jueves, 22 de julio de 2010

LADRÓN AZUL

Será que yo no estoy para creer en cuentos ni abrazar esperanzas, pero quienes confían en la palabra de sus gobernantes, pecan de ingenuidad. Basta con sentarse en la barra de un bar, mirar y escuchar detenidamente las palabras del político en turno, cotejarlas con la realidad para caer en la cuenta de que mienten sin pudor; como debe ser, cínicamente. Sin el menor atisbo de pena o vergüenza.
Ahora cacarean algunas y algunos que el inquilino de los Pinos ha gastado un dineral en publicidad (gubernamental, supongo). Lo cual puede parecer obvio de un ejecutivo que no ejecuta (28 cambios de secretarios en su gabinete acusan muy bien su postura ideo(i)lógica: todo de transforma, menos él) y que sí, en cambio, requiere con urgencia apuntalar la fragilidad de los cimientos de su reino (espurio, dirán por ahí). De este modo, para el susodicho, haber gastado hasta la fecha 16 mil 977 millones de pesos en cacarear su huevo, le resulta peccata minuta, máxime si se considera que el sujeto ha estado corto en dineros, con eso de las crisis.
Por ello, me sorprende que el día que anunciaba el nuevo hospital que construirán en Sonora (Hospital General de Zona del IMSS) en el cual se invertirán 750 millones de pesos, la gente aplaudiera como si de agradecerle al sujeto se tratara. Yo, que soy gente menuda y no se me da eso de la política, nunca he entendido por qué los políticos cuando anuncian una obra (grande o minúscula) nos dicen la cifra que invertirán, como si uno entendiera de esas cosas. Pero como soy cenutrio y quiero cambiar, me fui directo a mi calculadora y comparé la cantidad que el inquilino de los Pinos ha gastado en publicitar su reino y la que costará eregir el hospital.
La operación en sencilla: dividan ustedes 16 977 000 000 entre 750 000 000 (para los entendidos: 16, 977 x 10 a la 6 entre 750 x 10 a la 6) y resulta que con el dinero 'tirado' para decirnos que este gobierno sí trabaja, fácilmente se podrían haber construido ya 22 (22.636) hospitales (generales de zona), lo cual habría sido mejor publicidad que esos spots ridículos que padecemos frecuentemente.
Pero mientras existan zafios y zafias que aplauden las obras realizadas o por hacer de sus gobernantes sin cotejar lo que se dice con lo que se hace, seguiremos padeciendo este tipo de mentiras 'azules' y de cualquier color que en otros países con ciudadanía inteligente (claro, hay quienes deben envidiarnos por tener televisa y tv azteca) no ocurriría sin que hubiese consecuencias legales. Qué se le hace, la culpa no es del indio (gobernante) sino del electorado (cenutrio) que lo hace rey.
Una dudita: ¿cuántos milllones de pesos se habrán gastado ya para los faustos del bi/centenario?

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