lunes, 13 de julio de 2009

FIDELIDAD EXCLUYENTE

Al iluso chofer de autobús que dio pie a esta entrada bloguera.

Tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe, reza el refrán. En este caso, tanto desea uno que le ocurran ciertas situaciones hasta que suceden. Resulta que tenía aproximadamente más de un mes deseando abordar un autobús del servicio urbano de Xalapa mostrando mi credencial de estudiante de la UNAM para que me la rechazaran alegando que ésta no es el documento fiel que se requiere para acceder al descuento del 50% del importe del boleto. Tanto lo desée que sucedió: aleluya.
Desde hace unos meses, super fide (el gobernador rojo de Veracruz), en un acto populista de esos que le fascinan y por lo cual sólo compite con Hugo Chávez, prometió al estudiantado del fideestado que accederían al 50% del importe del pasaje, la noticia se celebró como un triunfo de los estudiantes al naco estilo foxista de "sí se pudo". Lo que nunca imaginaron quienes lucharon por alcanzar dicho derecho es que la avaricia del Señor Rojo les había tendido una celada; la cual consiste en que cada estudiante del estado, sea cual sea su nivel escolar, debe tomarse una foto (ceder sus datos personales y pagar una cutoa mínima de 20 fide pesos) para tener un tarjetón rojo, of course, denomiando Tarjeta de Identidad del Estudiante Veracruzano (TIEV), único documento con el cual el servicio urbano de Veracruz ofrece el descuento referido. Huelga decir, que dicho manchón rojo anuló la validez y la vigencia de las credenciales de todas las instituciones educativas estatales y de paso las de otros estados. Si el pasajero no muestra la TIEV no hay descuento.
Resulta pues que mi maldad -soy el único veracruzano que le mienta su madre al dictador tropical y no loas- quiso poner a prueba la hegemonía de tal documento y tras probarlo por segunda vez, abordé un bus y mostré el plástico que me acredita como estudiante de la UNAM. El conductor tomó el plástico, la observó detenidamente por ambas caras (suerte que no había vehículos detrás demandando el paso) y exclamó un tímido respingo: sólo aceptamos credenciales del estado y esta es de la UNAM. Pum, zaz, catamplum. Tronó el aire y mi deseo se había consumado.
¡Eureka! Sonreí y le dije al chofer: gracias, señor, acaba de demostrarme una hipótesis. Liquidé el importe total y me senté riéndome y preguntándome: ¿Tiene límite la estupidez? ¿Dónde empieza y dónde acaba la pendejez de la gente? ¿Es imposible hacer que los mexicas piensen por voluntad propia? ¿Desde cuándo un documento estatal está por encima por uno de carácter nacional? ¿Vale más el tarjetón rojo que la credencial de la UNAM, la del COLMEx, la UAM? Y si fuera estudiante de una universidad extranjera, ¿tampoco valdría mi credencial? ¿Cuándo la credencial de elector (IFE) será suplantada por una versión local? ¿Y la cartilla del servicio militar? No le doy propuestas al indio sino que me adelanto a su terrorismo rojo.
El asunto acá no es el importe que uno se ahorraría sino la estupidez de creer que Veracruz ya es un estado a parte y que posee sus propios documentos con validez únicamente dentro del territorio estatal. A mí me asusta tal situación. Se empieza por pendejaditas así y al rato se acuña moneda propia y hasta un pasaporte para entrar y salir de las fronteras del Estado. ¿No existe ya un ridículo himno a Veracruz que hay que cantar obligatoriamente en cuanto acto cívico se realice?
Pienso en Hugo I de Venezuela, quien para congraciarse con sus súbditos ha acuñado monedas locales que sólo tienen valor local y que resultan inservibles más allá del ámbito regional. En un mundo que se jacta globalizado super fide se encierra en su feudo rojo creyendo que de ese modo es más grande, es más bonito, es menos feo.
¿Debo prepararme para ser exilidado del estado que lo tiene todo: corrupción, extorsión, narco, prostitución infantil, clero entrometido y demás linduras? Repito, el asunto no es pagar 50% o el 100% de un importe de boleto de servicio urbano, sino lo que se esconde detrás de un acto así.
Espero que no resulte, un día de estos, que la universidad del estado está por encima de la nacional y de las grandes del mundo sólo por decreto estatal; eso sí sería un chiste rojo VIP.

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