trajesastreada, labial y zapatilla) viajó recientemente a España para aprender (y aprehender, supongo, le quedaba de paso) las políticas turísticas de aquél país. Milord, devenida en mujercita viajó a España y eligió mal. Justo este domingo 23 de enero en la edición impresa de El PAÍS, sendos reportajes dan cuenta de que el modelo español que había mantenido en marcha la industria española, no da para más. Es decir, que ha fracasado en su intento de construir una política de crecimiento sustentable que vaya más allá de sol, playa, museo (acá ni playa ni sol, y los museos…)

Y no lo refiero yo sino autoridades competentes en el ramo. China supera ya los 56 millones de visitas al año frente a los 53 de España. Y resulta que nuestra alcalda va a pedir nota sobre un esquema en decadencia. ¿Quién la asesora? Porque si eligió sola, dios mía, quién intenta gobernar la ciudad importando paradigmas probados y comprobados como fallidos, o al menos, limitados.

Milord quiere que la bellaxalapa triunfe en el área de turismo sin percatarse que en el ramo de servicios esta ciudad está tiranizada por bestias que creen que servir al otro es una tarea por la cual merecen ser santificados junto al papa cirquero y maciel, el santo patrón de los niños. Es imposible apostar por el turismo cuando en esta ciudad sobra basura (lo que se entienda por ella) y taxistas majaderos, zafios, ruidosos (es insufrible el tipo de música de llevan en sus desvencijados taxis y el volumen al que la escuchan; se piensan, los cenutrios, que todos tragamos lo mismo), el personal en muchos restaurantes y bares que además de mala presencia (la facha sirve) no tiene el mínimo de modales (pedirles decoro es vano, salvo tres honradísimos casos que me constan), calidad y precios que no se corresponden y una imagen de la ciudad, en general, desordenada, ruidosa (en ello Madrid es la segunda más escandalosa del planeta) y sucia. Muy sucia. Caótica (Hacia ese modelo vamos, según desea milord).

Y no debido al transporte público, como dijo zafiamente gela frutis cuando acusó al servicio urbano de ser la causa de los atascos en las calles del centro; en bus debe llegar la señora a su chamba en el centro, de ahí su comentario sapiente. Cualquier paisano con sensatez que observe las calles, la ve saturada de autos particulares (guiados por conductores cenutrios) no de taxis ni de autobuses. El caso es que para hacer atractiva a esta ciudad hay que deshacerse de todo aquello que la afea (aunque quizá milord devenida en mujercita, tenga que viajar a Puerto Príncipe para aprender sobre planeación urbana). Recuperemos en serio, la ciudad. Aunque tengamos que empezar, por botar a quienes la desgobiernan. Yo tiro la primera piedra, ¿quién me sigue?

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