sábado, 15 de enero de 2011

¿QUIÉN NOS SALVARÁ DE LA MENTIRA?

La BellaXalapa, como reza la frase de una insulsa caritativa empresaria devenida en política (que es posible, como que el papa cirquero es beato) se ha inscrito desde este jueves, en las ciudades en las que el crimen organizado -ese eufemismo con que se denomina al caos que sigue a un gobierno fallido- ha signado con su tinta de balas, su presencia visible y ostentosa (siete horas de fuego cruzado no es precisamente una guerra, pero ciertamente tampoco es un 'rumor de balacera' como dijo, cuando pudo decir algo, la secretaría de gobernación de veracruz, el estado próspero OK!) en la geometría de la violencia.
Al rumor siguió la especulación. Y el viernes, la ciudad convertida en caos ordenado -que también es posible-, semivacía y neurótica, dio cuenta de la ineptitud sabida -ahora probadísima- de milady y de milord: jefes de veracruzito y la bellaxalapa, respectivamente. ¿Quién nos cuidará de ese par de facinerosos que han llegado al poder de manera arribista?
Porque cuando milord era samaritana radiofónica, desde el micrófono denunciaba la injusticia, la maldad, el dolor de los desamparados de la ciudad, pero ahora que ella manda en la capital del estado, no existe quién funja como defensor del pueblo al que dejó desamparado buscando precisamente el poder del que se juramentó -si supiera la palabra- cuidarlo.
¿Paradoja? Ninguna. Menos en una persona como ella. Su rápida transformación de mujer butch a femme nos demostró (¡Oh, la performatividad!) que es posible cambiar/se sin traicionar la esencia, si dicha variación es por el bien de los demás (y en la expresión 'los demás', caben muchos millones). Nunca la ciudad había tenido tanta basura ni caos vial hasta que se hizo del ayuntamiento y prometió ordenar y ornar a la bellaXalapa.
De milady es poco lo que se puede esperar, salvo que pasen pronto los seis años de su reinado y otro superhéroe aspire a salvarnos del caos (que debería entenderse como el hecho de liberarnos de ellos mismo). Si con mi inmolación pudiera librar a esta ciudad de tanta basura -sensu estricto- lo haría, para honrar el acto sublime del tunecino cuya acción desesperada ha liberado a un país (el suyo) de un sátrapa.
Por ahora, no estamos para alimentar fantasías sino para poner en ayuno toda esperanza de vivir en la verdad, si alguien sabe lo que eso significa. No pasa nada, repite merolica, la voz oficial. Venga a la bellaXalapa, la sucia, la caótica, la de taxistas vulgares que han olvidado que son serviodres públicos, la catoliquera, la que en su suciedad tiene gente que resiste y mantiene en alto su dignidad. Si escucha usted detonaciones, no se asuste, son las balas de salva con que milady y milord, le dan la bienvenida a fantasilandia.

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